Yo también fui VÍCTIMA de mi misma
- Víctima de mis creencias limitantes.
- Víctima de mis pensamientos.
- Víctima de mis hábitos.
- Víctima de mi propio orden y control.
- y si fui víctima de violencia en el hogar, con todo lo que estaba viviendo en mi propio territorio sólo fui capaz de atraer más violencia, construí mi propio palacio del miedo.
Con 27 años, comencé a verme desde el amor y entender que merecía SER FELIZ, cuyo resultado fue un divorcio repentino y un giro inusual de la persona que parecía tener todo en "orden y controlado", cuando estaba viviendo los días más oscuros de mi vida producto de mis creencias limitantes, de mis propios malos tratos.
"Marido y mujer hasta que la muerte los separe
Y ella espera llegue de su mano
Porque solo así podrá devolverle parte del daño
Porque fue a la ley y la ley le dio del otro lao'
No son suficientes los morao'
Ni segar al cero su amor sincero pa' condenarle"
Tras haber cumplido el "molde social y familiar ideal", circunstancias externas me llevaron a hacerme preguntas tan poderosas como:
1. ¿Quién soy realmente?
2. ¿Hago las cosas porque quiero?
3. ¿Qué quiero hacer con mi vida?
Encontré en medio de mis cuestionamientos un amor gigante, un amor bonito basado en el respeto, la comprensión y la paciencia, rehíce mi vida y luego de 6 años tomamos la decisión de ser padres. Mi perspectiva cambió por completo, pero uno de mis más grandes sueños se había cumplido, ser madre y ahora deseo ser un ejemplar para mi hijo.
Mi camino del empoderamiento continua, después de vivir una serie de experiencias personales y profesionales para llegar a la persona que soy hoy.
Por eso cuando hablo de ser resiliente, se lo que significa, esta tatuado en mi piel, es una fuerza interna que viene de mi amor propio. Ya hace más de 14 años de esa experiencia que me permitió analizar los aprendizajes que tienen en mi vida para centrarme en mi presente.
Hoy puedo evaluar y sugerir que debemos estar conectados con nuestro corazón, que él nos habla, sólo necesitamos herramientas para aprender a escucharlo, a veces hay interrupciones, pero cuando están en conexión siempre tus decisiones serán guiadas hacia la abundancia, la felicidad y la prosperidad.
Desata los nudos de las trenzas de tus zapatos, quítate la venda de tus ojos, bájele volumen al ruido externo, aprende a oler el incienso de la vida y siempre camina con la frente en alto, la luz siempre sale para todos (me lo decía una gran amiga) y aquí estoy.
Gracias por leer
Si quieres compartir tu experiencia como resiliente, adelante TE LEO
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