¿Y si tratamos a los candidatos como clientes? La clave para sobresalir en la guerra de talento
Vivimos un momento donde la escasez de talento es una realidad innegable. Empresas de todos los tamaños y sectores compiten por atraer y retener a los mejores profesionales. Sin embargo, en esta “guerra de talento”, muchas veces olvidamos algo fundamental: un candidato no es solo alguien que quiere trabajar con nosotros (o tal vez no); también es un cliente potencial o un embajador de nuestra marca.
¿Cómo sería el proceso de selección si tratáramos a los candidatos con la misma importancia y cuidado que a nuestros clientes? A continuación, te comparto 5 principios clave para elevar la experiencia de los candidatos y convertirla en tu ventaja competitiva.
1. Primera impresión: El inicio de una experiencia de marca
La relación con un candidato comienza mucho antes de la entrevista. Al igual que cuando un cliente interactúa por primera vez con tu producto o servicio, el candidato también está evaluando tu empresa desde el primer contacto.
• Descripciones de puestos: Claras, atractivas y enfocadas en el valor de la posición. El lenguaje debe ser inclusivo y alineado a la cultura de la organización.
• Primer contacto: ¿Tu correo o llamada invita a la profesionalidad y calidez? La forma en que te acercas a un candidato establece el tono de toda la experiencia.
Un candidato no solo evalúa la oferta laboral, sino también cómo se sintió tratado. Una primera impresión negativa no se borra, y en un mundo conectado, una mala experiencia puede dañar tu reputación como empleador.
2. Comunicación constante y transparente
Imagina que un cliente realiza un pedido y nunca recibe actualizaciones. La frustración sería inevitable. Lo mismo ocurre con los candidatos: el silencio genera incertidumbre, incomodidad y, en el peor de los casos, desinterés.
• Actualizaciones regulares: Si un proceso toma tiempo, es esencial informar a los candidatos sobre su progreso. Una simple actualización como “estamos en proceso de decisión” puede hacer una gran diferencia.
• Claridad desde el inicio: Explica el proceso, las etapas y tiempos aproximados. La transparencia demuestra respeto por el tiempo del candidato.
La falta de comunicación no solo pierde talento valioso, sino que daña la percepción de tu marca empleadora.
3. La experiencia del proceso de selección como diferencial competitivo
Un proceso de selección debe ser visto como una experiencia que define cómo se percibe tu empresa. Al igual que con un producto o servicio, el “viaje” del candidato debe ser fluido, eficiente y lo más agradable posible.
• Procesos ágiles: Evita las entrevistas interminables o los procesos de selección que se prolongan sin razón. El talento escaso no espera.
• Cortesía y empatía: ¿Llegó tarde la entrevista? ¿Falló la plataforma virtual? Una disculpa profesional marca una gran diferencia.
Una experiencia positiva puede convertir a los candidatos en embajadores de tu marca, incluso si no son seleccionados. ¿Quién no recomendaría una empresa que lo trató con respeto y profesionalismo?
Recomendado por LinkedIn
4. Feedback valioso: Una retribución por el tiempo invertido
Los candidatos invierten tiempo, esfuerzo y energía emocional en cada proceso. No brindar feedback después de su participación es como ignorar a un cliente que te pide una respuesta.
• Feedback constructivo: Si un candidato no fue seleccionado, brindar retroalimentación clara y constructiva demuestra respeto y profesionalismo. Por ejemplo:
“Tu perfil es fuerte en X, pero buscamos alguien con más experiencia en Y. Gracias por tu tiempo, esperamos cruzarnos en el futuro.”
• Automatización no significa frialdad: Incluso si usas correos automáticos para notificar decisiones, un tono humano y empático es clave.
El feedback no solo mejora la percepción de la empresa, sino que puede ayudar al candidato en su crecimiento profesional. Y recuerda: hoy no fue el momento, pero mañana puede serlo.
5. El candidato de hoy, tu cliente (o aliado) de mañana
Un error común en los procesos de selección es subestimar la relación a largo plazo. Un candidato no seleccionado hoy podría:
1. Convertirse en un cliente de tu producto o servicio.
2. Recomendar tu empresa a otras personas talentosas.
3. Reaplicar en el futuro cuando la oportunidad sea la correcta.
Por esta razón, dejar una buena impresión es una inversión. Una experiencia negativa no solo pierde talento, sino que puede alejar futuros negocios.
En un mercado tan competitivo, cada interacción cuenta. Si tratamos a los candidatos como clientes, no solo mejoramos la calidad de nuestro proceso de selección, sino que también fortalecemos nuestra reputación como empleadores de elección.
La verdadera ventaja en la guerra de talento no solo está en atraer a los mejores profesionales, sino en cómo los tratamos durante el proceso de selección. Al igual que con un cliente, cada interacción con un candidato debe reflejar respeto, profesionalismo y los valores de nuestra organización.
Tratar a un candidato como cliente no es una moda; es una estrategia clave para sobresalir y construir relaciones valiosas a largo plazo. ¿Estás listo para transformar tu proceso de selección?