El valor de la experiencia
Hace 2 meses me embarqué en un viaje en bicicleta de 3.600Km que me llevó de Tarifa a Gotemburgo, la primera mitad de un proyecto más ambicioso que, cuando lo concluya, me habrá llevado a unir los puntos más al sur y más al norte del continente europeo.
En un viaje así, en el mejor de los casos solo tendrás que enfrentarte con el sol de julio haciendo de las suyas, aguaceros, averías, fuentes secas… y en el peor, alguna que otra caída o lesión. Que decidas darte media vuelta o perseverar en tu propósito solo dependerá de una cosa: de la actitud con la que afrontes el viaje, de cómo sea tu determinación para alcanzar el destino. Esto lo explica muy bien Víctor Küpeers a través de la fórmula sobre el valor que aporta una persona -un profesional- a un proyecto:
valor = (conocimientos + habilidades) x actitud
Resumiéndolo mucho, lo que viene a decir esta fórmula es que el factor clave y realmente diferenciador de un profesional es la actitud con la que afronta los desafíos que van surgiendo. El mejor de los profesionales con la mejor de las preparaciones de poco vale si a ello no suma una actitud positiva, colaborativa y ambiciosa por lograr el objetivo fijado. Dicho esto, todos sabemos que, por muy grande que sea un número, si lo multiplicamos por cero el resultado seguirá siendo cero, así que cuanto más habilidades innatas o adquiridas tengamos, y mayor experiencia hayamos acumulado, mucho mejor.
Volviendo al viaje en cuestión, cuando partí mis objetivos eran dos: alcanzar la península escandinava y no defraudar a mi hijo Pablo. Cualquiera que sea padre ya intuirá cuál de los dos era el más difícil.
Lograr el primero, tocar suelo sueco, requería atravesar 6 países europeos. Nada que cualquier persona, con experiencia previa o no viajando en bicicleta, no pueda hacer si cuenta con la actitud adecuada. No hay un ápice de falsa modestia en ello, hay multitud de ejemplos en Internet que así lo corroboran. Alcanzar Suecia supondría haber completado más de la mitad de ese proyecto mayor que es unir Tarifa y Cabo Norte, lo que simplificaría enormemente la logística para afrontar más adelante ese segundo segmento.
Lograr el segundo, no defraudar a Pablo, era sin embargo bastante más complicado, y ciertamente lo veía bastante improbable antes de salir, incluso inalcanzable transcurrida la primera semana. No defraudar a Pablo requería completar diariamente una media de 180Km, sin margen para días de descanso. El por qué de los 180Km sería largo de contar y no os cansaré haciéndolo, pero todos los días cuando hablaba con casa su mayor preocupación era saber si había o no realizado esa distancia y cómo iba la media de kilómetros diarios. Bueno, eso y explicarme cómo construir un refugio empleando solo hojas y ramas, o qué hacer en caso de tormenta eléctrica.
180Km diarios en una bicicleta de carretera ligera no deja de ser un objetivo agotador pero a asequible si estás entrenado. Sin embargo, cuando no hablamos de una bici ligera sino de una bici cargada de alforjas y petates que supera los 40Kg lograr el objetivo se complica, y mucho. Para alcanzar este objetivo la determinación sería esencial, pero solo con actitud no se obraría el milagro.
Llegados a este punto quiero retornar a la fórmula de Küppers, al primer multiplicando: (conocimientos + habilidades). Con actitud puedes alcanzar París y sacarte una foto bajo la Torre Eiffel sin excesivos problemas, pero solo con actitud no puedes hacértela en menos de dos semanas partiendo del sur de España. Que tu organismo y tu cabeza estén acostumbrados a largas tiradas en bici, a pedalear con olas de calor o gotas frías, que antes de este hayas realizado otros viajes de alforjas por España y Europa, que la bici sobre la que vas pedaleando la hayas montado tú pieza a pieza… en definitiva, contar con las habilidades y conocimientos adecuados, convierten en alcanzable un objetivo que a priori podría no parecerlo.
Con este artículo quiero reivindicar el impacto que tiene en el valor que aporta a una empresa la experiencia de las personas que la integran, sobre todo cuando el proyecto al que se tienen que enfrentar es realmente un proyecto retador no exento de riesgos e incertidumbre. En ese caso, solo si las personas concentran buenos conocimientos, mejores habilidades y una excelente actitud podrán completarlo con éxito.
Por si alguien aún lo duda, actitud y edad son magnitudes no correlacionadas. Si no que se lo pregunten a ese par de cicloturistas veinteañeros alemanes que, camino de Pamplona, quisieron seguirme subiendo el Alto del Perdón. Solo diré que no lo hubo ;) Pero es que además las habilidades son cambiantes, y si bien es cierto que algunas merman con la edad, otras muchas se adquieren o incluso se refuerzan, contribuyendo positivamente al resultado final y mejorándolo. Quizás pierdas velocidad en un sprint, pero sin duda ganas en resistencia y en conocimiento de ti mismo y del entorno. Quizás seas algo más lento a la hora de escribir líneas de código o de adquirir destreza en un nuevo lenguaje de programación, pero sin duda serás mucho más hábil a la hora de gestionar a un buen equipo de analistas y programadores.
Si con 45 años eres capaz de superar las marcas que conseguías con 25, es que eras realmente malo con 25, no le des más vueltas. La clave está en fijarse nuevos retos, distintos pero igualmente ilusionantes. Retos que seguramente no podrías haber alcanzado con 25 porque requieren de habilidades y conocimientos adquiridos en esos últimos 20 años. Todo ciclista tiene un puerto en el que le gusta medirse año tras año, su puerto fetiche. El mío es Las Palomas, en Cádiz. Cuando era joven lo subía en menos de 42 minutos. Ahora, por más que lo intento no consigo apenas bajar de los 50, algo que podría frustrarme si no definiera adecuadamente nuevos objetivos. El año pasado por ejemplo me marqué la meta de completar un everesting subiendo y bajando Las Palomas en una misma jornada. Tuve que hacerlo 11 veces para superar los 8848 metros de desnivel positivo acumulado, algo que hubiese sido totalmente inalcanzable -y contraproducente- cuando tenía 20 años.
Retornando al viaje, como ya sabéis algunos con los que compartí vivencias durante el viaje, en menos de tres semanas, concretamente en 20 días, logré llegar a Gotemburgo, cumpliendo así ambos objetivos: alcanzar la península escandinava y no defraudar a Pablo, con una media de 181Km diarios. Costó mucho, muchísimo, pero se consiguió. La primera semana de viaje realicé 161Km diarios de media, la última semana 197, casi 40Km diarios más que me permitieron ir compensando el gap acumulado en los primeros días. Esto refleja también la importancia vital que tiene saber marcarse objetivos alcanzables pero a la par retadores e ilusionantes, en todos los ámbitos.
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Tras un año difícil en lo laboral, con el fin de un proyecto tan inspirador como ha sido Minerva, este viaje también me ha servido llenarme de energía, tan necesaria cuando afrontas la búsqueda de un nuevo reto profesional al que poder aportar todo tu valor, ese que tan bien describe Küppers en sus conferencias. Quizás la última foto, tomada de madrugada en el ferry que une Frederikshavn en Dinamarca y Gotemburgo en Suecia, pueda parecer que refleja un rostro agotado. Nada más lejos de la realidad. Es el de alguien que ya está pensando en cuál será su próxima aventura, cuál será ese próximo reto ilusionante, desafiante, en el que exprimir al máximo sus habilidades y conocimientos, con la actitud optimista y resiliente que caracteriza a todo buen aventurero. Si tu empresa tiene ese proyecto o conoces a quien lo tiene, ¿a qué esperas para contármelo? En el mejor de los casos nos convertiremos en compañeros de trabajo, en el ¿peor? pasaremos un buen rato compartiendo experiencias viajeras. Yo ya lo tengo todo preparado para empezar…
El viaje en datos. Las métricas.
Para los que os hayáis quedado con ganas de saber más sobre el viaje ahí van algunos números y fotos. Los que me habéis sufrido sabéis que no soy nada sin mis métricas y cuadros de mando ;)
Consultor Portuario
5 mesesLa Actitud multiplica y lo bueno es que eso depende única y exclusivamente de nosotros !!!
Co-fundador/CEO en SensaCultivo & co-fundador en The Lean Hydrogen Company
1 añoIncreíble el viaje Salvador, seguro que ha sido una experiencia súper enriquecedora. Me encanta la foto esa al lado del lago, es precioso. La próxima vez le metes un motor eléctrico, por lo menos para que te ayude a tirar de esos 40kg en las cuestas. ¡Un abrazo!
Project & Service Manager - PMO en Babel
1 añoIm-presionante. 🚵♂️
CEO de @TECNOALGAE. Ponemos las microalgas a trabajar. Tratamiento de aguas residuales, bioestimulante, regeneración de suelos agrícolas, sumidero de CO2... y más
1 añoSalvador, me quedo sin palabras y con ganas de leer la segunda parte. Yo ando un poco como tú y me encanta ver cómo afrontas la situación. Afrontando un reto... pero no cualquier reto!. Realmente me ha resultado muy motivador tu relato. Sigues siendo el mejor mentor que he conocido...y ya he conocido a algunos.
Consultora ESG Directora Delegación Sevilla Experta en Protección de Datos
1 añoMenuda experiencia, Salvador. Enhorabuena!!!! A ti y a tu segundo objetivo, Pablo. Por lo orgulloso que tiene que estar de su papi... Me pega a mí, que te acompañará en alguna aventurilla, cuándo le toque ;-)