¿Y vos qué entendiste?

A causa de haber perdido un trabajo en el que estaba y del cual me sentía bastante segura, me vi obligada a salir a buscar trabajo nuevamente, como tantas veces tenemos que hacerlo.

Confieso que el hecho de tener que salir a conseguir trabajo, enviar Curriculums, enfrentarme a entrevistas, esperar que suene el teléfono, y toda una serie de detalles alrededor de esta tarea, me provoca una gran ansiedad y malestar. Tengo acumuladas muchas malas experiencias que han provocado este rechazo en mí y especialmente, el hecho de que uno llega a sentir que está mendigando por un trabajo – algo tan básico y de lo que tenemos derecho a obtener -, ciertamente, no mejora el estado anímico a la hora de enfrentar reclutadores.

La forma actual de buscar trabajo, por medio del uso de herramientas informáticas como el mail, sitios web de las Empresas, de Consultoras y el uso de Redes Sociales de profesionales tales como Linkedin facilitan la tarea de poder contactar más rápidamente y a más cantidad de empresas y responsables de las áreas de Recursos Humanos. También hacen que no sintamos el rechazo cara a cara, que no hace más que incrementar nuestra frustración.

Tiene algunas desventajas. Recuerdo que en la última oportunidad ya estaba cercana a cumplir un año sin conseguir trabajo y había colocado en mi perfil la leyenda “Búsqueda Laboral Activa”. Fue entonces cuando comenzaron a llegarme mails y llamadas telefónicas preguntándome de que se trataba la búsqueda y que puesto tenía para ofrecer. Pueden imaginarse mi sorpresa y consternación. No sabía bien cómo reaccionar. Pero como he sido educada para ser moderada en mis acciones y pensar antes de actuar, puedo asegurar que, en ese momento, ejercí control total de mis impulsos.

Hoy son situaciones tragicómicas de las que, seguramente, todos tendremos alguna para contar. Pasado lo anecdótico, me cuestioné que es lo que se entiende cuando escribimos algo en un medio interactivo. Y qué tanta atención prestamos realmente al mensaje que otros escriben o dicen.

Cuando estudiaba en la escuela primaria, las maestras siempre insistían en que era muy importante leer atentamente a las consignas para poder contestar exactamente lo que estas proponían. En el secundario, el mensaje era el mismo, las consignas eran un problema tal como si fueran Teoremas. Las consignas continúan siendo críticas en la Universidad y en los trabajos, tanto que por no leer detenidamente, y releer las veces que sea necesario, mal interpretamos lo que tenemos que hacer. De hecho, muchos son los problemas de comunicación interpersonales, por causa de haber malinterpretado a la contra parte.

Cuando estamos dialogando cara a cara con una persona, tenemos los tonos de voz, las inflexiones en la voz, los gestos del cuerpo, manos y miradas que aportanmensajes a nuestro diálogo. En cambio, al observar solo una pantalla interactiva con lo que otros están escribiendo, y considerando que los otros solo ven lo que escribimos, necesitamos ser cuidadosos y detallistas con nuestra forma de expresar lo que queremos decir. Asegurarnos de releer lo que escribimos nos va a ayudar a que quien está del otro lado de la pantalla, capte el mensaje correctamente. Y leer cuidadosamente lo que otros escriben, o dicen, va a garantizar que nos entendamos y comuniquemos mejor.

Es por lo tanto, un buen ejercicio preguntarnos:“Entendí bien lo que está escrito o lo que me dijo?”“Entendió él/ella bien lo que le escribí o dije?”

Y vos, ¿qué entendiste?