Breve introspección al break-even point (punto de equilibrio)
Carlos Jaramillo Terán
Finanzas | Finanzas públicas | Proyectos sociales | Project management | Investigación | Docencia
Referirse al punto de equilibrio o en términos anglosajones el break even point, es realizar un primer análisis sobre el número de unidades a vender necesarias para cobertura de costos de un nuevo emprendimiento.
El punto de equilibrio tiene su propia conjetura y está directamente relacionada con el tipo de industria y más con la composición de los costos. Cuanto más altos sean, mayor número de unidades deberé vender para alcanzar el break even point. El momento financiero en el cual puedo cubrir mis costos fijos, el emprendimiento atraviesa el valle de la muerte y es sostenible en el tiempo. A partir de las nuevas unidades vendidas y las cuales superan la banda de break even point es el momento de cubrir costos variables y automáticamente empieza la generación de ganancias, y el emprendimiento empieza a ser rentable.
En términos más ambiguos debemos aclarar que hasta el momento cero (valle de la muerte) hemos cubierto todos los costos fijos, con la venta de las unidades que supera el punto de equilibrio empiezo a cubrir mis costos variables y genero ganancias.
En mi concepción, el punto de equilibrio ha sido, es y será una medida de salud financiera. Tiende siempre a reenfocar en genoma de los costos y gastos con un enfoque claro: su reestructuración.
La literatura ha sido poco generosa, muy poco se ha tratado sobre el punto de equilibrio en los servicios, y trataremos de expresarlo en unas pocas líneas. La discusión más grande y la afirmación más breve es "el break even point solo sirve para evaluarlo cuando produces o vendes bienes". Debo desmentirlo, incluso cuando calculamos servicios podemos conocer la cantidad o porcentaje de servicios que tendremos que prestar para la cobertura de costos.
En conversaciones con colegas expertos en temas fiscales he visto siempre el problema que menciono. Siempre me llevo el mismo pensamiento, puedes ser muy bueno en tu trabajo pero si no las llevas a la par con las finanzas ni el mejor emprendimiento podrá sobrevivir.
El tabú de los costos fijos y variables
Partamos de la diferencia entre un costo y un gasto. Los primero se recuperarán en el corto o largo plazo, su recuperación se da en la venta del bien o servicio. Los gastos aportan al emprendimiento pero no forman de la razón de ser, de la parte operativa y por tanto no suelen recuperarse.
El emprendimiento por naturaleza incurrirá en costos fijos y variables. Al costo fijo se lo debe tratar como una variable dependiente, constante y de tarifa fija. Es decir si el emprendimiento produjera cero unidades deberían erogarse costos fijos. Un ejemplo muy frecuente son los sueldos, y cuotas de préstamos a tipo de interés fijo. No suelen cambiar (términos monetarios) en un horizonte de tiempo y nivel de producción.
A diferencia de sus hermanos, los costos variables, cambian a diferentes niveles de producción y tiempo. Las horas extras que se pagan a los trabajadores por ejemplo son del tipo variable, si nos conceden un préstamo a tipo variable cada vez que cambie la tarifa libor o Euribor nuestra cuota mensual cambiará con esta tarifa variable.
Desconocer los costos fijos y variables es el equivalente a responder la pregunta: ¿invertirías en un emprendimiento en la cual desconoces el momento que empezará a generar ganancias? No responderla es simplemente algo injustificable.
Hace algunos años atrás, cuando presente mi business plan, uno de mis inversores preguntó sobre la planificación de ventas (tiempo) y ¿cuántas serían necesarias para empezar a ganar?
Documento escrito por Carlos Jaramillo Terán, CEO de Partners Consultores.