Hábitos de liderazgo: Desarrollando equipos de alto desempeño por medio del aprendizaje

Siguiendo con los hábitos para potenciar organizaciones, en esta entrega quiero profundizar en los frentes que se pueden trabajar con los colaboradores para mantenerlos actualizados. La importancia del aprendizaje es indiscutible. La pregunta clave es ¿Qué tipo de aprendizaje debemos buscar para mantenernos competitivos y alertas? Debemos entender que si solamente nos centramos en aquellas palancas que potencien el desempeño estaremos dejando de lado la dimensión personal de nuestros colaboradores. Y de ser así, podríamos estar minando a largo plazo su motivación y compromiso con la empresa. Por eso creo que podemos trabajar en las siguientes áreas que nos permitan desarrollar el bien saber, para con ello asegurar el bien hacer y el bien estar.

Si empezamos desde el QUÉ requiere mi trabajo, debemos trabajar sobre los conocimientos. Debemos asegurar aquellas herramientas que nos permitan la mejor orientación a resultados y la mejor entrega de servicio tanto a cliente interno como a cliente externo. Esto implica sobre todo el tener conocimiento técnico sobre las herramientas que me permiten lograr mi trabajo. En la industria de turismo esto se hace a un alto nivel de detalle con plataformas como los sistemas de reservaciones para gestión de viajes. Pero no podemos olvidar plataformas que hoy permiten una gestión 360 de la relación con los clientes como las opciones de Dynamics o Salesforce dentro del universo CRM. Y adicionalmente hay que plantearnos que nuestros equipos tengan el conocimiento digital de las herramientas que permitan más trabajo sincrónico y su debido respaldo por medio de la computación en la nube.

El tener un manejo competente de plataformas como Teams de Microsoft o la suite de Google con sus herramientas de procesador de texto, hoja de cálculo y Drive como repositorio de archivos es clave para favorecer el trabajo en equipo de manera virtual o híbrida. Aunque estas plataformas desde su concepción son muy intuitivas promoviendo la autogestión, siempre hay una oportunidad de promover una maximización de sus ventajas por medio de talleres o credenciales específicas. Como ejemplo podemos tener una herramienta tan cotidiana como Excel que incluso puede tener certificados por medio de plataformas electrónicas o instrucción presencial para validar un nivel de dominio estratégico.

El siguiente frente de desarrollo del equipo es el CÓMO de mi trabajo. Tener las herramientas es apenas el primer paso para lograr los objetivos. Necesito entender el contexto adecuado y los criterios para utilizarlas. Aquí entra el desarrollo de competencias que valida una toma de decisiones consciente y apegada a procesos. Haciendo una analogía con la industria aérea, esto significa para un piloto el tener las reglas adecuadas para resolver diferentes tipos de emergencia en el marco de lo que su aeronave puede realizar. Al mismo tiempo el piloto sabrá gracias a esas competencias como desplegar el apoyo de su tripulación para asegurar el resultado óptimo en cada vuelo. Entre las competencias claves que debemos inculcar en nuestro equipo está la gestión de objetivos para asegurar una adecuada priorización de acciones sobre todo en entornos de crisis. Vale la pena trabajar también en las capacidades de negociación y colaboración como claves de una organización flexible. Y sin duda alguna, ninguna organización puede dar por obvia su capacidad de comunicación. El velar por un lenguaje claro y reglas que favorezcan el entendimiento entre las áreas para mejores decisiones puede ser una prioridad de desarrollo en este sentido.

El qué y el cómo del trabajo analizado en los párrafos anteriores no estaría completo sin el POR QUÉ. Y es aquí donde entra la formación del carácter. Las organizaciones debemos monitorear constantemente por la alineación de los valores de la empresa y nuestros equipos. La formación en el carácter debe incluir tanto la construcción de mejores equipos por medio de integraciones como también el crecimiento personal a nivel individual. Este último aspecto es muy importante porque el carácter conecta con nuestras emociones y con nuestra voluntad. Un carácter ayudado por una inteligencia emocional desarrollada y un auto diálogo sano será resiliente por naturaleza. Esto es lo que necesitamos en todas las áreas de nuestras organizaciones actualmente. Por eso vale la pena promover el intercambio de buenas prácticas y juegos de rol entre compañeros. Vale la pena también personalizar este elemento de desarrollo escuchando a los colaboradores para encontrar con cada uno aquellos elementos más pertinentes a su momento de vida y en la organización.

Dentro de esta personalización también es muy importante el diseñar esquemas que generen el crecimiento del colaborador como parte de una alianza empresa-miembro del equipo que cree más compromiso a largo plazo. Es aquí donde las alianzas con universidades para apoyar la formación continua en programas escolarizados o de educación abierta aportan un gran valor. Los colaboradores que vuelven a la universidad para un postgrado o especialidad no solamente adquieren conocimientos actualizados. También crecen su red de contactos lo que potencialmente puede ayudar a sus organizaciones. Y adicional a ello, tienen en la formación práctica por medio de proyectos una oportunidad de ejercer su liderazgo para fortalecer su carácter. De esta forma, el aprendizaje se puede volver una plataforma de despegue para constantemente estar potenciando el futuro de las organizaciones desde la contribución individual de cada colaborador.