El foco en los Emprendedores

Los desafíos de nuestras Instituciones y los procesos formativos son los desafíos de Chile, ser capaces de abordar las áreas disciplinares y áreas de desarrollo productivo que se puedan explorar con la formación de capital humano, pero esto debería tener un correlato integrado, entre los diferentes actores que propician y aportan para que esto se lleve a cabo.

Investigadores, entidades de educación sector privado, gobiernos locales, regionales el gobierno nacional, deben trabajar no sólo en la generación de una cultura que privilegie el emprendimiento como opción de vida y herramienta de desarrollo, sino como un área de construcción de conocimiento que permita el desarrollo de instrumentos que redunden en beneficios a los nuevos emprendedores y empresarios en ¡¡un trabajo colaborativo con visión de largo plazo¡¡

El trabajo de la vinculación de la academia y el sector productivo tradicional debe ser importante, pero en los tiempos que corren, aparte de ser importante que todos lo sabemos, debería estar también dirigido y orientado a trabajar con los llamados EMPRENDEDORES.  Los hay en todos los ámbitos del quehacer nacional, Chile a nivel latinoamericano es líder en emprendimiento, personas de todas las edades, condición social, diferentes etnias, con formación profesional o sin ella, de diferentes regiones, que, a través de sus vivencias personales, han sido capaces de ir “más allá” en lo que el sentido tradicional de lo laboral nos ha enseñado, creando una propuesta de valor, que se genera y se pone en escena de manera distinta.

¡¡Que importante ha sido esta experiencia en los países desarrollados¡¡

Son ellos los que han tenido la real oportunidad de vivir, sufrir con toda la cadena de negatividad que permea a los que se atreven a ser “disonantes” o hacer algo distinto, para ser un emprendedor, pero además son capaces definitivamente de tener la creatividad y capacidad de abstracción para identificar, prospectar y desarrollar iniciativas que en algunos casos son sorprendentes y han logrado agregar valor en un sector productivo de bienes y servicios, que en algunas ocasiones tiene un horizonte de escalabilidad ilimitado.

¿Qué es lo que hace diferente una persona con estas características? ¿Lo adquiere en el transcurso del tiempo? ¿Está más influenciado por sus habilidades blandas, más que por los conocimientos? ¿han tenido experiencias y eventos críticos en sus vidas que los han determinado?

¿Es menester recorrer este camino azaroso para ser exitoso con mi proyecto? ¿pasa esto por el apoyo financiero que puedo tener o conseguir?

Chile necesita atreverse a explorar nuevas iniciativas formativas (con menos rigidez de los reguladores) que permitan a los estudiantes y organizaciones, tener la capacidad de visualizar, cada uno a su modo, con todo el acervo negativo y positivo a cuestas, espacios de trabajo colaborativo, en escenarios que definitivamente sean reales y visibles en todo nuestro entorno como por ejemplo: un particular, una comunidad, una ciudad, un grupo de pequeños microempresarios, una metrópolis, con su diversidad de escenarios e Industrias, pequeños artesanos, gente de esfuerzo y sacrificio que ha salido adelante, restándole todas las horas de su vida a dormir, a descansar, a compartir con los suyos, pero que lo “han logrado”.

Por último, hay que destacar la estrecha relación que guarda la educación con la cultura de una región. Por lo tanto, el hecho de promover la formación en el emprendimiento puede resultar en la creación de una cultura emprendedora, lo que favorecería el crecimiento y desarrollo de esa región. Para ello, se debe empezar desde los más jóvenes con iniciativas que fomenten el acercamiento al emprendimiento desde edades tempranas. Este acercamiento no solo ayudaría a generar actitudes y capacidades necesarias para el emprendimiento, si no, que también sería de gran utilidad en todo tipo de actividades laborales, incluso en la vida cotidiana

             Atrevámonos a cambiar la manera de mirar los procesos formativos, es complejo es difícil, pero no es imposible, se necesita en el Chile del siglo XXI que todos los actores estén comprometidos, de ser generosos en los tiempos que dedico a ayudar a los otros, en tener una mirada de largo plazo, pero involucrarme de verdad y no esperar, en el caso de empresas más consolidadas, retornos inmediatos solamente de carácter económico.