Reflexiones para una fecha significativa

En una sociedad inspirada en los valores de la libertad, donde el conocimiento es parte de lo que disponemos día a día como nunca en nuestra historia, es fundamental poner énfasis en cosas que son sustantivas a la vivencia de las personas en sociedad. Como nos hacemos cargo de la formación de nuestros hijos, como los enviamos a los Colegios seguros de que nuestras expectativas se cumplirán.

Es un imperativo que el hogar, sea el cimiente sobre el cual se deposita nuestro acervo familiar y cultural, donde en libertad tenemos que ser capaces de formar en valores, principios y hábitos a nuestros queridos hijos. Esto conlleva serias responsabilidades en el quehacer de nuestras familias, como padres tenemos la obligación de cumplir con nuestro deber social de formar buenas personas, con un deseo permanente de superación en lo que hacemos.

No estoy hablando de lo material, estoy hablando de lo que significa reforzar la cultura del respeto, la cultura de la responsabilidad, la cultura del deber y del hacer. Existe sobre esto una sensación de liviandad en el dejar ser y hacer sin restricciones, ¿Qué esperamos de una sociedad que no es capaz de imponer límites?, que no conjuga el poner a la Persona en el centro del quehacer de nuestra sociedad, pero respetando la identidad y el espacio del que a mi lado se encuentra, respetando la Constitución y las leyes.

Algunos pretenden endosar al Estado todas estas decisiones, parece que se han arrogado una representatividad que excede los principios básicos de cualquier Constitución y los principios básicos de la determinación de los padres sobre la formación de sus hijos. “El estado al servicio de las personas y no las personas al servicio del Estado”. (a mi modesto entender)

Parece que, como sociedad y Nación, nos falta conversar sobre principios, valores, respeto e identidad cultural de todos, no solamente de algunos, todos somos hijos de esta tierra, todos nos hemos forjado un presente en base a lo que hemos ido construyendo como identidad cultural y familiar y “no a todos los que entre comillas les ha ido bien” han sido parte de un ancestro adinerado o de la elite,  la gran mayoría ha salido adelante a punta de esfuerzo, trabajo y más trabajo y algo muy importante, ganándolo en buena lid, todo nuestro activo de vivencia personal y profesional.

La construcción de una Nación se sustenta en el respeto A TODOS, la integración de TODOS, y al esfuerzo que cada uno debe hacer, en este complejo escenario, aportando y dando lo mejor cada día, para hacer mejor nuestra Patria.

Felices Fiestas y viva Chile.