Este artículo se escribió solo
El requisito es que el asunto te apasione. Que lo ames o lo odies, pero que no puedas ignorarlo. Tu texto tampoco será ignorado.

Este artículo se escribió solo

Yo camino. Salgo todas las mañanas hasta que el invierno de Lima y su garúa me invitan a quedarme en casa. Y cuando camino, escribo.

Si tengo un texto en proceso, me lleno de ideas. Si no, quizás aparece una idea para disparar un texto que aún no existe, y el texto empieza a escribirse solo.

Eso me pasó hoy. Este artículo se escribió solo.

La cronista argentina Leila Guerriero lo contó antes que yo en un relato que se llama “Libertad”: “Hoy salí, compré el vino, limpié la casa, cuidé mis plantas. Pero a lo largo de todo el largo día, dentro de mi cabeza, no hice otra cosa que escribir”. Lo leí hace un año y lo publiqué en mi cuenta de Instagram, @cristinaescribebien. “A mí también me pasa”, anoté. Y hoy, mientras caminaba, me imaginé hablando con mis alumnos universitarios: “A ustedes también les pasará”.

Hace dos semanas, al iniciarse el semestre académico en la Universidad de Lima, les pedí que pensaran qué quieren decir: qué postura intentan defender sobre algún tema controversial que les interese muchísimo. Para que lo digan, les enseñé a buscar y conectar ideas. “Paren la oreja, abran los ojos y expriman la memoria”, algo así suelo indicar en mis clases para que los estudiantes lo tengan clarísimo: cuando realmente tenemos algo que decir, esa idea —que es propia, no de otros, no de Google— se activará con algo que veamos, escuchemos o recordemos; y una idea atraerá a otra, y así se irán conectando, y así se van escribiendo los textos.

La plata no llega sola, pero las ideas sí. El requisito es que escriban sobre un asunto que los apasione. Que lo amen o lo odien, pero que no puedan ignorarlo.

Su texto tampoco será ignorado.

Y no podrán dejar de escribirlo a lo largo de todo el largo día, dentro de sus cabezas, como le ocurre a Leila Guerriero. Las ideas los perseguirán y el texto se armará como un rompecabezas. Truman Capote nos habla de un dolor placentero. En el prefacio de “Música para camaleones”, el escritor estadounidense señala que escribir le parecía muy divertido hasta que averiguó la diferencia entre hacerlo bien y hacerlo mal. Capote declara: “… y luego hice un descubrimiento más alarmante aún: la diferencia entre escribir bien y el verdadero arte. Una diferencia sutil, pero feroz. Después de eso, cayó el látigo”.

Dolor placentero. “Pica buenazo”, gritan los amantes del ají que sudan y lloran cuando lo comen.

Mis alumnos no podrán dejar de escribir, aunque su laptop esté lejos. Ya frente al teclado, la famosa “página en blanco” se habrá revelado como el mito que es, pues solito tomará forma el texto que empezaron a escribir horas, días, semanas antes; y aún faltará bastante para terminarlo. “Trabajé todo el día: por la mañana puse una coma, y por la tarde la quité” es una cita que se atribuye a Oscar Wilde. Dolor placentero y perpetuo. Sabrán que han terminado cuando su texto diga lo que quieren decir, cuando les guste.

Me gusta este artículo. Voy a publicarlo.

 

Imagen: ecoinventos.com

Me encantó! y que fácil parece ponerse a escribir. Saldré a caminar.

Una herramienta que tenemos pero que necesitaba leerla para practicarla más. Apreciar y prestar atención a nuestras ideas, luego conectarla con cada una de nuestras experiencias durante el dia, se hace fácil. Disfrutar al escribir y aunque, para mi, borrar aun es difícil, ya veo mejoras.

Jorge Olaechea Catter

Director de Investigación en Universidad para el Desarrollo Andino - UDEA

2 años

¿Alguno de ustedes escribe en su cabeza antes de dormir? A veces cuando no puedo dormir me planteo una pregunta de algún tema sobre el que estoy reflexionando o escribiendo. Y voy escribiendo mientras me quedo dormido. Al día siguiente algo de eso ya está listo para escribirse y borrarse.

Emilio Robles Mancilla

Acompaño a los docentes a innovar sus metodologías de enseñanza con herramientas digitales y tecnologías emergentes

2 años

... A mí también me pasa...

Sabrina Yarlequé Donayre

Marketing Manager | Technology | B2B | Product Manager | Biotechnology | BioPharmaceutical

2 años

Los textos se escriben dentro de mi cabeza... ¡Es completamente cierto! Siempre estoy escribiendo allí, pensando en historias, inicios, conflictos, anécdotas, momentos y finales. Siempre, de aquí para allá, las ideas van y vienen. Las suelo contar y releer, agregarlas en un block de notas cuando no puedo más y tengo que colocarlas en algún lado. Qué bien leerte Cristina García Calderón Orbe, me ha dado ganas de escribir todo lo que me pasó hoy. Ojalá podamos coincidir en este camino muy pronto 💜

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