Crítica a la incertidumbre. Del entorno VUCA al entorno IVUCA.

Crítica a la incertidumbre. Del entorno VUCA al entorno IVUCA.

El ser humano, es egocéntrico por naturaleza. Creo que no engaño a nadie, y espero que los lectores recurrentes hayan asumido ya esta idea. Realmente no hemos estado la mayor parte de nuestra historia creyendo ser el centro del universo por razones aleatorias, ni creyendo haber estado hechos a la imagen y semejanza de un ser superior por producto del azar. Más bien es lo opuesto, estamos hechos a la imagen y semejanza del azar, de la espontaneidad, de lo aleatorio.

Conviene no confundir los conceptos egocéntrico y egoísta, en múltiples ocasiones aparecen relacionados, pero existen diferencias entre ellos. Un individuo egocéntrico es aquel que tiende a situarse en el centro de atención, incluso en la atención prestada por si mismo, porque en su razonamiento, él es más importante y como tal debe primar. Un individuo egocéntrico es profundamente débil, puesto que carece de información, aquella proveniente del entorno, la inmensa mayoría. A un individuo egoísta se le añade un plus, y se encuentra más asociado a la actuación que a la interpretación, actuación que le hace primar a su persona frente a las demás en la asignación de recursos, no necesariamente limitados. De esta manera, un individuo puede conocer perfectamente las necesidades de los demás y ser consciente de ellas, pero anteponer su persona en la asignación de recursos, lo que le haría egoísta pero no egocéntrico, al igual que no anteponer su persona a los intereses del entorno, pero si en su interpretación: "Yo, soy más importante, pero no necesito tener todos los recursos".

Si desarrollo esta idea, es porque esto genera un sesgo o "bias" inevitable que infiere en la correcta lectura y análisi del entorno. Y esto se ve, de forma clara en la idea de:

"El entorno actual es el más incierto que haya existido nunca, estamos en un entorno VUCA."

*Entorno VUCA: Entorno caracterizado por su volatilidad (V-olatility), incertidumbre (U-ncertainty), complejidad (C-omplexity) y ambigüedad (A-mbiguity).

Esta afirmación todavía es más graciosa cuando la pronuncian altos directivos, personalidades que desempeñan su jornada de trabajo en grandes edificios con su despacho al final del pasillo, hombre o mujeres (espero que cada vez más) encargados de administrar grandes multinacionales o empresas públicas mientras perciben sueldos netos que superan las 5 cifras, a todos ellos: no culpen al entorno de su incapacidad.

¿Queremos ser los mejores? Adelante, pero creo que ya tenemos suficientes medallas autoimpuestas con haber criado y sido la "generación mejor preparada". La realidad es que solamente se puede llegar a tal afirmación obviando la intensidad, gravedad o fuerza de la volatilidad, de la incertidumbre, de la complejidad y de la ambigüedad.

El mensaje se entenderá de forma simple: con supermercados que le aseguran el suministro de productos básicos, con cobertura médica estatal que le asegura su salud, con sus ahorros en el banco que le aseguran su supervivencia, con su apartamento que le da cobijo, ¿cómo puede usted creer que su entorno es el más incierto que haya existido nunca? Debemos incorporar el factor que nos haga dejar de decir estas barbaridades.

Seamos honestos, nuestras vidas son tan poco inciertas y volátiles, que debemos añadirle acción comprando cualquier activo que veamos anunciado en el perfil de Twitter de un billonario espacial sudafricano cualquiera.

El hipotético entorno IVUCA

De manera previa me gustaría realizar una serie de matices, primero de todo, no estoy proponiendo ningún modelo ni asentando las bases del nuevo pensamiento. Si mi intención fuese esta, demostraría una enorme soberbia al hacerlo desde un artículo de 5 minutos de lectura sin una gran investigación previa. En segundo, el entorno "IVUCA" no tiene nada que ver con ningún dispositivo inteligente de la marca de la manzanita, conviene que quede claro.

Asimismo, introducimos una nueva variable o fuerza a considerar en el estudio de la incertidumbre, que determinará la importancia de esta incertidumbre, y que, en base a esta, seremos nosotros mismos los encargados de mediar de la forma correcta con tal incertidumbre. Haciendo alusión al premio Nobel en economía Daniel Kahneman, decidir a qué sistema delegamos la decisión. Esta variable en cuestión es: el impacto.

El impacto, no es más que la cuantificación de esta intensidad, fuerza o efecto que el entorno o elemento ocasiona sobre el individuo o receptor. Y para el correcto análisi debe relacionarse con cada uno de los elementos de un entorno VUCA, existiendo la posibilidad del impacto favorable, siendo este beneficioso para el individuo, tal y como deja a entrever, el investigador libanés, Nassim Nicholas Taleb, en su libro: "Antifrágil: las cosas que se benefician del desorden".

El impacto nos ayuda a no caer en la arrogancia de los anteriores señores con traje, nos hace comprender la afectación real de la incertidumbre en nosotros mismos. El impacto, en muchas ocasiones puede reducirse a 0 (o casi), con solamente evitar ese elemento volátil, ¿quién te ordenó comprar Bitcoin? ¿Por qué seguiste el consejo de tu limpiabotas, no veías la burbuja? ¿Por qué seguiste el consejo de tu compañero de clase, no veías la pirámide?.

Si añadimos el impacto, nuestro entorno cae en el ranking de volatilidad, la frase previa de traje y corbata se desmonta. En un momento histórico donde tenemos el alimento asegurado, donde las guerras que nos afectan directamente al mundo desarrollado son mínimas, donde, hasta hace unos años, no había grandes pandemias, y cuando surge una, la ciencia y los investigadores se encargan de desarrollar una vacuna que reduce considerablemente la afectación de esta, el impacto toma niveles relativos mínimos.

Aun así, lo que he comentado no obvia la posibilidad que, en nuestros tiempos, puedan surgir situaciones volátiles puntuales, en determinados individuos o en el conjunto de la sociedad. Imaginad que la NASA nos anuncia una posibilidad del 50% de impacto de un asteroide contra el planeta Tierra que dejaría la civilización humana en el olvido, sin un protocolo científico para enfrentarse a una situación así, y también sin el tiempo necesario para que los Bancos Centrales reduzcan el tipo de interés y así se desvíe la trayectoria del meteorito. Este hecho supondría un elemento extremo: incierto, volátil, complejo y ambiguo, con un impacto grandioso: la continuidad de la civilización humana.

Un verdadero entorno IVUCA, merma directamente el crecimiento a largo plazo de la sociedad que lo sufre. Puesto que el impacto de la volatilidad, hace que el riesgo de la no compensación del pay-off actual, en un futuro extremadamente cambiante y de alto impacto, sea demasiado elevado. De este modo, se disuade a todo aquel individuo que quiera dedicar recursos en proyectos de retorno tardío.

En base a esta hipótesis podría explicarse perfectamente el reducido crecimiento y adelanto tecnológico del pasado, en contraposición a los elevados niveles que manejamos en la actualidad.

Muchas gracias por tu tiempo.

Este artículo ha sido previamente publicado en: https://www.aaronfernandez.es/?p=701 y compartido completo en LinkedIn de forma excepcional. Te invito a que visites mi blog o conectemos para estar en contacto.

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