Entre Ratatouille y Avengers…
Humanizando la salida de las organizaciones
Un mensaje me sacó de mi rutina. El texto decía, “… estás cerca del barrio?” mi respuesta, “… no estoy en el centro, ¿por qué? ¿Qué necesitás?….” me desvincularon…”
Cuando te dedicás a los temas “humanos” en organizaciones, el proceso de salida siempre genera cuestionamientos. Repasás mentalmente el manual de gestión de talento: ¿qué decir?, ¿cómo decirlo?, ¿quién debe decirlo?, ¿es el momento para hablar del desempeño?, ¿cómo justificar la decisión tomada?, ¿cómo tratar las inconsistencias del proceso para que no se noten? sabiendo que generalmente son tan grandes que es imposible ocultarlas.
La pregunta que me resuena desde que recibí el WhatsApp es ¿por qué lo hacemos tan mal? Si sabemos que es parte de nuestro ciclo vital de la organización, ¿por qué la gestión es tan poco profesional y genera tanto dolor?
Un jueves por la tarde, escuché por la radio la columna de Juan Sklar sobre Ratatouille. Planteó una frase que no deja de resonarme “… el goce profundo en el arte, es cualquier cosa que te traslade al estado de infancia..” y luego agregó “…cualquier cosa que te vuelva niñ@, es arte y es poderoso…”
Las palabras significan el mundo, lo crean, le dan sentido. ¿La relación de dependencia, nos vuelve a un estado de infancia? Nos remite a un estado creativo, innovador, desafiante de goce, que nos permite generar ideas disruptivas, integradoras y enriquecidas. O más bien nos lleva a un estado de regresión de mayor indefensión, de mayor dependencia, escondiéndonos en disfraces de todo poderosos, como si fuéramos Avengers citadinos?
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Una tierra de dependencia, donde depositamos nuestra identidad. Buscamos combativamente el reconocimiento externo para reparar la sensación de vacío y tedio. Pero terminamos descubriendo que nunca se cumple con lo que creemos merecer.
Las empresas son organizaciones sociales y las personas que trabajamos allí somos arquitectos de su trama. ¿Cómo generar ese espacio de regresión constructiva, de goce, como pasa en el arte?. ¿Por qué no aceptamos los ciclos como un devenir que puede alojar una ceremonia de final fructífero, de aprendizaje, agradecimiento y enriquecimiento para todos? ¿Por qué “irte bien” de una organización solo tiene que ver con la liquidación económica si en todos esos años de convivencia mutua, todos hemos puesto mucho más que servicios profesionales y contraprestación salarial?
Hoy en día, se invierte en temas de conversaciones poderosas, metáforas enriquecedoras, speakers que generen inspiración, pero a la hora de la verdad, la falta de claridad, transparencia y empatía emerge, dejando al descubierto la posibilidad de detonar en mil pedazos a un ser humano.
Marketing, comunicación, loyalty y customer experience.
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