YO SOY SÉNIOR (Parte II)

YO SOY SÉNIOR (Parte II)

Desde la publicación del anterior artículo sobre el segmento Sénior, el año pasado, han ocurrido muchas cosas, incluida la pandemia en la que estamos inmersos. En aquel momento estábamos en pleno desarrollo de un nuevo producto enfocado hacia este segmento.

Recientemente RGA re International Ibérica ha sido galardonada en los Premios Azul #Transformandoelseguro que otorga INESE y que reconoce los proyectos innovadores, diferentes y/o especiales que ayudan a mejorar la calidad del servicio ofrecido a los clientes. PLENITUD100 consiguió uno de los tres premios entregados. Durante la entrevista previa a la entrega del premio, hubo una serie de preguntas relacionadas con el mismo y que me llevaron a recordar los orígenes del proyecto y los factores que nos empujaron a desarrollar esta idea.

Un mercado en alza

La población española está envejeciendo y las estadísticas del INE así nos lo confirman. Las estimaciones del INE para 2020 determinan que las personas mayores de 50 años en España representan el 41% de la población y para 2030 ya supondrán un 47%.

Además de analizar el potencial mercado Sénior para el mercado asegurador, que lo hemos cuantificado en torno a 15 millones de personas, lo siguiente que tuvimos que hacer fue ponernos en el papel de una persona Sénior, en mi caso no fue muy difícil, para entender qué les preocupa y cuáles pueden ser aquellos aspectos que les motiven realmente a comprar un seguro.  

Las necesidades cambian

Creo que muchas personas, cuando hemos llegado a los 50, hemos echado la vista atrás para recordar lo que hemos vivido y hemos pensado en lo que nos queda y cómo lo viviremos. La realidad es que nuestro cuerpo se va desgastando en mayor o menor medida; nuestro “edifico corporal” a veces adolece de alguna “gotera” que vamos reparando con más o menos facilidad, aunque algunas pequeñas “grietas” van a ser ya permanentes.

Así, empezamos a convivir de forma natural con la “vista cansada” (que suena mejor que presbicia), determinados huesos, sobre todo de manos o pies, comienzan a atrofiarse, la tensión nos la controla una pastilla o el dichoso colesterol que cada vez cuesta más mantenerlo a raya, aunque no más que el peso, que ése sí que nos ha declarado la guerra.

En la parte familiar, nuestra preocupación hacia nuestros hijos disminuye en la medida en que se incrementa hacia nuestros padres. Y en la parte personal, la realidad de las estadísticas nos confirma el hecho de que aumenta nuestra preocupación ante la posibilidad de que nos sucedan cosas como las que vemos a nuestro alrededor: un familiar al que le detectan un cáncer, una amiga que sufre un ictus o un diagnóstico de Parkinson a un familiar muy cercano.

La realidad confirma nuestras expectativas

En una encuesta que patrocinó RGA re sobre la población Sénior española, nos manifestaban que las enfermedades que más les preocupaban eran el Cáncer, el Alzheimer, seguidas del Ictus y el Parkinson. Lo interesante de este hecho, es que las personas encuestadas, con toda seguridad, desconocían como variaba la tasa de incidencia entre cada una de ellas; aunque en el caso del cáncer, lo puedan intuir por el número de casos que hayan visto a su alrededor. Lo cierto es que, en el caso del Alzheimer o el Parkinson, lo que preocupa es el proceso de deterioro y la necesidad que se origina al depender de otras personas.

Las causas por las que estas enfermedades preocupan tanto a la población Sénior son diversas. Así, hay enfermedades que las asociamos más con el riesgo de fallecer (ej. cáncer o infarto de miocardio) y éstas suelen preocupar algo más a segmentos de población Sénior más joven, mientras que las enfermedades degenerativas están más marcadas en las personas Sénior con edad más avanzada.

Hay cosas que podemos controlar y otras que no

Un aspecto positivo es el hecho de que nosotros tenemos la capacidad de influir en nuestra salud futura, tomando las medidas adecuadas de prevención. Si preguntamos a los médicos, posiblemente nos dirán mayoritariamente, que el hecho de fumar o no fumar puede marcar una gran diferencia. Si a esto unimos otros aspectos como la alimentación o la actividad física, estaremos claramente definiendo el nivel de estilo de vida que va a condicionar en gran medida nuestra calidad de vida como Sénior.

También es cierto que nuestra carga genética o hereditaria nos viene dada y, por consiguiente, nos determina algunos potenciales factores de riesgo con los que debemos convivir. Dicho esto, siempre podemos influir con nuestro estilo de vida y acelerar o retardar los potenciales riesgos que llevamos escritos en nuestro ADN.

Nuestra propuesta, por si llegara el caso

Desde RGA re, entendemos que la prevención es clave, así como el nivel asistencial en el entorno donde vivimos y, por supuesto, la capacidad económica para hacer frente a una enfermedad grave.

Tanto nuestro país como el conjunto de países de la UE cuentan con una base asistencial de carácter público y también privada muy desarrollada que nos ha permitido, hasta la fecha, alargar nuestra esperanza y calidad de vida de una forma considerable en las últimas décadas.

Pero la capacidad económica es un factor no menos importante, sobre todo después de haber sido tratado o diagnosticado de una enfermedad grave. Y aquí es donde hemos puesto el foco desde RGA re, desarrollando PLENITUD100 para que las entidades de seguros accedan a un amplio mercado potencial de clientes y con un producto innovador y diferenciador. 

Humberto Albanez

Director General en Grupo Concentra

4 años

Gran artículo Juan Carlos

Javier Aparicio Hurlot

Socio | Aparicio & Aparicio CECA - Consultoría Estratégica y Actuarial Sr Advisor | Partner | ADDACTIS Business Partner AREA XXI

4 años

Muy buena iniciativa. En Reinsurance Group of America, Incorporated seguís marcando tendencia

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