Gente que ilumina

Llevo unos días pensando en algo que me dijeron hace tiempo “un buen líder es el que ilumina a la gente que tiene en su entorno”, y cada vez estoy más convencida. Iluminar no es ni más ni menos que compartir ideas, conocimiento, empatizar con los demás, ejercer la generosidad del/la bienpensado/a y renunciar a las sombras de los egos y los individualismos.

Es difícil pensar que en entornos laborales competitivos alguien se plantee su día a día en esos términos pero, sinceramente, creo que es la única vía de crecimiento profesional. Y haberlos haylos.  Aprender de los demás solo es posible si tienes la valentía de reconocer tus carencias y la generosidad de compartir tus fortalezas.

Un buen iluminador hace una película diferente, los juegos de luz permiten disfrutar de perspectivas maravillosas y, desde el punto de vista más superfluo, ni las arrugas son las mismas con una buena luz. “Ciudadano Kane”, “Nosferatu” o “Lista de Schindler” no habrían sido grandes obras de cine sin su iluminación; y si "Las Meninas" es una de las grandes obras de arte de la historia es porque Velázquez puso la luz con delicadeza sobre aquello que tenía que ser observado.

Y todos sabemos quiénes son esas personas que iluminan. Líderes, jefes o subordinados (que esto no es una cuestión de categoría), que con criterio y generosidad te hacen crecer; que te regalan detalles, conocimiento y tiempo. Son generosos, tienen buen carácter y sobre todo son… muy, muy listos/as.

En tiempos en los que la energía es un bien escaso, caro y preciado yo sigo en busca de iluminadores laborales, sin pretensiones ni grandilocuencias, simplemente porque merece la pena. Yo, a esos, los quiero en mi equipo.