Hay veces que la vida real no se ajusta a los planes...

Hay veces que la vida real no se ajusta a los planes...

La semana pasada pasamos unos días maravillosos en la “Semana de la Educación” que organiza IFEMA MADRID cada año. Estuvimos defendiendo nuestros colores y demostrando lo que hacemos en Música Creativa a través de varias actividades que hicimos en el escenario y dentro del propio stand. Como digo, es maravilloso compartir un momento con todos esos chavales que se acercan a preguntar – con muchas dudas – para que les asesoremos en un instante y con todo ese bullicio…que decisión más compleja tienen que tomar ¿verdad? Yo ya ni me acuerdo como fue aquello.

Hay algunos que se acercan indecisos, otros con las cosas más claras, a otros les brillan los ojos de ilusión mientras te cuentan cuáles son sus sueños… ¡Madre mía que ternura! Y que grandísima responsabilidad. Evidentemente nosotros, la comunidad educativa, tenemos un pequeño porcentaje de esa responsabilidad, en lo que a las decisiones se refiere. Pues por mucho que queramos que estudien en nuestras instituciones, existen otras muchas personas que influyen muchísimo más en sus decisiones de futuro.

Nosotros somos, al fin y al cabo, si me permitís la expresión, viveros de profesionales, responsables de devolverle a la sociedad el regalo que ellos previamente nos han dado, con su tiempo, su esfuerzo y dedicación, en forma de TALENTO. Nos ocupamos de transformar personas, de hacerles soñar, de dejarles pensar por sí mismos, de acompañarlos hasta el abismo llamado VIDA REAL. Y como decía anteriormente, hay otros muchos que son responsables de que las decisiones que tomen sean las adecuadas, de hecho, ellos son los primeros. Aunque es cierto que “les falta tanta calle” a los pobres… (Mejor ayudémosles)

Igualmente, que ternura de momento ¿verdad? Nunca sabes qué es mejor, y ojalá alguno de vosotros entre en el debate, pues me encantaría escuchar vuestras opiniones al respecto. Pero estaría bien, ir avisándoles de que la vida real – ese abismo donde los acompañamos – no se ajusta en algunas ocasiones a sus planes. Estaría bien, quizás, decirles que el camino que van a recorrer tiene muchas bifurcaciones, senderos largos y arduos, atajos que hacen que de pronto hayan llegado “sin más”, personas en el camino que les ayudarán y otros que les pondrán la zancadilla, un destino insatisfactorio en algunas ocasiones, logros sin esfuerzos y esfuerzos en vano…ay, ay, ay…que lista tan larga de realidades, se me pasa por la cabeza cuando pienso en la vida real… Quizás es mejor que salgan a la calle y que vivan su propia experiencia, se equivoquen y aprendan.

Yo sigo pensando a día de hoy, que la vida profesional te lleva por diferentes caminos, no me quiero poner excesivamente metafísico, pero la vida en general nos pone en tesituras extrañas que no controlamos, y como dicen los expertos en superación personal, solo podemos controlar cómo abordamos determinadas situaciones. El caso, es que muchas veces comenzamos el camino teniendo claro donde vamos a llegar, y resulta que acabamos en la otra punta…muchas veces es incluso inexplicable, pero el caso es que pasa. Lo que sería un delito, es que entre “faena” y “faena” de la vida, no nos divirtamos.

La verdad es que, viendo a esos chavales en IFEMA, pensé que lo verdaderamente importante en la vida es hacer lo que realmente te gusta, algo que te haga saltar de la cama por la mañana, que te cargue la pila y te de un chute de energía diario, y que a pesar de los años sigas diciendo, “que hambre tengo de comerme el día”. Yo siempre he sido muy fan de la gente que se lo pasa bien en el trabajo, me encanta la gente que viene a pasárselo bien trabajando, que agarra las cosas con ilusión, que vibra y que hace que los demás vibren alrededor. Me flipan esos compañeros que van chutados, que te hacen reír, que te hacen sentir bien y que hacen que los días sean más amables.

Vivir de algo que te apasiona, es algo fascinante, pues como dicen algunos no te levantas a trabajar, te levantas cada mañana a pasártelo bien, a disfrutar de la responsabilidad que conlleva resolver problemas complejos, a superar retos…pero no todos somos así. Hay personas que se levantan con pasión, y hay otros que no. Esto es una realidad como un templo. Sin entrar en las catástrofes, ni en las desgracias que existen en la vida real; en la curva de distribución normal hay personas que van de mala leche todo el día, se han creído el papel y piensan que su vida es una auténtica adversidad, cuando lo único que tienen que hacer es trabajar.

Y cuando veo a esos yogures (perdón por la expresión) pienso que me encantaría que las nuevas generaciones tuviesen claro que no hay mejor motivo para saltar de la cama cada mañana, que hacer lo que a uno le gusta hacer, aportar a la sociedad sus conocimientos y sus habilidades es algo muy valioso, pues está alineado con el legado que vamos a dejar cuando marchemos. Es importante que les demos un barniz de realidad, claro que sí, creo que es necesario que les hablemos de lo que hay en la vida real, pero más importante es enseñarles a encontrar lo que aman. Pues si lo hallan, encontrarán un motivo cada día para sonreír, no perderán la visión, y sobre todo, si algún día pierden la pasión por algo, tendrán muy claro que tendrán que buscar otro camino: siempre, siempre, siempre deben ser felices.

En unos años, pasado mañana, muchos de los que estamos en estas redes, o estaremos obsoletos o viviremos de nuestros recuerdos, y serán ellos quienes estarán, quienes conformarán el tejido organizacional, quienes saldrán a luchar cada mañana por sus sueños, así que, si te encuentras con la maravillosa oportunidad de hablar con un joven sobre su futuro profesional, recuerda la grandísima responsabilidad que tienes en tus espaldas. 

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