Noticia del Diario HOY del 20 de abril de 2015
Las reliquias de la tumba de Menacho son localizadas en Toledo
Fueron sacadas de Badajoz hace 74 años y se perdió su pista, pero
HOY ha confirmado que están almacenadas en el Museo del Ejército del
Alcázar toledano
NATALIA REIGADAS. Badajoz 20 abril 2015
El 4 de marzo de 1811 el Mariscal de Campo Rafael Menacho y Tutlló
era el líder de las tropas que trataban de impedir la entrada de los
franceses en Badajoz. El militar se dirigió al Baluarte de Santiago
(actual Memoria de Menacho) para arengar a los soldados y una bola de
cañón de 250 gramos le hirió en el vientre. Murió unos minutos después.
Su fallecimiento provocó gran conmoción, ya que había logrado resistir a
las tropas napoleónicas y se negaba a ceder Badajoz. Su sustituto, José
de Imaz, entregó la ciudad y la capital pacense se mantuvo en manos
galas hasta 1812, cuando la recuperó el ejército inglés de Lord
Wellington.
La vida de Menacho forma parte de la historia y, tras su muerte, sus
restos también han escrito su propio capítulo. Estuvieron escondidos,
pasaron a un panteón, sufrieron un robo, los dividieron... En este ir y
venir parte de las reliquias salieron de Badajoz y durante años no ha
estado claro su destino. HOY ha confirmado que parte de sus enseres
estuvieron en el Museo del Ejército en Tenerife, pero que han sido
trasladados a Toledo. En el Alcázar está el Museo Nacional del Ejército,
que tiene almacenados la bandera que acompañaba al fallecido, su faja,
restos de su ropa y un retrato.
Tras la muerte de Menacho, y para evitar una profanación, ya que se
temía la invasión francesa, el Mariscal de Campo fue escondido en una
cripta de la catedral. Allí permaneció hasta 1880, cuando fue exhumado y
trasladado a un panteón en el claustro con todos sus enseres. Parecía
que Menacho había conseguido descansar, pero duró poco. Días después se
produjo un robo y los ladrones se llevaron prendas de ropa y calzado, y
destrozaron otros objetos. Los restos mortales que se conservan y que
sufrieron el saqueo se mantienen en el panteón, aunque se perdieron
reliquias de valor.
Fue un gran escándalo en una ciudad que admiraba a este héroe de la
Guerra de la Independencia. Posteriormente se recuperaron algunas y
durante años estuvieron en el Museo Arqueológico de Badajoz. En 1941
continuó la peripecia para estas reliquias. Fueron sacadas de Badajoz y
entregadas al Museo del Ejército, que en esa época trataba de unificar
sus fondos a nivel nacional.
La nueva ubicación de los enseres del militar duró cuatro décadas. En
1988 Tenerife abrió un museo militar y fueron llevados allí distintos
fondos, entre ellos, los recuerdos de Rafael Menacho. Hasta ahora se
creía que estas reliquias seguían en las islas, aunque la información
era contradictoria. La Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, que está
interesada en recuperar los enseres de este militar, hizo gestiones en
este museo y sus responsables les informaron de que los fondos habían
vuelto a los fondos nacionales.
HOY ha confirmado que el Alcázar de Toledo es actualmente el refugio
de estos restos. Los responsables de documentación del Museo del
Ejército han repasado su catálogo y confirman que tienen prendas de ropa
del Mariscal de Campo, incluida una faja que pudiera ser la que llevaba
en el momento de su muerte, así como un retrato. Otra pieza de valor es
la Bandera de Somatén asociada a los restos. Las imágenes que acompañan
esta noticia pertenecen al Museo de Tenerife, por lo que los restos han
podido degradarse posteriormente. En el Alcázar de Toledo explican que
parte de la ropa está en mal estado, en fragmentos pequeños.
En 2003 hubo un intento de recuperar estos enseres. Fue el entonces
general jefe de la base General Menacho, Fulgencio Coll, quien anunció
que iba a solicitar al Museo de Tenerife que les cediesen los restos del
militar. Sin embargo, no se produjo el traslado.
Símbolo de resistencia
La importancia de estas reliquias para Badajoz solo se entienden por
el peso que tiene Menacho en las crónicas de historia. Representa la
resistencia de la ciudad, que según muchos expertos resultó un episodio
épico. De ahí que causase tanto impacto su muerte.
Rafael Menacho y Tutlló nació en Cádiz el 22 de mayo de 1766. Estudió
en la Academia militar del Puerto de Santa María y se convirtió en
cadete con 18 años. Siempre destacó y sus ascensos fueron rápidos y
constantes. Con 21 años fue subteniente, con 25 segundo teniente, con 27
primer teniente, capitán de granaderos tres años después y sargento
mayor con 32. Fue brigadier a los 43 y murió como mariscal de campo con
45 años.
Su primera batalla destacada fue en Ceuta, donde estaba con la
guarnición. En dos ocasiones el entonces emperador de Marruecos sitió y
bombardeó la ciudad y Rafael Menacho fue uno de los militares que
destacó.
Dos años después tuvo su primer enfrentamiento contra los franceses.
Con la proclamación de la república tras la Revolución Francesa las
tropas galas trataron de invadir parte de Cataluña. Participó en la
batalla y fue herido. Posteriormente se trasladó a Gibraltar, pero al
declararse la Guerra de la Independencia lo destinaron a Extremadura,
donde encabezó la resistencia. Fue nombrado gobernador político y
militar en Badajoz y consiguió resistir los ataques y los asedios de las
tropas de Napoleón hasta que una bala de cañón zanjó su historia.