El C.D. Badajoz se fundó en el año 1.905. Es el Club Deportivo más antiguo de Extremadura. La historia de de la entidad albinegra va de la mano del mítico estadio de "El Vivero" inaugurado en 1.934 y que acogía los partidos del Sport Club Badajoz, pero por entonces ya existía en la ciudad otro club, el Racing Club Extremeño, el cual disputaba sus partidos en Pardaleras, siendo dos años después y en plena Guerra Civil cuando decidieron llevar a cabo la fusión de ambos equipos. La nueva denominación del equipo sería la que hoy conocemos como Club Deportivo Badajoz.
La década de los 40 y 50 fue la que afianzó al C.D. Badajoz como un club importante en España ya que consiguió el ascenso a segunda división en la temporada 52-53, viviendo a continuación una época dorada, permaneciendo siete temporadas consecutivas en la división de plata del fútbol español. La mejor campaña en esta división se logró en la temporada 56-57, cuando se alcanzó un meritorio séptimo lugar en la tabla clasificatoria que por aquel entonces contaba, como en la actualidad, con potentes e históricos equipos.
Descendidos en la temporada 59-60, el objetivo no era otro que el retorno inmediato a la segunda división, meta que tardó cinco temporadas en cumplirse. Fue en la 64-65, pero de poco sirvió el esfuerzo, pues esa misma temporada el equipo volvería a descender.
Otra parte importante dentro de la historia del fútbol pacense es el "Trofeo Ibérico" creado a mediados de la década de los 60, y que alcanzó su reconocimiento a nivel nacional en los años 70 considerándose como uno de los mas prestigiosos de la época, pues por él pasaban clubes importantes dentro del panorama internacional como el Barcelona, el Real Madrid, el Estrella Roja, el Valencia, el Benfica y un largo y prestigioso etc.
En la década de los 80 los inicios fueron complicados debido a tremendos problemas económicos, con encierro de jugadores incluido, que acabaron posteriormente con el equipo en tercera, donde permaneció probablemente en su época más difícil y amarga hasta la reestructuración de la Segunda B, donde el club destacó como equipo puntero de la categoría quedándose varias veces a las puertas del ascenso como por ejemplo en la temporada 87-88 en la que se rozó el ascenso que no se pudo conseguir porque se encontró con un Salamanca en un gran momento.
En la década de los 90, el club contaba con unas magnificas bases deportivas asentadas sobre todo en la cantera, que le llevó a realizar una excepcional liga en Segunda B quedando líder sin haber perdido ni un solo partido en toda la segunda vuelta. Gracias a ello se jugó la liguilla de ascenso en la que tan solo salió derrotado en el último partido de esta liguilla, derrota más que suficiente como para acabar con las ilusiones pacenses de conseguir el ascenso a Segunda. Puede considerarse el fracaso deportivo más inesperado y duro del C.D. Badajoz, ya que todos contaban con el ascenso. Nadie había imaginado la derrota en Compostela donde se dio la mayor afluencia de aficionados de Badajoz con 3.000 personas desplazadas, que atónitos vieron como su equipo caía derrotado por un 3-1 que acabó con las ilusiones de toda la afición. Pero esto sólo fue el principio, un mal comienzo que precedería a la segunda época dorada del club. Sólo un año después, en la temporada 91-92 se logró el ansiado ascenso a Segunda División, tras un intenso partido ante el Cartagena que fue derrotado por 5-1 ante más de 13.000 pacenses, en un glorioso e inolvidable partido con un sol de justicia como testigo de tan honorable gesta. Esta época estuvo marcada por la profesionalización del fútbol, por la conversión en Sociedades Anónimas Deportivas de los clubes, por la llegada de jugadores foráneos, por los continuos cambios de propiedad del club y por la construcción de un nuevo y moderno estadio.
Los finales del pasado siglo y los inicios del presente, llevaron al club a manos foráneas, pasando por las propiedades del showman argentino Marcelo Tinelli, el abogado oscense llamado Javier Tebas, quién fue posteriormente asesor jurídico del siguiente propietario Antonio Barradas (empresario portugués), que estuvo a punto de llevar el C.D. Badajoz a la desaparición en verano del 2003, y que se salvó in extremis el 31 de Julio. Esa misma temporada descendió de categoría, quedando colista de la categoría de plata. Posteriormente, el C.D. Badajoz fue comandado por el triunvirato formado por Julio del Camino, Luis Refolio y Eloy Guerrero, tres empresarios pacenses que asumieron el riesgo de coger el club en el momento más complicado de su historia, estando tan solo a dos años del centenario. Tras una primera temporada exitosa en la que se jugó la fase de ascenso y en la que parecía que se volvía a ilusionar a la afición, que en algunos partidos se congregó en cifras cercanas a los 10.000 espectadores, llegó el palo de una fase de ascenso, en la que un mal inició tiró por tierra todas las opciones de retomar a la categoría de plata. La siguiente temporada es la de la movilización de la afición por medio de la Plataforma Salvemos al Badajoz, que surge de manera espontánea para recaudar una nueva ampliación en el capital social del C.D. Badajoz.
Esta temporada es la de la alarma roja ante las deudas contraídas en años anteriores por la entidad y la del oscurantismo ante la situación del dinero recaudado por los aficionados en forma de acciones, y que a día de hoy, aún no sabemos donde está, ya que ningún aficionado tiene los títulos de esas acciones por las que pagó. Es la época en la que Luis Refolio y Julio del Camino se van, sin solucionar el tema de las nuevas acciones y en la que Eloy Guerrero decide afrontar en solitario la temporada 2005-2006, sin que tampoco asuma la responsabilidad de informar sobre esas acciones. Es el curso en el que el C.D. Badajoz celebra su Centenario y en el que se desciende a tercera división por el impago por parte del máximo accionista, es decir Eloy Guerrero, de unos 120.000 euros aproximadamente, correspondientes a las últimas nóminas de jugadores y empleados. Por desgracia esta época es la de el desprecio a la entidad y a los aficionados por parte del propietario del club en primer lugar, que se desentiende totalmente del futuro del Badajoz, seguido del supuesto interés de compra por parte del popular empresario pacense Antonio Olivera “Cachola” que curiosamente, en lugar de servir para la estabilidad del club blanquinegro, sirve para ascender administrativamente a su otro club…
Por diversos problemas, ese acuerdo de compra-venta no se hace efectivo y las dos partes se ven sumidas en un largo proceso legal que finalmente dirimirá que Eloy Guerrero es el propietario de la entidad. Ante ese vacío de poder por la disputa entre los dos empresario, los aficionados se organizan en asociación y llegan a un acuerdo con Eloy Guerrero para gestionar del Club.
Desde mediados de 2006 el C.D. Badajoz es gestionado por "Ambición Blanquinegra", una asociación sin ánimo de lucro formada por los mismos aficionados que trabajan gratis por la supervivencia de su centenario club y que han conseguido mantener el equipo vivo durante estás dos últimas temporadas, tremendamente duras por estar en una categoría que no corresponde ni a la historia del club ni al potencial de la ciudad.
Gracias a este grupo de aficionados, se ha podido ir conformando un equipo jovencísimo, repleto de canteranos y con una masa social de más de 3.000 abonados que es un logro que, muy pocos equipos en España se pueden permitir.
En esta última temporada de Ambición Blanquinegra, el Nuevo Vivero ha acogido en determinados partidos cifras de hasta 5.000 espectadores, o lo que es lo mismo, más número de aficionados que en todos los campos juntos del resto de equipos de la tercera extremeña y del Mérida UD que milita en superior categoría. Badajoz quiere al CD Badajoz y este año lo ha demostrado. 103 años de historia amparan al CD Badajoz. ¿Cuántas instituciones tenemos en Badajoz con más de un siglo de vida? Desde luego que son pocas, y una de ellas es nuestro club de fútbol, es decir, nuestro C.D. Badajoz, y digo nuestro, porque forma parte de la ciudad y de su pasado contemporáneo, porque es fruto de la ilusión y del trabajo que durante los últimos cien años han puesto muchos pacenses, porque ha llevado el nombre de nuestra ciudad por toda España, porque ha formado a miles de niños en toda su historia, y porque forma parte de todos nosotros, nos guste o no el fútbol, al igual que nuestros parques, plazas, calles o monumentos.
La temporada que ahora ha finalizado, la 2008/2009, la entidad volvió a manos del propietario, Eloy Guerrero que cedió la gestión del club a una directiva formada por ilustres dirigentes del CD Badajoz, encabezada por el ex-presidente del club, el señor Guevara. Esta campaña se puede ilustrar con los colores de la entidad: blanco y negro. Se comenzó la competición con un proyecto ilusionante, con la continuidad de Job en el banquillo y una plantilla en la que existía el salto de calidad necesario para optar a cotas mayores.
Durante los dos primeros tercios de la liga, el equipo de mantuvo en puestos de liguilla y fue forjando una renta considerable con sus perseguidores. Los buenos resultados, unidos al más que aceptable juego (teniendo en cuenta la categoría), volvieron a ilusionar a la afición que respondió vistiendo las gradas del Nuevo Vivero con entradas cercanas a los 3.000 espectadores.
Todo era maravilloso e ilusionante, y de repente, cuando se enfilaba en inmejorables condiciones el tramo final de la competición, de manera incomprensible, se cesó al técnico Job.
En ese momento comenzaron las sombras. Teóricamente Job renunciaba y la directiva aceptaba, pero nadie dio ni ha dado, a día de hoy, explicaciones a una circunstancia a todas luces incomprensible.
El técnico elegido para sustituir a Job fue Fael, el mítico ex-jugador blanquinegro que tantos años ocupó el lateral izquierdo del CD Badajoz. Con pocos partidos se pudo comprobar lo errónea que fue la elección, ya que el aficionado pacense se encontró con un técnico de un perfil totalmente diferente al de Job y que demostró una incomprensible incapacidad para mantener la ilusionante línea del equipo. Un técnico, Fael, sin ambición y que recurrió demasiado pronto al victimismo y a los parches mediáticos para justificar su falta de calidad como entrenador de un equipo ganador y de la entidad del CD Badajoz.
Ahora toca mirar al futuro y volver a levantarse como en innumerables ocasiones. Hay que recordar que hoy en día nuestro club se ha convertido en una empresa, aunque no por ello ha perdido esa esencia y esa idiosincrasia pacense, y como empresa que es, debe ser regida con criterio e integrarse en las aspiraciones y sueños de Badajoz, pero no hay que olvidar que ese camino tiene que ser secundado por los ciudadanos, ya que estos son los que hacen grande a una ciudad, y Badajoz lo es, y el ejemplo está en que tenemos uno de los mejores carnavales de España, único y propio, con carácter pacense, disponemos de la mejor feria de Extremadura, de la ciudad con un potencial comercial de los mejores de España, con un ambiente que embruja a todos los visitantes, somos el verdadero ejemplo de interacción hispano-lusa… Tenemos una ciudad viva, referente y envidia de la región, sin límites, aunque a veces nos lo pongamos, como con nuestro Casco Antiguo y nuestro C.D.Badajoz.
Con todo esto y con la ilusión de que el nuevo proyecto sea acorde a la categoría del club albinegro, no podemos más que ilusionarnos y pensar en no dejar morir la posibilidad de mantener un sueño vivo y que en un futuro cercano, las gradas del Vivero, sustituyan las mesas de los bares.
AUPA CD BADAJOZ