Depresión : ¿Qué pasa cuando niego mi tristeza?
Muchos clientes vienen a mi consulta con síntomas de depresión. Me atrevería a decir que en un 70% de los casos.
Es el mal de nuestros días: la depresión
Vivimos en un mundo donde todo parece invitar a estar contentos y felices
En las redes sociales, todos muestran su mejor cara, sus mejores experiencias. Ahí está el caso reciente de un hombre gallego que murió solo, con síndrome de diógenes, rodeado de su propia basura, y que dio la alarma de su “desaparición” una de sus seguidoras de Facebook. Porque eso sí, tenía miles de seguidores y hacía 4 días que no publicaba nada, y esa seguidora llamó a la policía extrañada. Una doble vida.
¡Qué triste! ¿no?
La tristeza o la depresión es la enfermedad más difundida en nuestra época, afecta no sólo a las personas de edad madura, como consecuencia de la acumulación a lo largo de su vida de pérdidas y decepciones, sino también a los jóvenes, abrumados por las expectativas de sus padres y enfrentados con los desafíos de un medio altamente competitivo.
Hoy te quiero mostrar ejercicios prácticos para despertar tus propias ganas de vivir y enseñarte a expresar tu amor, independencia y singularidad.
Quienes se muestran tristes, y más aún, los que ocultan su tristeza bajo una capa de falsa felicidad, viven una vida desapegados de la realidad, persiguen metas irreales y han perdido la fe en la vida.
¿Qué pasa cuando una persona oculta su sentimiento de tristeza?
Las personas no expresamos todos nuestros impulsos. A medida que crecemos, aprendemos a saber cuáles se pueden expresar y cuáles no.
Cuando paramos un impulso lo hacemos a través del sistema muscular: aprentándonos. Así bloqueamos la acción del movimiento.
Cuando está tan interiorizado en nosotros que de forma automática y no consciente, SUPRIMIMOS nuestros impulsos, entonces ya uno no es consciente de su impulso, su deseo, su sentimiento. Se produjo entonces lo que se llama la REPRESION.
Por tanto, la parte de nuestro cuerpo a la que le fue negada la acción queda MUERTA.
El suprimir un sentimiento: tristeza, irritablidad, miedo… es como comprar todas las papeletas de una tómbola donde se regala “la depresión”.
Tanto para el hombre como para la mujer que de niños no tuvieron ni el amor ni la aceptación, mi consejo es “olvídalo”. Una vez que se llega a la madurez el asunto está cerrado. La vuelta a la infancia es imposible. No sacrifiques tu presente.
Pero la situación terapéutica es una EXCEPCIÓN a este principio. El terapeuta funcionará con frecuencia como sustituto de la madre o padre. Le ofrecerá amor y aceptación y puede que anime al paciente a regresar a un estado infantil; pero no con la idea de reparar las anteriores pérdidas del paciente, sino para ayudarle a reexperimentar esa pérdida y a expresar el dolor asociado a ella.
El trabajo terapéutico consiste en ayudar al paciente a encontrar su camino para amarse y aceptarse a sí mismo, y adquirir una confianza en sí mismo que venga a reemplazar a la que no obtuvo de sus padres.
Vídeo con tres técnicas psico-corporales para trabajar la depresión
Los objetivos de estas técnicas son los siguientes:
1) Toma de contacto con la realidad corporal. Usaremos el banco bioenergético: si te contienes tu cuerpo te dolerá.
2) Toma de contacto con la capacidad de amar-amarse-ser amado: ¿Qué pasa si tocas mi cara?
3) Expresar la rabia y dolor por la pérdida de la capacidad de amar: Pataleo del ¿por qué?
Si quieres saltarte la introducción, que es lo mismo que te he contado antes, pasa directamente al minuto 4.38.
Vas a presenciar cómo es mi trabajo con un cliente (la persona que aparece en el vídeo es una colaboradora, psicóloga también) con toda la intensidad con la que yo trabajo.
El vídeo puede asustarte por la intensidad del trabajo. Eso es bueno. Si es así, bájale simplemente el volumen.
¿Qué te pareció? ¿Qué sentiste al verlo?
Removerte por dentro, desde las entrañas, para sacar tu mundo emocional a flote, ése es mi objetivo. Para después poder ayudarte a digerirlo, a integrarlo y que continues tu camino más sano/a y vital.
Te espero en los comentarios. Y si eres profesional de la salud emocional, me encantará saber tu opinión, sugerencias, críticas…
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