Fallece la Leyenda del Cine, Raquel Welch, sex symbol de las Décadas de los 60s y 70s
Por José Ángel Lagos-Jiménez. Periodista/Editor The City Newspaper
CALIFORNIA, USA- (Especial para The City Newspaper) Dueña de un sensacional cuerpo, “retador” para la época, se convirtió en el sueño erótico y callado de millones de cinéfilos que la vieron por la gran pantalla y por la televisión también. Era Raquel Welch, la actriz que acaba de morir a los 82 años de edad y que todavía mantenía mucho de su belleza, aunque con ese aire que tienen las señoras bellas a una edad avanzada.
La noticia ha impactado al mundo, porque se trata de una verdadera leyenda del cine de Hollywood, no solo por su fascinante aspecto físico, sino por el innegable talento e inteligencia que demostró en cada film en el que actuó. Decir de ella que fue la heredera, en el aspecto sensual, de Marilyn Monroe, es desacertado, pues se trató de dos bellezas muy diferentes: Raquel tenía una imagen más moderna, acorde a los años que le correspondió vivir; mientras que Marilyn era una rubia característica de la década de los 50, con rasgos fisonómicos diferentes a la Welch; aunque se parecían en lo arrasadoras que fueron en los corazones y deseos pasionales de los hombres.
Triunfadora irrepetible
Tenía una mezcla “explosiva” desde el punto de vista sensual, talvez porque era hija de madre anglosajona y padre latino, de profesión ingeniero aeronáutico, llamado Armando Carlos Tejada Urquizo, oriundo de Bolivia, América del Sur, y para mejores señas, era familiar de la expresidenta de ese país, Lidia Gueller Tejada. Su madre se llamó Josephine Sarah Hall, de origen inglés. No obstante su sangre latina, confesó en una ocasión que solo estuvo en la patria de su padre una sola vez y por razones del intenso trabajo, no tuvo oportunidad de visitar más a Bolivia, como hubiese deseado. Una nación donde se le adora y se le admira casi religiosamente.
Raquel nació el 5 de septiembre de 1940, en Chicago, Estado de Illinois, Estados Unidos, y su nombre de soltera fue Jo Raquel Tejada, mismo que cambió a Raquel Welch, debido al apellido de su primer esposo, James Welch, con quien se casó en 1950, cuando ella apenas contaba con 19 años de edad. Seis años después se divorció de él, pero conservó el apellido con el que fue mundialmente conocida, gracias a sus trabajos filmográficos.
Al poco tiempo de su nacimiento, se trasladó con sus padres a San Diego, California, donde, en la adolescencia, estudió interpretación y modelaje; también trabajó de presentadora en un espacio de televisión y en publicidad.
Con el paso del tiempo, contrajo matrimonio en tres oportunidades más. Los otros tres consortes fueron, Patrick Curtis, Andre Weinfield y Richard Palmer. De su primera unión, nacieron sus dos hijos, Tahnee y Damon Welch.
Cada película en la que apareció, fue un éxito de taquilla, pues ella era una garantía segura de triunfo para los productores cinematográficos. Su sensacional figura, que causaba todas las reacciones prohibidas en el género masculino, atraía a miles de admiradores en todo el mundo, quienes hacían largas filas en las afueras de los cines para degustar de la actuación y la presencia de la Welch. Sin embargo, su sensualidad no era escandalosa, aunque se salía de los parámetros y los límites que eran bastante conservadores en las sociedades de los años 60 y 70. Es por esa razón que se le consideraba “una adelantada a su época” por romper esas barreras que, incluso, la misma Marilyn Monroe no se atrevió a romper a pesar de su convincente y evidente sensualidad.
Raquel, por su impresionante físico, fue apodada “el cuerpo”, un sobrenombre del cual no renegó, principalmente porque ella misma hizo nacer esa imagen y la cultivó durante casi toda su vida: era amante de las dietas y del ejercicio en gimnasios, obviamente. En todo caso, al ver sus películas, notamos que había algo más que piel al descubierto en ella, porque su talento e inteligencia estaban “a flor de piel”, además de la disciplina de la que nunca se apartó a lo largo de su carrera profesional. Por eso, la crítica no titubeó ni un instante en catalogarla como una de las mujeres más bellas del mundo y de todos los tiempos, un apelativo con el que todos estuvieron de acuerdo.
Fue una triunfadora a carta cabal en Hollywood y ganó el Globo de Oro, gracias a su interpretación en el film “Los Tres Mosqueteros”; y su carisma hacía que el gran público la admirara y ovacionara ahí donde ella se posara, en determinado momento y lugar.
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¿De qué murió? Es uno de los secretos mejor guardados dentro de su círculo familiar. Un comunicado de prensa, escueto por demás, dice lo siguiente: “(Raquel) murió tranquilamente en la mañana de ayer, después de una breve enfermedad”; pero deja entrever que pudo haber sido por causa del cáncer, una dolencia que suele actuar veloz y fulminante en ciertos casos.
Un detalle importante que no debe pasar desapercibido, es la fortuna que deja esta mujer, que alcanza los US$40 millones (unos €37,6 millones), más una gran cantidad de propiedades, según el medio de prensa, Celebrity Net Worth. Fue una trabajadora incansable, tanto en el cine como en la televisión, en el modelaje y así mismo en la publicidad. Es por ello que amasó esa inmensa fortuna que supo administrar con sabiduría y sin hacer las consabidas “locuras”, muy propias de muchas otras actrices que han terminado atrapadas por la droga y en la miseria. Por supuesto que sus dos hijos han sido los beneficiados con esos inmensos caudales de dinero y bienes inmuebles. Nadie más que ellos.
Algunos detalles de su vida y su carrera
Su primer papel más o menos importante fue en la película “Viaje Alucinante,” en el que protagoniza a una joven asistente de un médico, quien resultó ser Stephen Boyd. Justamente en una de las escenas, cuando están a punto de operar a un científico ruso (soviético en aquel entonces), que desertó a Occidente, se puede observar la mirada nada controlada de Boyd hacia la figura impresionante de Raquel… su belleza lo había “encandilado.” Entre bastidores, preguntó el nombre de la co-protagonista y le dijeron que se trataba de una chica nueva, llamada Raquel Welch. El film fue estrenado en agosto de 1966. Casi de inmediato, su fama comenzó a crecer y obtuvo mayor resonancia y la consolidación definitiva, después de actuar en la película “Hace un millón de años”, donde actúa de cavernícola, junto a Don Chaffey. Vestida con ropas sugerentes, raídas, que dejan ver su vientre plano y sus espectaculares piernas y caderas, lucha contra tiranosaurios y la infaltable enemiga celosa, que envidia su atractivo de mujer. Aquí, es interesante resaltar que, durante el rodaje de esta película, Raquel Welch casi muere, pues contrajo una amigdalitis, debido al uso del bikini cuando la temperatura era demasiado fría, no apta para una vestimenta así. “Tenía tanta penicilina en el cuerpo –recordó la propia Raquel-, vestida con ese bikini de piel, que casi muero.”
Un dato importantísimo que se debe resaltar siempre, es el hecho de que nunca hizo un desnudo explícito; es decir, sus partes más privadas, pubis y senos al completo, nunca fueron fotografiados. Ciertamente apareció en una edición especial de la revista Playboy, a principios de los años 80, pero lo hizo en bikini y en poses de modelo, muy alejadas del concepto pornográfico y sin tapujos que caracterizaba a esa publicación especial para lectores masculinos. Raquel Welch nunca quiso mostrar sus encantos más escondidos, a pesar de la decepción y frustración de sus millones de admiradores alrededor del planeta. Por todo lo anterior, fue nombrada una de las 100 estrellas más sexis de la historia del cine, por la revista Empire y llegó a ocupar el tercer lugar en ese mismo aspecto, según la revista Playboy.
Posteriormente trabajaría en otras películas del lejano oeste, como “Bandolero” y “100 Rifles,” en las que, a pesar de ser “westerns,” deja ver su silueta fascinante. Su última película fue “Instrucciones para ser un latin lover” (2016); y su filmografía se extiende por más de treinta films y 50 series de televisión, a lo largo de casi 60 años de trabajo ininterrumpido ante las cámaras. Compartió escena con actores consagrados, como el italiano Marcello Mastroiani, Frank Sinatra, Robert Wagner y Vittorio de Sica.
En su libro autobiográfico, “Raquel Welch: más allá del escote” (2010), dedica algunas líneas a algunos de sus amigos y ex compañeros de rodaje; por ejemplo, de Dean Martin escribió que “era un fresco, el tipo más relajado que he conocido (…). Sabía cómo conquistarte. He tenido muchos hombres a mi lado, pero nunca los necesité para que me diesen autoestima. Soy empresaria, fui madre soltera y me considero independiente.” Aseveró.
En cuando al sexo, Raquel manifestó en el mismo libro: “El sexo está sobrevalorado. Es más el ruido que las nueces. Si soy sincera, no lo echo de menos. Una ventaja de envejecer es que dejas de ser un objeto sexual. Eres más auténtica.” Y añade: “Nunca quise ser un icono sexual y me costó décadas reconciliarme con mis posters. Soy más interesante que una chica prehistórica en bikini.” Confesó rememorando su famosa película “Hace un millón de años.”
De Frank Sinatra publicó en sus memorias: “Tenía tanto carisma que se te caía la baba. Le encantaba hacer diabluras y se tomaba muy en serio sus bromas; pero tenía toda una corte a su alrededor y era muy difícil encajar en un mundo tan poblado como el suyo.” En lo que atañe a Richard Burton señaló: “Era un misil guiado por el calor, un romántico incurable. El choque de egos lastra la intimidad entre las estrellas, con raras excepciones. Burton y Elizabeth Taylor eran como Brad Pitt y Angelina Jolie.” Del cantante galés Tom Jones, escribió la diva: “Me cuido pero sin matarme (y) es un mito que los hombres envejezcan mejor. Tom Jones es de los pocos (que ha envejecido bien) (…).”
Sobre su apariencia física, dijo: “Nunca me he estirado la cara ni me he aumentado los pechos. Solo una vez pasé por el quirófano: rinoplastia. Estoy en contra de que las chicas se operen cada vez más jóvenes. Desde que cumplí los 40, nunca he mentido sobre mi edad. He envejecido bien, gracias al yoga y a la dieta. Esos son mis secretos al cumplir años.” Concluyó esta mujer que fue el encanto, “el hechizo” de millones de machos que la amaron tanto como la desearon en secreto, en silencio, como se anhela lo que nunca se obtendrá.
Paz a su espíritu… la bellísima Jo Raquel Tejada