La pregunta no es aleatoria, ni retórica, es una profunda reflexión sobre las relaciones entre el colaborador y el líder.
Pero, ¿Cómo rompemos el corazón de un trabajador? aquí algunas de las formas:
- Cuando hace un trabajo bien, con detalles, a tiempo y no le damos feedback, solamente asumimos que debía hacerlo bien, que era parte de su trabajo. Somos incapaces de apreciar sus detalles, que nos quieren decir: Nótame, me estoy esforzando, estoy comprometido.
- Cuando un colaborador se queda hasta tarde y no le reconocemos el esfuerzo. Entregó tiempo de su vida para que se lograran los objetivos y quizás dejó de hacer cosas personales, porque le interesaba que el líder hiciera la entrega y no lo notaste.
- Le hablaste de sus errores, pero fuiste incapaz de hablarle de las cosas buenas que tiene y hace. Su amor propio, su autoestima, lo que esperaba escuchar, todo se vio afectado por la falta de empatía.
- No le prestaste atención mientras hablabas. Miraste el teléfono, la computadora, atendiste una llamada, todo mientras él te explicaba con pasión aquel proyecto que proponía desde su inspiración.
- Lo cambiaste por otro colaborador, el que era tu mano derecha ahora pasó a ser otro más, porque hay alguien que hace el trabajo diferente. El problema es que los seres humanos muchas veces nos definimos por las relaciones que formamos.
- Olvidaste las fechas especiales. No recuerdas su cumpleaños, fecha de ingreso, momentos especiales. A esto se le puede sumar que olvidas el nombre de sus hijos, esposo, padres. Esa sensación de falta de interés hace que el colaborador se sienta que está solo en la relación.
Hay muchas más formas de romper el corazón, pero un líder debe darse cuenta de lo que ha hecho, tomar medidas, arreglar la situación.
Como toda relación, es importante aceptar que nos equivocamos, pedir perdón, buscar la solución y seguir adelante.
Un verdadero líder, no es un rompe corazones, sino alguien que cuida los corazones de los colaboradores.