Volver a empezar

Tempranito esta mañana me pongo a orar. Y Dios, a través de su Palabra me dice que vuelva a empezar (Lamentaciones 3:22-23, Isaías 43:19).

Reviso mi propósito y un par de palabras procedo a afinar. Miro el mapa mental y me pongo a ajustar. Enciendo la aplicación de los pendientes y me empiezo a asustar. La lucha interna acaba de comenzar.

“¿Cómo así que volver a empezar?”, procede don Sata a interpelar. Me insta a terminar las mil cosas que el viernes no pude terminar.

Y entonces me vuelve Cristo a rescatar. Me redarguye con Juan 15 y me hace recordar: que la poda es necesaria y es como volver a empezar. Tal vez hay cosas que no van a prosperar, y entonces las debo cortar. Hay ramas que ya están muertas y no lo he querido aceptar. Y además hay demasiadas y el peso la vid va a tumbar, esas también las debo eliminar.

Pido divino discernimiento y procedo a deliberar. Manipula el diablo diciendo que a muchas personas voy a defraudar. Pero recuerdo que la excelencia es lo que debo conservar (Proverbios 22:29).

Entrego mi nueva lista y mi plan a quien mis pasos va a dar (Proverbios 16:9). Y con una sonrisa me voy a desayunar.