"Destroyer: una mujer herida" (2018), retrato de una justiciera.
“Esa mujer merece su venganza…y nosotros merecemos morir”
Budd (“Kill Bill: Volumen 1”, 2003)
Aunque de formas menos pomposas a las expuestas en la quinta película del buen Quentin, el motor narrativo de “Destroyer: una mujer herida”, de la directora estadounidense Karyn Kusama, radica también en la búsqueda de una mujer por vengarse del principal responsable del episodio más traumático de su pasado. Con este objetivo en mente, ella irá descubriendo una pista tras otra al mismo tiempo que, a través de flashbacks, se nos presentan los motivos de este agotador viaje y el por qué representa una cuenta imprescindible por saldar.
Kusama (“Girlfight” y “La invitación”), vuelve a recurrir a los alrededores de la ciudad de Los Ángeles para situar su historia, en esta oportunidad bajo una atmósfera violenta, desaturada y con exteriores azotados por un sol sobrecogedor que intenta trasladar al espectador el mismo desgaste e incomodidad que la protagonista, la agente de policía Erin bell, manifiesta a lo largo del metraje. Su mirada cansada, voz rasgada y físico marchito complementan el retrato de una mujer que ha perdido cualquier vínculo afectivo con su círculo social, familiar y profesional más cercano. Partiendo de esta vulnerable posición, sus acciones se alejan de la típica figura detectivesca de quien lo tiene todo bajo control. Aquí estamos ante un personaje impulsivo, colérico y capaz de llegar a todo por cumplir con su objetivo, incluso si ello implica la autodestrucción física y espiritual.
Nominada a un Globo de Oro por su trabajo en la cinta, Nicole Kidman potencia en todos los aspectos posibles la increíble transformación física a la que es sometida para interpretar a la detective Bell. Las virtudes ya mencionadas sobre su mirada y voz son solo un fragmento de lo que la intérprete australiana nos entrega en esta ocasión, dotando de mucha verosmilitud a ambas versiones de su personaje: la inexperta y frágil Erin del pasado frente a la agonizante versión del presente.
El arte de Kidman y Kusama no es virtud suficiente para librarnos de ciertas flaquezas con respecto al tratamiento de personajes importantes a nivel de guión, pero bastante maltratados en lo que puesta en escena se refiere. Así lo vemos en la relación entre Erin y su hija, Shelby (Jade Pettyjohn), tan clave para empatizar con los motivos de nuestra protagonista como poco aprovechada por la directora y su equipo de guionistas para darle a su odisea una conclusión orgánica y consecuente.
“Destroyer: una mujer herida” se estrena el 21 de febrero en España.
Todas las imágenes son cortesía de A Contracorriente Films.