Enamorados

Son cada vez menos, pero todavía los hay. Y además lo suyo no es una relación pasajera, no. Suele ser una relación estable y prolongada en el tiempo. Y mantienen la misma ilusión y el mismo entusiasmo que el primer día, cuando se incorporaron. Se les cae la baba cuando hablan de ella: que si la gente es estupenda, que si el jefe es un enrollado, que si... Y no les importa hacer horas extraordinarias si el proyecto lo exige. Todo sea por la causa.

Son la antítesis radical del empleado mercenario. Lo suyo es "sentir la camiseta" hasta en las circunstancias más adversas.

¿Cómo se explica esa fidelidad a prueba de bomba?. Aunque pueden haber argumentos de todo tipo para explicar este enamoramiento contumaz, yo creo que detrás de ese compromiso apasionado, de esa adhesión afectiva voluntaria, casi siempre hay el buen hacer de un mando que les ha hecho ver lo importante de su contribución a la compañía, que les ha reconocido y recompensado su entrega, que les ha escuchado y ha sido receptivo con sus inquietudes, y que ha sabido integrar y alinear sus aspiraciones personales con el propósito colectivo de la compañía.

No hay nada peor para un enamorado que la desazón de no sentirse correspondido por la otra parte. ¿Cuántos empleados pierden la ilusión por su trabajo y dejan de "amar" a su empresa por esa falta de correspondencia?

¡Feliz semana!