¿Cómo inciden las emociones de la persona en su rol como empleado?
Las teorías de la motivación y del liderazgo fueron la derivada perfecta a los estudios de la productividad que se hicieron en el siglo XIX. Quizás sea Elton Mayo con la teoría de las relaciones humanas quién puso a la persona en el epicentro de la organización. Cada paso que hemos dado desde aquellos estudios nos llevan a concluir que indistintamente de cual sea el stakeholder (empleado, cliente, proveedor,...), la relación humana, el vínculo, es algo sagrado para generar estructura y sobre todo estabilidad. A lo largo de mi carrera, me he dedicado a estudiar el clima laboral en múltiples organizaciones identificando el nivel de satisfacción y lealtad del empleado con el proyecto. Es decir, analizamos cómo es ese vínculo, cómo mejorarlo y en ocasiones romperlo. Sin embargo, el otro día viendo este capítulo de la serie Euphoria pensaba en cómo hay profesionales de enmascaran sus vivencias para ser resolutivos y cómo puede afectarles esto a su índice de motivación y/o implicación. Siempre me han impactado mucho los actores que cuentan cómo fallecen familiares y salen a escena porque se deben a su público. Esa capacidad de alienarse de la emoción, compartimentarlas y decidir cuando vivirla es un ejercicio altamente complejo, y entiendo que se puede enmarcar más en una persona que ha trabajado sus competencias para ser otras personas como lo hace un artista. ¿Pero qué pasa con nuestros empleados? ¿Con nuestros clientes? ¿Con nuestros proveedores? ¿Tienen la oportunidad de vivir sus emociones o esperamos de ellos que bajo el traje de la profesionalidad puedan maquillar su ser?
Socio Director Alen Asesores y Abogados
2 añosMuy interesante reflexión, porque es el vínculo el que determina relaciones profundas con las diferentes personas con las que nos relacionamos en nuestro entorno profesional. Quizá compartimentar ayude a afrontar dificultades en distintos ámbitos, pero cada vez es más notorio que no existe una vida personal totalmente desconectada de la profesional, y viceversa. Precisamente por eso, es central la gestión y el tratamiento de las emociones.