La ciudad de Badajoz tendrá bandera oficial que ondeará
desde el balcón del Ayuntamiento y en los actos oficiales de la ciudad.
Ese es al menos el compromiso del nuevo alcalde, Francisco Javier
Fragoso, trasladado a través de la concejala de Cultura, Paloma
Morcillo, a los dos colectivos que vienen reivindicándola desde hace
años: 'Amigos de Badajoz' y la 'Asociación Cívica'. Morcillo se ha
comprometido a recoger las distintas sensibilidades que existen al
respecto y presentar lo que será la bandera oficial de la ciudad a
finales de este año, coincidiendo que se cumple el milenio del Reino de
Badajoz.
A fecha de hoy, la ciudad sólo posee escudo oficial, no así
bandera representativa como ocurre en Cáceres, Mérida o Plasencia a
pesar de que antaño existía el pendón oficial, casi con la misma
significación que tiene en la actualidad en Cáceres. En la capital
cacereña, el día de su patrón, San Jorge, el edil más joven del
municipio sale al balcón del Ayuntamiento a tremular el pendón oficial,
siguiendo así con una tradición que se pierde en el tiempo.
Esta misma costumbre existía en Badajoz y con el mismo
significado: se ondeaba el pendón para celebrar algún acontecimiento
significativo en la vida de la ciudad o del país. Según relata el
cronista oficial de Badajoz, Alberto González, «el último acto de
tremolar el pendón celebrado en Badajoz tuvo lugar siguiendo la orden
emanada de Madrid para festejar la exaltación al trono de Fernando VII,
el 17 de abril de 1808. A partir de esa fecha tal ceremonia no volvió a
repetirse, perdiéndose incluso en Badajoz el propio pendón de la
ciudad».
Nadie sabe a ciencia cierta el motivo del 'olvido'. Alberto
González señala en su libro 'Historia de Badajoz' que «desde mediados
del siglo XIX se pierden las noticias del pendón de Badajoz como
insignia representativa y de jurisdicción». «Aunque posteriormente en
distintos momentos el Ayuntamiento dispuso de otros pendones o
estandartes, ya fue bajo otra formalización o significación distinta».
González apunta que el pendón de Badajoz era de forma
cuadrangular. Su color, el carmesí; y su tejido, el damasco, el más
lujoso y rico de la época, con flanjones de oro y borlas de oro y seda.
En uno de sus lados figuraban las armas de la ciudad y en el otro las de
los soberanos según cada época. Según el cronista oficial, el color
carmesí corresponde al Reino de León, cuyas gentes culminaron la
reconquista de la ciudad a los árabes.
Sin embargo, según apunta Manuel Márquez, presidente en
funciones de 'Amigos de Badajoz', existe un reciente estudio del
investigador Fernando Marcos Álvarez que matiza que lo que ondeaba en
los actos de proclamación de los monarcas era el 'pendón real' que la
ciudad custodiaba como privilegio que disfrutaba y que le correspondía
como municipio de realengo, pero no como bandera de Badajoz.
Así, tanto 'Amigos de Badajoz' como la 'Asociación Cívica',
apoyándose en un informe de la Sociedad Española de Vexilología,
proponen una bandera rectangular de 2 x 3 metros, de color carmesí y con
el escudo oficial de la ciudad en el centro de la misma.
Alberto González señala que «no se está hablando de
recuperar el pendón real de antaño, sino que crear una bandera 'ex
novo'». No obstante, añade, esto es una cuestión de gustos, debe
seguirse un cierto rigor heráldico e histórico a la vez que contemplar
la legislación que al respecto ya existe en la Comunidad de Extremadura.