YO MANDO VERSUS YO TE SIRVO: AUTORIDAD O SERVICIO

El corazón de un verdadero líder es el que encuentra su propósito en el servicio a los demás y no en hacer valer su autoridad.

A veces, como líderes, podemos caer en actitudes que buscan proteger nuestro lugar o mantener el control. Esto puede llevarnos, sin darnos cuenta, a comportamientos como no escuchar con atención a los demás, resistirnos a las ideas nuevas o minimizar las contribuciones de otros miembros del equipo. Tal vez tememos perder autoridad o ser percibidos como débiles, y por eso tratamos de imponer nuestras opiniones. Incluso podemos llegar a no reconocer lo que otros han hecho, olvidando agradecer y decir quién ayudó a lograr algo importante.

Sin embargo, estas actitudes muchas veces no son fruto de un corazón egoísta, sino de inseguridades o heridas no resueltas. Es importante reconocer que no estamos solos en esta lucha: todos enfrentamos desafíos internos como líderes.

Por otro lado, un liderazgo que sirve se enfoca en escuchar con humildad, valorar las ideas de otros y construir puentes en lugar de muros. Este líder entiende que los equipos funcionan mejor cuando todos los miembros aportan desde sus fortalezas y talentos únicos. Reconocer lo que otros han hecho no debilita la autoridad de un líder; al contrario, la fortalece al inspirar confianza y unidad.  La confianza es la base de todas las relaciones sanas.  Y en una empresa no puede haber unidad hacia la misma visión sino fortalecemos la confianza.  Esto significa que los líderes escuchan valorando lo que el otro dice, valoran sus ideas y las integran, les dicen a los demás: esto mejora nuestro proyecto; estas actitudes construyen puentes entre los miembros del equipo en lugar de distanciarlos, lo que sería un muro.

Como dijo John Maxwell: “El liderazgo no se trata de títulos, posiciones o diagramas de flujo. Se trata de una vida que influye en otra.”

Hoy, reflexionemos: ¿Qué tipo de líder eliges ser? ¿hay áreas en nuestro liderazgo donde podamos escuchar más, valorar mejor o agradecer a los demás? ¿Cómo podemos mostrar con nuestras acciones que nuestro corazón está dispuesto a servir?

Jesús nos mostró que servir es la forma más poderosa de liderar. Al seguir su ejemplo, podemos transformar no solo nuestras vidas, sino también las de quienes nos rodean.

AMARCEQO ALICIA

Catalizadores de Crecimiento

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I COMMAND VERSUS I SERVE YOU: AUTHORITY OR SERVICE

The heart of a true leader is one who finds his purpose in service to others and not in asserting his authority.

Sometimes, as leaders, we can fall into attitudes that seek to protect our place or maintain control. This can lead us, without realizing it, to behaviors such as not listening carefully to others, resisting new ideas, or minimizing the contributions of other team members. We may fear losing authority or being perceived as weak, so we try to impose our opinions. We may even fail to acknowledge what others have done, forgetting to thank and say who helped accomplish something important.

However, these attitudes are often not the result of a selfish heart, but of insecurities or unresolved wounds. It is important to recognize that we are not alone in this struggle: we all face internal challenges as leaders.

Servant leadership, on the other hand, focuses on listening with humility, valuing the ideas of others, and building bridges rather than walls. This leader understands that teams work best when all members contribute their unique strengths and talents. Recognizing what others have done does not weaken a leader's authority; on the contrary, it strengthens it by inspiring trust and unity.  Trust is the foundation of all healthy relationships.  And in a company, there can be no unity toward the same vision if we do not strengthen trust.  This means that leaders listen by valuing what the other says, value their ideas and integrate them, and tell others: this improves our project; these attitudes build bridges between team members instead of distancing them, which would be a wall.

As John Maxwell said, “Leadership is not about titles, positions or flow charts. It's about one life influencing another.”

Today, let's reflect: what kind of leader do you choose to be? Are there areas in our leadership where we can listen more, value better or thank others? How can we show by our actions that our heart is willing to serve?

Jesus showed us that serving is the most powerful way to lead. By following his example, we can transform not only our own lives, but also the lives of those around us.

AMARCEQO ALICIA

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