Habilidades de un buen traductor

Habilidades de un buen traductor

Un buen traductor no solo domina uno o más idiomas, también, a través de su oficio, cuenta con la capacidad para conectar personas que no logran comunicarse.

Si quieres saber cómo llegar a ser un buen traductor y tener éxito en el mercado laboral, toma en cuenta las siguientes habilidades que debes desarrollar:

Dominar la lengua materna: No basta con hablar y conocer la lengua materna, debes tener un alto dominio lingüístico: buen nivel de gramática, ortografía, puntuación, etc. Esto garantiza que el texto traducido no tenga errores y se entienda fácilmente.

Dominar una segunda lengua: Además de dominar la segunda lengua a nivel lingüístico como en el punto anterior, es indispensable adquirir un conocimiento secundario como el cultural. Al comprender las expresiones idiomáticas o de cierta jerga especializada de la segunda lengua, la traducción se enriquece.

Saber redactar tanto en el idioma de partida como en el de llegada: Una buena redacción en ambos idiomas no solo ayuda a organizar ideas, también es imprescindible para poder transmitirlas correctamente. De esta manera se garantiza que el texto tenga coherencia y se entienda perfectamente.

Conocer las herramientas y la tecnología: Un traductor cuenta con un sinfín de herramientas que sirven de apoyo para realizar su trabajo como diccionarios, glosarios, enciclopedias, bases de datos, software especializado, herramientas de traducción asistida, etc. y cuenta con la competencia necesaria para saber buscar en las fuentes profesionales y discernir entre aquellas que son suficientemente confiables y serias y las que no lo son. Hacer de las herramientas un aliado es una habilidad que sin duda te servirá desarrollar.

Tener atención al detalle: Al trabajar con una gran cantidad de textos y documentos puede dificultar el enfocarse en los detalles y caer en errores como faltas ortográficas, inconsistencias, ambigüedades, omisiones, calcos, falsos amigos, falsos sentidos, entre otros. La atención a los detalles reduce la probabilidad de error.

Dar tiempo e importancia a las revisiones: Las revisiones de las traducciones marcan la diferencia entre un trabajo de calidad y un trabajo mediocre. Darte el tiempo para revisar tu trabajo, te ayuda a encontrar posibles errores y solucionarlos a tiempo.

Saber organizarse: Una buena organización garantiza la eficacia del proceso de traducción. Si logras organizar tus proyectos, podrás entregar en tiempo y forma sin comprometer la calidad de la traducción.

Elegir un campo de traducción: El mundo de la traducción es muy amplio, pero elegir un campo y desarrollarte en el mismo, te permitirá especializarte y operar con mayor profesionalismo y habilidad en el campo elegido.

Para finalizar, te compartimos una frase de Alberto Manguel, editor, crítico literario y escritor argentino-canadiense, que refleja muy bien el trabajo de un traductor:

“… un traductor es capaz de desmenuzar un texto, retirarle la piel, cortarlo hasta la médula, seguir cada arteria y cada vena y luego poner en pie a un nuevo ser viviente”.

Si esta entrada te resultó útil, por favor compártela para que ayude a otras personas también. Si tienes dudas o comentarios, no dudes en escribirnos un correo.

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Más artículos de Margarita Arizmendi Language Services

Otros usuarios han visto

Ver temas