Reflexiones de fin de año
Estamos llegando al término del año; no ha sido fácil para el mundo, por supuesto tampoco para nuestro país y sobre todo para las personas que habitamos en él. Grandes desafíos nos ha correspondido enfrentar en este último tiempo, es difícil el escenario, tomando como elemento sustantivo entre otras cosas, el efecto que ha dejado la pandemia en nuestra sociedad.
Hemos vivido diversos sucesos como nación organizada, hemos ido cumpliendo nuestros deberes cívicos de acuerdo con la Institucionalidad vigente, con muchos procesos participativos, donde tomamos las grandes decisiones que mueven a nuestra querida Nación.
Existen diversos elementos que se van conjugando para poder por lo menos, plantearnos algunas inquietudes y ser capaces de decir qué cosas deberíamos considerar para seguir adelante en los procesos educativos.
1. Como somos capaces de enseñar en los Colegios, a través de un currículo integrado y transversal, una propuesta educativa que contemple una acción formativa, que integre de manera equilibrada los aspectos intelectuales como los morales y que potencie el desarrollo armónico de la personalidad de los alumnos, sin olvidar el problemático contexto social en que ellos viven.
2. Algo muy redundante en estos tiempos, es la penetración de la tecnología en todos los ámbitos del quehacer nacional, por supuesto que el sector educacional no está exento. ¿Cómo usar eficientemente las herramientas que nos ofrecen las TI? ¿Cómo masificar los procesos educativos y de formación?, ¿Cómo agregar valor en este sentido? Sin lugar a duda, es una gran oportunidad la que se presenta. ¿Nos faltan estímulos para fomentar estas iniciativas? Mi respuesta es sí.
3. La dinámica de nuestra sociedad, que está siempre siendo permeada desde otras latitudes en esta economía global, nos interpela en el sentido de la inmediatez y de que los procesos de enseñanza o formativos en la Educación Superior, deben propender a ser más cortos y deben suponer que lo que se necesita y aspiran las empresas para cubrir sus necesidades laborales, son profesionales y técnicos con certificaciones.
4. Las empresas se dieron cuenta que gran parte de sus costos de operación, estaban asociados a infraestructura para albergar a sus colaboradores, cosa que hoy en una gran proporción o medida se está reduciendo, ya que muchos colaboradores se sienten más realizados laborando desde sus hogares.
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5. La pandemia nos ha llevado a cuestionarnos qué tipo de sociedad es a la que aspiramos; el poder disfrutar más con la familia y seres queridos, el poder “generar más y mejor tiempo libre” propicia mejores ambientes para nuestra sociedad.
6. La cultura, como elemento que promueve cultivar el espíritu, nos permitiría visualizar una sociedad mejor preparada para tomar más y mejores decisiones, con sentido de responsabilidad, asumiendo cada uno lo que le toca, respondiendo a las preguntas que nos motivan como sociedad, con fundamentos propios, más que con tanta irascibilidad y pregonando o repitiendo lo que nos heredan “algunos iluminados”.
7. La cultura es la base de una sociedad civilizada que aspira al desarrollo, que aspira a tener mejores individuos, que aspira a poner en relieve los valores de respeto, de la diversidad de opiniones, de la tolerancia hacia el otro, de respeto para con nuestros padres, a los ancianos, a las mujeres, a los niños, que necesita heredar lo que nuestros antepasados forjaron a punta de esfuerzo y sacrificio.
8. La sociedad se construye respetando la institucionalidad de nuestro querido país, siempre podemos avanzar en comprender mejor a mi prójimo, pensar que las grandes decisiones que se toman a través de la institucionalidad vigente, SEAN DECISIONES DE PAÍS, por sobre decisiones que reporten beneficios a tal o cual sector político. (se ve difícil)
En fin, seamos optimistas de cara al futuro, es nuestra responsabilidad legar a nuestros hijos un país donde puedan cumplir sus sueños y metas, siempre, en aras de generar buenas condiciones, para que cada uno sea capaz de encontrar su lugar, en esta sociedad que construimos día a día.
Profesor de Historia y Geografía en Universidad de Santiago de Chile
3 añosSiempre tus comentarios reflejan la empatía, así como la esperanza de construir una sociedad que no sólo piensa en el yo sino en el TU. Muchas Gracias Gonzalo