El poder del color violeta

El próximo 8 de marzo las mujeres tomaremos las calles como cada año por el día internacional de la mujer, pero éste año es especial por la respuesta masiva que se espera.

Hemos escuchado que recomiendan que vayamos de morado/violeta. También invitan a que aquellas que no puedan faltar a su trabajo pero que quieran manifestarse, utilicen una mascada o blusa morada para evidenciar que están a favor del paro.

¿Por qué se usa el violeta en éste movimiento?

Sabemos que todo comunica y el mensaje que se quiere enviar es el de la dignidad y poder femenino.

En el pasado, el pigmento violeta era el más caro y complicado en lograr, por lo que solo unos cuantos podían usarlo, así que se utilizaba para teñir las prendas de líderes religiosos, reyes y personas en una jerarquía superior. Actualmente, los obispos siguen usando ese color para denotar poder diferenciando su rango con atuendos violetas.

Es un color que se asocia con la sabiduría, la magia y la espiritualidad. Merlín o Gaspar el rey mago son personajes conocidos que se personifican en color violeta.

Pensemos en todas aquellas mujeres que fueron catalogadas como "brujas" por pensar y manifestarse a lo largo de la historia. Una mujer que reclamaba, evidenciaba o denunciaba era considerada poseída por el demonio y por ende, había que quemarla en leña verde.

El color violeta es también vinculado tanto a lo masculino como lo femenino y por ello se utiliza de forma ambivalente: sensualidad y espiritualidad, es el mismo color que habla de independencia y fortaleza. La ambivalencia del color violeta confronta y estresa los contrarios: materialismo-espiritualidad; lujo-humildad; violencia-paz.

Ya que ha sido usado por la realeza, los atributos que también se le asocian son la ostentación, abundancia, poder, lujo, calidad y elegancia.

Todos los movimientos de liberación femenina han utilizado éste color para diferenciarse pues es un color de poder, de fuerza y sobre todo, dignidad.

En 1909 Emmeline Pethick difundió una bandera tricolor argumentando que

"el violeta, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad. El blanco simboliza la honradez en la vida privada y en la vida política. Y el verde simboliza la esperanza en un nuevo comienzo".

Culturalmente, también significa innovación, futuro y novedad. Así que éste 8 y 9 de marzo porta éste color con orgullo y valor, pues al usarlo mantenemos vivos los códigos que se van resignificando y nos empoderan con las ambivalencias actuales. Llenemos de color violeta los espacios en ésta época, pues nos toca participar en éstos acontecimientos sociales que marcan y hacen historia.