De Destituciones y otras Yerbas
La CONFIANZA es la esperanza que se tiene de algo o de alguien según la RAE. Pero el fútbol no sabe de RAE ni de filologías.
Sobre la ratificación de la confianza en un entrenador por parte de los rectores de un club o selección, la historia dice que es el paso previo a su destitución.
Tuve la mala suerte de ser destituido solo una vez en mis 30 años de entrenador, pues creo que alguna destitución más me hubiera abierto otros caminos y brindado más enseñanzas de las conductas humanas.
Cuando los resultados no son los deseados, y son continuados, comienzan las especulaciones. Un club puede tener un dueño circunstancial, y decide a su placer, pero cuando los dueños de un club son los propios hinchas, el raciocinio es rehén de las emociones y los fanatismos.
Sabido es que la historia reciente o lejana, tiene poco peso a la hora de evaluar la gestión de un “Mister” y los rendimientos de su plantilla.
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Sin embargo, el administrador de esperanzas siempre es el Entrenador desde su Conocimiento, Motivación y Empatía.
Nunca se reparten estos conceptos en forma igualitaria, pero en cada momento de una temporada cada uno de ellos tiene un peso específico. La realidad marca el camino, y hay que descubrir las mejores vías para transitar por él.
Siempre digo que los hechos van por delante de los conocimientos, y de las circunstancias que ocurren durante una temporada se extraen enseñanzas que hay que analizar para conocer más profundamente los motivos para las realidades que se viven.
Como entrenador y colega que cuida lo ético, lo moral y lo estético, no me gusta que un Entrenador se quede sin trabajo, aunque asimismo, y como en cualquier otra profesión, sé que las vacantes se generan naturalmente o por los resultados de una gestión.
Para los rectores de los Clubes, mente fría. Para nosotros los Entrenadores, también corazón caliente.-