Ansiedad: ¿Aliada o enemiga?

Ansiedad: ¿Aliada o enemiga?

A pesar que con frecuencia la enfocamos en un contexto negativo, la ansiedad al tener un cauce adecuado nos puede proporcionar alternativas favorables; el tema: ¡saber cómo hacerlo!

 Es una respuesta del cerebro reptiliano, el que nos ayuda de forma instintiva a salir de condiciones de riesgo. Esta condición es humana, es normal, permite la adaptabilidad y optimiza la forma en que se responde para salir de una adversidad.

 La ansiedad, de inicio prepara a la Persona con el fin de salir avante ante riesgos y amenazas, buscando minimizar las consecuencias adversas, negativas o no agradables. 

Al no dar un rumbo favorable a la ansiedad, puede dar lugar a problemas de salud, a condiciones no favorables en los estados de ánimo, a entorpecer las relaciones interpersonales, por mencionar algunas.

Al buscar una interpretación con enfoque objetivo de la ansiedad, concluimos que se potencia al tener presente el miedo, aunado a la incertidumbre, de donde concluimos que, a mayor intensidad de alguno de los dos conceptos, la ansiedad se incrementará.

 

Con el fin de reducir el impacto de cualquiera de estos dos elementos, se tienen alternativas de mejora:

Enfoque hacia el desarrollo de los hábitos, en donde al minimizar uno de esos elementos, la condición impacta menos, logrando en consecuencia, una mejora en la condición personal.

Al analizar las situaciones el impacto desfavorable del cerebro reptiliano, se disminuyen, dando lugar al pensamiento en donde se buscan situaciones de impacto favorable.

El pensamiento nos abre las oportunidades para reconocer objetivamente lo que se presenta y/o se vive en condiciones reales. 

Al tener claridad de la situación, la Persona tiene como opción reconocer y aceptar o permitir lo que sucede en el momento.

Una vez identificada la situación, se tiene la oportunidad de hacer conciencia de las emociones, los sentimientos y de los pensamientos, tanto individuales como las del entorno.

Tener conciencia de lo que pasa con uno mismo y lo que la influencia del ambiente genera.

Al analizar lo que en verdad sucede, nos damos cuenta que cerca del 90% de las preocupaciones son humo o distractores y que solo un 10% de ellas se hacen reales.

 

¿Qué sucedería con tu actuar si tuvieras la oportunidad para enfocar tus actividades y con ello potenciar la parte favorable de tu actividad diaria?

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