Cada vez más ‘Pinochos’
Leí ayer este titular: "Brutal e injusto": la CEO argentina que fue despedida por teléfono y aunque no conozco a Alexia Keglevich, no sé cómo es ni trabaja y sabiendo que hay mil cosas más importantes, no puedo dejar de sorprenderme, horrorizado, de cómo algunas personas (espero pocas) se han transmutado en 'Pinochos'.
Éstos individuos ‘deconstruyeron’ el camino de la sensibilidad y la compasión del siglo XXI. Se produjo una regresión a marionetas en el mundo corporativo donde muñecos sin vida ni corazón, movidos por no sé qué hilos invisible que tallan sus voces, han quedado descorazonados. Noto una involución en ellos de la carne a la madera.
La (1ra) Revolución Industrial tuvo consecuencias durísimas en las vidas de los niños de entonces. Las Aventuras de Pinocchio representa esa dificultad. La (4ta) Revolución Industrial integra la tecnología en prácticamente todos los ámbitos de la sociedad. Todas las Alexias de este tiempo parecerían ser víctimas de esas causas. Me pregunto en qué momento nos perdimos como raza en los recorridos de éstas Revoluciones. Me respondo que cuando nos deshumanizamos, en lo minúsculo y en lo mayúsculo. Cuando no comprendemos el sufrimiento de uno, diez, cienmil y actuamos como si fueran indoloros juguetes.
Creo que los Midas modernos que ambicionan convertir todo en oro no aprendieron que ese privilegio solo les provocará grandes desgracias. Aquel monarca no terminó bien y los tiempos que corren son testigo, acusador, abogado, perito juez y jurado.
Los contrastes entre el camino de evolución, de humanización en Las Aventuras de Pinocchio, en el cuento de Carlo Collodi, versus el sendero de involución, de deshumanización de algunos personajes empresarios actuales es sorprendente. En el primero hay una búsqueda para crear y generar filialitas, en el segundo solo filiales corporativas. La humanización nos ayuda a descubrir lo bueno en la gente, lo contrario nos convierte en actores que imprimen males innecesarios. Ya hay suficientes pesares en lo cotidiano como para agregar ‘viruses’ artificiales a la salud de las personas. En Las Aventuras de Pinocchio la mediación lo redime, en la actualidad la no intervención nos conduce cada vez más a la soledad y al egoísmo. La lección del cuento es que hay una realidad superior a la de los tiranos de este mundo por más que la que ellos más quieren mostrar es SU realidad. Todavía podemos padecer una transformación mágica y dejar de seguir actuando en el circo que nos esclaviza. Depende de nosotros. No siempre sucederá una ex machina que nos salve.
La nariz es larga y las patas cortas en la mentira. No estamos fritos aún, aunque parezca que no hay escapatoria ni esperanza. Hay una estrella a la que podemos pedirle el deseo de que nos convierta, si trabajamos con honestidad, valentía y altruismo, de marionetas a personas, y no viceversa.