Noticia aparecida en el Diario HOY:
El último pulso de la Plaza Alta
http://www.hoy.es/v/20121230/badajoz/ultimo-pulso-plaza-alta-20121230.html
Es la niña bonita de Badajoz. La Plaza Alta puede
presumir en estos momentos de ser el espacio más mimado por la capital
pacense y sus ciudadanos. Tras años de trabajo, esfuerzo e inversión
municipal, este céntrico lugar ha conseguido lavar su cara y regenerar
su aspecto.
Prácticamente la totalidad de los edificios que componen
este recinto ya han sido rehabilitados y la mayoría de ellos están en
uso. La plaza, de carácter asimétrico por la disparidad de inmuebles que
acoge, transmite cierta uniformidad en cuanto a las condiciones que
tienen en estos instantes las construcciones.
Sin embargo, esta armonía se altera cuando el viandante
repara en un edificio encalado en blanco y delimitado por las calles
Moreno Zancudo y Norte, junto a la oficina del ARI (área de renovación
integrada). Se trata del único bloque, en manos de un propietario
particular, que aún queda por arreglar.
Abandonado y sin uso, esta edificación de dos alturas
muestra un aspecto deplorable y llega a chirriar en un entorno que se
encuentra renovado. Los desconchones se extienden por toda la fachada.
Las cristaleras de las ventanas están rotas y se puede ojear el
interior. Las barandillas de los balcones oxidadas y las puertas de
chapa constantemente cerradas en los soportales son más signos de la
dejadez que sufre este espacio.
Estrenada la nueva sede de la Concejalía de Ferias y
Fiestas, cuya fachada ha sido restaurada recientemente, y finalizada la
obra de reparación y consolidación del edificio de las asociaciones y el
Arco del Peso, solo queda intervenir en este bloque. Es el último pulso
de la Plaza Alta. El paso definitivo para completar su recuperación,
rematando de esta manera uno de los proyectos más ambiciosos de la
ciudad.
Vecinos y colectivos de Badajoz, que valoran de manera
satisfactoria la labor de restauración llevada a cabo en este
emblemático espacio, solicitan que se agilice el arreglo de esta
construcción y su puesta en valor.
José María Soriano, presidente de la Asociación de
Vecinos del Casco Antiguo, señala que el rejuvenecimiento de la Plaza
Alta no se puede detener ahora que ya está a punto de culminar. Por esta
razón, reclama sensibilidad al dueño del edificio que falta por
rehabilitar y demanda que haga un esfuerzo para adecuarlo. En este
sentido, insta al Ayuntamiento de Badajoz a que presione para que la
reforma se realice cuanto antes.
«La plaza está estupenda. Está viviendo un momento muy
dulce. La actuación a la que se ha sometido al Arco del Peso y el
edificio de las asociaciones ha sido impresionante. Ha quedado
fenomenal. Es una pena que después de todo el esfuerzo que se ha hecho
para acondicionarla no se le esté prestando la atención que se merece a
esta construcción. Es imprescindible hacer algo con este inmueble. De
este modo le daríamos el último empujón a la plaza. Sería como poner la
guinda al pastel», indica.
Desde la Administración local informan que ya hay abierta
una vía de diálogo con el responsable de esta propiedad con el objetivo
de buscar una solución a esta situación. Pero el Consistorio pacense no
ha concretado las posibilidades que se están barajando para resolver
este problema. De hecho, no ha querido especificar si el acuerdo que se
está negociando está relacionado con la compra de este espacio o si se
trabaja sólo para conseguir que el titular del edificio se anime a
repararlo.
Propuestas
Mientras esta cuestión se esclarece algunos colectivos de
la ciudad lanzan propuestas sobre el uso que se le podría dar a este
inmueble. José Manuel Bueno, portavoz de la Asociación Cívica de
Badajoz, sugiere que esta edificación sea adquirida por algún empresario
y que lo adapte como establecimiento hotelero. Según su opinión, además
de atraer turismo, revalorizaría y revitalizaría la zona. «También
completaría y complementaría los demás servicios que están ubicados allí
como la UNED, los bares y restaurantes o los edificios administrativos.
Ver la Plaza Alta totalmente recuperada sería la culminación de un
sueño», asegura.
La necesidad de actuar sobre este edificio privado se ha
agudizado en las últimas semanas, cuando los ciudadanos han visto el
resultado de la intervención llevada a cabo en el edificio de las
asociaciones y el Arco del Peso.
Los pacenses, muchos de ellos con cámara en mano para
tomar fotografías, han ido estos días a visitar la Plaza Alta para
contemplar el último sector del recinto que se acaba de restaurar. Es el
caso de José Rodríguez Collado, que vive en Ronda del Pilar y que se
desplazó hasta este espacio un día después de que los operarios
retirasen los andamios del arco. Su reacción fue positiva. Se mostró
encantado con el resultado.
«Precisamente he venido porque había visto en HOY que ya
se había descubierto el Arco del Peso y me he acercado a verlo. Está
fantástico y la plaza está quedando de maravilla. Ahora que es peatonal,
también es más accesible. Eso le incorpora un valor añadido. Hasta este
momento el patrimonio de Badajoz estaba infravalorado, pero este lugar
tiene una importancia incalculable no solo para Badajoz, sino para
Extremadura», comenta. José Rodríguez también repara en las
circunstancias en la que se encuentra la construcción que falta por
rehabilitar y, como Soriano, manifiesta que urge su restauración. «Hay
que arreglarlo ya. No da buena imagen», apunta.
Con él coincide Juan Sánchez. Aunque es de Cáceres, está
instalado actualmente en Badajoz y exige que se siga apostando por la
recuperación del Casco Antiguo. «Deberían arreglar el edificio ubicado
en la Plaza Alta y todos los demás que hay en el barrio en las mismas
condiciones», asevera.
En esta misma línea se expresa José Manuel Bueno, de la
asociación Cívica. «La restauración y la puesta en valor de los últimos
inmuebles de la Plaza Alta ha sido todo un acierto. Estamos muy
satisfechos con el resultado», señala.
Begoña Galeano, arquitecta municipal encargada de la
intervención desarrollada en estos espacios, recuerda que los proyectos
de restauración han consistido en todos los casos en documentar todos
los restos históricos, mantener y consolidar los elementos originales
-tanto los que se conocían como los que se han hallado durante las
obras- y reproducirlos y reintegrarlos en aquellas áreas en las que
hubiese constancia de que existía. «Se puede hacer una lectura de los
paramentos a través de los restos tanto de las fachadas primitivas como
de las etapas y modificaciones que se han realizado a lo largo de los
años. Son testimonios históricos», explica.
Aunque han sido las rehabilitaciones más recientes, la
del Arco del Peso, el edificio de las asociaciones y la sede de la
Concejalía de Ferias y Fiestas no han sido las únicas que se han
ejecutado en la Plaza Alta. En su día ya pasaron por un proceso similar
las Casas Consistoriales, las Casas Coloradas y el resto de los bloques
que allí se ubican.
Configuración actual
La configuración actual de la Plaza Alta viene
determinada por los numerosos altibajos que ha ido sorteando con mayor o
menor dificultad a lo largo de su historia. Durante siglos, ha ido
enfrentándose a multitud de vicisitudes y ha superado diversos problemas
que han marcado el estado en el que se encuentra en estos momentos.
Este espacio de la capital pacense es uno de los que más
ha evolucionado en los últimos años. La transformación que se ha
producido a nivel arquitectónico y urbano ha conllevado a su vez un
importante cambio sociológico, lo que está permitiendo a este
emblemático lugar ir adquiriendo poco a poco el protagonismo que un día
le robaron el tiempo y el abandono.
Su decadencia comenzó a finales de los 70 cuando el
mercado metálico se trasladó al campus universitario. A partir de
entonces, muchos otros establecimientos que se habían instalado en este
punto atraídos por la actividad que emergía en el entorno también
decidieron cerrar.
Este proceso fue uno de los factores que propiciaron la
despoblación que empezó a sufrir el Casco Antiguo, que a su vez agudizó
la tendencia negativa que amenazaba a este simbólico espacio. Cada vez
había menos vecinos viviendo en este céntrico barrio y, además, ya no
existía ninguna razón para subir a la plaza que no tardó en ser
castigada con la desatención de los políticos y la indiferencia de los
ciudadanos.
Se creó así la situación idónea para que en este espacio
se instalasen colectivos marginales. Toxicómanos e indigentes tomaron
esta zona, que se convirtió en un foco de delincuencia. «Recuerdo que
directores de cine venían a Badajoz para rodar escenas de guerra en la
Plaza Alta, porque aquello era desolador», rememora Bueno.
Durante décadas esta parte de la ciudad estuvo
arrinconada e infravalorada. La historia de su transformación y
reconquista arranca hace unos 15 años. El arreglo de los diferentes
edificios en los que ahora se instalan la sede de la UNED, el Centro
Regional de Flamenco (que no tiene funcionamiento), el local de la
asociación de vecinos del Casco Antiguo, bares y locales de ocio, entre
otros, ha conseguido acabar con la decadencia de lo que fue hace décadas
el punto neurálgico de la ciudad. Ahora, casi reparada por completo,
queda pendiente que la actividad vuelva a este área. El reto es inyectar
vida a la plaza y que los vecinos se atrevan a disfrutar de nuevo de
este lugar. Para ello, hay que lograr llevar hasta allí a los
ciudadanos. Esta tarea no es tan fácil como parece, ya que muchos de
ellos continúan influidos por la imagen negativa que hasta hace poco
tiempo tenía la plaza.
«Conozco a gente que vive en Valdepasillas y que nunca ha
subido a la plaza. Es verdad que hasta hace relativamente poco tiempo
era un punto estigmatizado de la capital pacense. Hay personas que
tenían miedo de subir, pero era un miedo más psicológico que real. La
cosa ha cambiado mucho», destaca Soriano.
Para revitalizar y dinamizar este espacio el presidente
de la asociación de vecinos propone que se organicen más actividades en
esta zona. También se muestra convencido de que jugará un papel
importante la peatonalización del recinto y la recuperación del
Campillo, situado a pocos metros de la plaza. «Esto facilitará el
transito de la gente, que poco a poco se irá animando a pasar y pasear
por allí», sostiene Bueno.
Para trabajar en esta particular reanimación de la Plaza
Alta, desde la asociación de vecinos quieren organizar diversos eventos
musicales, de bailes, talleres, etc. Las acciones planean desarrollarlas
en la sede de este colectivo o en el exterior cuando el tiempo lo
permita.
«Ante las dificultades que presenta el local, por su
distribución, hemos solicitado al Ayuntamiento que nos ceda otro que se
encuentra junto al Arco del Toril y que es más diáfano. Esto nos
permitiría poner en marcha multitud de iniciativas, tanto diurnas como
nocturnas, que darían vida a la plaza», subraya.
Todavía está por comprobar si la Plaza Alta logra
adquirir el esplendor de antaño. Lo consiga o no, al menos los
ciudadanos podrán decir que le han devuelto la dignidad.
Noticia aparecida en el Diario HOY:
El último pulso de la Plaza Alta
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