The Dad Shift: El movimiento en pro de una Paternidad Presente

Hace poco leí en las noticias sobre la campaña The Dad Shift, un movimiento en el Reino Unido dedicado a abogar por mejores condiciones en las licencias de paternidad en aquel país. Recientemente activistas del colectivo, colgaron muñecos de bebé en estatuas masculinas para visibilizar la falta de licencias de paternidad suficientes. Aunque en México contamos con una licencia de paternidad de 20 días (un avance frente a las dos semanas británicas y la más larga de todo el continente americano), el camino hacia una verdadera igualdad en el cuidado familiar aún está lleno de desafíos. Este tema trasciende fronteras, y nos invita a reconsiderar cómo estructuramos nuestras políticas para reflejar el valor de la participación paterna en la crianza.

La importancia de que los padres estén presentes desde los primeros días de vida del bebé es evidente en estudios que resaltan los beneficios de una paternidad activa y presente: fortalece el vínculo entre padre e hijo, reduce la depresión posparto en madres y contribuye a cerrar la brecha salarial de género. En sociedades que ya implementan licencias de paternidad más largas, la diferencia salarial es menor y la participación laboral de las mujeres aumenta, lo que demuestra que políticas inclusivas en la crianza generan una sociedad más equitativa. En palabras de la UNICEF, “un papá comprometido y afectuoso aporta una mejor autoestima, más habilidades sociales, apoya con un mejor desempeño escolar, y entrega bienestar psicológico para los niños y niñas.”

Aún en México, pese a los avances, queda la pregunta: ¿es suficiente una licencia de 20 días? De acuerdo al INEGI, 33 de cada 100 hogares son sostenidos por mujeres y alrededor de 4 millones de hogares no tienen una figura paterna. Imaginemos un México donde los padres tengan derecho a seis semanas de licencia remunerada, sin importar su nivel salarial. Este cambio podría revolucionar no solo la vida familiar, sino también el balance entre género y trabajo. Esta visión es una inversión en el bienestar de las familias y en una cultura que valora el apoyo mutuo en la crianza.

Como mujeres, sabemos muy bien lo que es desafiar los roles de género; rompemos techos de cristal, aspiramos a ser líderes en el mundo laboral y empresarial, elegimos carreras STEM, nos manifestamos y luchamos por alcanzar la equidad de género, exigimos igualdad de condiciones, justicia para la violencia de género, etc.

Sería ideal que los hombres por su parte hicieran lo mismo, participando activamente en la crianza de sus hijos, practicando la vulnerabilidad emocional que les permita tener relaciones efectivas y transparentes, apoyar la equidad de género tanto en el trabajo como en el hogar aprendiendo a realizar tareas domésticas y para el cuidado de niños y adultos mayores. Otro punto importante es comenzar a cambiar la narrativa y mentalidad para rechazar la violencia como una expresión innata de masculinidad.

Es momento de debatir y, como lo han hecho otros países, de implementar políticas que reflejen la necesidad de una crianza compartida, rompiendo estereotipos y abriendo puertas a la equidad. Tal vez en México podríamos iniciar un movimiento similar a The Dad Shift, para avanzar hacia un país donde el cuidado y la responsabilidad parental sean, realmente, de todos.

¿Qué opinas? ¿Consideras que vamos por buen camino en nuestro país o que aún nos falta mucho camino por recorrer? Yo cada vez veo más cambios positivos, pero me gustaría leer sus opiniones, propuestas o retos no mencionados aquí.