Es imprescindible que existan figuras admiradas por sus dotes de liderazgo, para inspirar el mundo empresarial.
Mahatma Gandhi decía: “hace un tiempo el liderazgo estaba en los músculos; hoy día está en el trato con la gente”. Como líder, tenés que saber infundir ánimo, motivar e implicar a tu equipo en la consecución de unos objetivos comunes.
En la vida nos topamos con personajes claves, que nos inspiran y encienden esa chispa que necesitamos para vivir con propósito, ellos, conscientes o no, son nuestros guías.
Cuando somos parte de un equipo de trabajo aprendemos a trabajar sumando acciones, aprendemos que si dividimos el trabajo los resultados se multiplican. Aprendemos a identificar al líder, al que tiene la habilidad de enseñarnos y guiarnos para lograr nuestros objetivos y lo seguimos en ese proceso.
Los líderes más inspiradores son aquellos que surgen con la visión de servir y no con la de ser servidos. Si nos fijamos en personajes influyentes de la historia como Martin Luther King y Gandhi, vemos que sus mensajes y acciones estuvieron orientados al servicio de sus comunidades y al bien común, ellos predicaron desde el ejemplo.
El ejemplo es parte fundamental del liderazgo. Si una conducta efectiva logra conectar con algunos más dentro de la empresa, surge el efecto de la duplicidad, multiplicando los resultados para la organización.
“Dar ejemplo no es la principal forma de influir en los demás; es la única” – Albert Einstein.
Yo creo, que el líder actual debe ser una persona que genera mucha empatía. Debe ser una persona que sepa explotar las mejores cualidades de todos sus colaboradores, de manera a sacar el mejor rendimiento de cada uno. Debe ser una persona que sepa comunicar de manera clara los objetivos y a dónde se quiere llegar. El líder debe enseñar con el ejemplo, debe inspirar y motivar al equipo, de manera a que el colaborador se vea reflejado en él y por sobre todo, deber ser positivo.