Escocia Versus Brexit
El 18 de septiembre de 2014, el 55.3 % de los escoceses le dijeron no al divorcio del Reino Unido a través de un referéndum, mientras que el 44.7 % perdió la apuesta por la idea de convertirse en una nación soberana e independiente. Una de las motivaciones principales del rechazo de la independencia fue precisamente el temor de perder el acceso al mercado único de la Unión Europea (UE). Dos años y medio después, la realidad dio un giro de 180 grados, ya que ahora el acceso a dicho mercado está por desaparecer tras confirmarse que el Reino Unido invocó el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia las negociaciones para la retirada del país de la UE.
Esta acción ha resucitado el deseo del Partido Nacionalista Escocés de tentar lograr la independencia de Escocia por segunda vez. Esto se plasmó la víspera de la invocación del Artículo 50, cuando el Parlamento autónomo de Escocia le otorgó a la ministra principal, Nicola Sturgeon, el mandato para impulsar un nuevo referéndum de independencia ante los cambios que se aproximan como resultado del Brexit, que, según los escoceses, representan una amenaza para sus intereses económicos y comerciales.
Constitucionalmente la decisión de convocar a un segundo referéndum recae en la primera ministra británica, quien no podrá negarse a la consulta, pero sí dilatarla, por lo menos, hasta que concluyan las negociaciones con la Unión Europea en el 2019. En todo caso, Theresa May ha respondido que “ahora no es el momento”, resolución que no ha sido bien recibida por los nacionalistas escoceses, quienes han amenazado con hacerle la guerra mientras que el Reino Unido negocie con Bruselas.
Lo lamentable de esta situación es que los escoceses que votaron por la permanencia del Reino Unido en 2014, ahora ya no tienen el mismo incentivo de continuar siendo parte de una unión que a partir del 2019 no les podrá ofrecer los mismos beneficios y acceso que hoy tienen como miembros de la Unión Europea. Sin duda, esta aspiración escocesa se convertirá en una piedra en el zapato para la primera ministra May, quien tendrá que enfrentar un choque constitucional que será una distracción política y económica, poco favorable para sus aspiraciones y objetivos durante la negociación con la UE.
Esperemos entonces que una eventual independencia de Escocia no se convierta en uno de los frutos del Brexit. Y que el Muro de Adriano, edificación que data del año 122 y que fue construida por orden del emperador romano Adriano, continúe siendo la frontera imaginaria entre Escocia e Inglaterra como lo ha sido desde 1707, momento en que Escocia se une al Reino de Inglaterra para formar el Reino de Gran Bretaña, que luego se convirtió en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.