BurnOut: El líder que no podía tomar decisiones

El síndrome de burnout o síndrome del profesional quemado afecta principalmente a profesionales con una gran carga de responsabilidad y algo que debemos tomarnos muy en serio porque puede comprometer nuestra salud

En más de una ocasión, he comentado que el rol de líder exige una gran responsabilidad tanto porque la empresa le exige que consiga una serie de objetivos anuales que aseguren el crecimiento de la organización como por el hecho de gestionar los equipos de trabajo, tomar decisiones a veces difíciles y bajo presión, resolver conflictos y un sinfín de tareas más propias de cualquier cargo directivo.

Francisco Alonso-Fernández, catedrático de psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid habla del estrés de la competitividad en empresarios y directivos que acaba generando un burnout

Burnout y entorno VUCA

La presión y responsabilidad habitual que asumen los líderes se ha elevado a niveles extremos en los dos años que llevamos desde que estalló la pandemia, situación agravada por la guerra de Rusia y Ucrania y el aumento del precio de los combustibles y la amenaza de un posible cese de suministro y desabastecimiento. 

En épocas de crisis, la presión a la que se ven sometidos los directivos se acentúa por el incremento de la actividad que no se traduce necesariamente en un mayor necesariamente en un mayor rendimiento efectivo ya que cuando estamos en un entorno VUCA en el que predomina la incertidumbre y la volatilidad, el mercado se muestra temeroso y reacio al consumo, la competencia entre las empresas aumenta  y la carga laboral que asume cada trabajador aumenta debido la reducción del personal.

El estrés es una reacción fisiológica normal que se da para dar respuesta a una demanda mayor de energía para atender a una sobrecarga de trabajo o dar respuesta a determinados desafíos. Por tanto, ciertos niveles de estrés no son perjudiciales ya que nos proporcionan la adrenalina necesaria para resolver estas situaciones.

El problema aparece cuando estos niveles de estrés se sostienen en el tiempo como ha sucedido en estos dos últimos años pues una situación de estrés crónico somete al cuerpo a un gran esfuerzo que nos puede llevar al agotamiento físico, mental y emocional repercutiendo negativamente en nuestra salud.

Cómo saber si estás padeciendo burnout:

Estás quemado si:

• Te sientes cansado física y mentalmente
• No consigues concentrarte
• No eres capaz de tomar decisiones y te sientes bloqueado
• Estás más irritable y discutes fácilmente con tu pareja, hijos , equipo,...
• Padeces insomnio
• No eres capaz de encontrar soluciones a los problemas de tu empresa
• Te sientes desbordado por el trabajo

Cómo has llegado hasta aquí:

1. Piensas que puedes con todo y no pides ayuda

2. No te cuidas porque crees que lo más importante es la empresa

3. Comes cualquier cosa de forma rápida porque no tienes tiempo

4. No descansas ni duermes las horas necesarias porque no dejas de pensar en lo  que te preocupa

5. No prácticas deporte

6. No te relajas;  yoga, meditación, respiración consciente, contacto con la naturaleza,...

7. Descuidas las relaciones familiares y amistades porque estás centrado en el trabajo

8. Piensas que con tu experiencia y conocimientos ya lo sabes todo y te resistes contemplar otros puntos de vista, posibilidades o maneras de hacer las cosas

9. No estás pendiente ni haces caso de las señales que te alertan de los cambios que se avecinan

10. No quieres salir de tu zona de confort porque te da miedo lo desconocido

11. No explicas lo que te preocupa y sucede porque no quieres preocupar a los demás

12. No quieres mostrarte vulnerable ante tu equipo porque crees que vas a perder autoridad y te van a ver débil

13. Te dices que es una mala racha y que con el tiempo se arreglará

14. Culpas a los factores externos de tolo que que te sucede

Está claro que vivimos tiempos difíciles, eso es algo innegable, es una realidad objetiva que nos afecta a todos en mayor o menor medida. Pero nosotros siempre tenemos la capacidad de decidir cómo vamos a dejar que nos afecte.

Puedes decidir quedarte como estás y quejarte de la situación o decidir cuidarte, crear vínculos de confianza con tu equipo para pensar posibles maneras de capear la crisis, tejer una red de apoyo emocional, formarte en soft skills que aumenten tu capacidad de resiliencia,... Sólo tienes que pararte y pensar qué es lo mejor que puedes hacer por ti porque primero es tu salud ya que sin ella, nada de lo demás irá bien.