¿Cómo anda su valentía y agilidad emocionales?
Desde hace algunas décadas en nuestras sociedades industrializadas se ha reconocido la importancia que tienen las emociones no sólo en nuestra vida personal, sino también en nuestra vida laboral. Superficialmente eso se ha llegado a malinterpretar como ser "siempre positivos". Pero el meollo del asunto -bien conocido por personas sabias desde hace siglos- es reconocer toda nuestra gama de emociones "positivas" y "negativas" sin juzgarlas como "buenas" o "malas". Se trata de aceptarlas como indicadores de cómo anda nuestra vida y qué tanto nuestro actuar está alineado con nuestros valores. Reconocer nuestras emociones con curiosidad y amabilidad no significa que podremos conseguir todo lo que se nos antoje o que al estar en contacto con ellas, nunca nos equivocaremos. Lo que nos permite el ser valientes para aceptar nuestras emociones es desarrollar más pericia para afrontar las situaciones tal y cómo se presentan. Por ejemplo, una emoción "negativa" (como el enfado o la tristeza) podría indicarnos que alguna necesidad importante para nosotros no están siendo satisfecha y cabría entonces poder tomar algúna decisión alineada con nuestros valores para satisfacerla. Lo que eventualmente generará nuevas emociones (probablemente positivas). A esta conexión con nuestras emociones y un actuar habilidoso en consecuencia se le ha llamado "Agilidad emocional". ¿Qué tan familiarizado se encuentra usted con esta dinámica? Mejorar un poco estas habilidades, sin duda, puede significar una gran diferencia, en más de un ámbito de su vida.
Fuentes:
Susan David, Ph.D. (2018). The gift and power of emotional courage (Ted Talk). Disponible en: https://goo.gl/BWKGQw
Susan David, Ph.D. (2016). Emotional Agility. Penguin Random House, UK.
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6 añosGerardo Alegría Benítez