Hibris (intento de transgresión de los límites impuestos por los dioses a los hombres mortales y terrenales)

Según algunos analistas vivimos en una época de convergencia en el entorno tecnológico. Se unen la tecnología digital al universo mediático y a la telefonía para poner en la mano del usuario un contenido que puede ser de su interés. El desafío es captar la atención de esa persona, en el asiento de un medio de transporte público, viajando diariamente cuarenta minutos hacia su trabajo o bien a tomar una clase de un curso o carrera de la que es alumno. ¿ Está preparado el potencial espectador para consumir una pieza audiovisual en un entorno alejado de las condiciones óptimas para apreciar el contenido?. ¿Cuál es la posibilidad de impresionar las neuronas del sujeto con una canción, un monólogo sobre el sentido de la existencia o una pieza motivacional acerca del desafío que plantea estudiar una carrera científica?. Aquí surgen varios desafíos. El primero es para el medio que maneja dichos contenidos. Debe capturar la atención del espectador que oscila entre Vivaldi, Lady Gaga, un gol de media cancha o un video casero de contenido condicionado. La respuesta puede pasar por la segmentación que posicione al canal dentro de una categoría buscada por determinada audiencia. Luego vendrá la necesidad de hacer visibles algunos materiales por sobre otros que generen menor impacto.

¿Qué pasa con la tecnología?. Aquí vemos que se ha avanzado mucho, pero aún resta extender el alcance geográfico de la conectividad. ¿Y el consumidor?. ¿Cómo logramos que esa persona no solo ocupe su tiempo, sino que a la vez use la experiencia para mejorar en alguno de los ámbitos en los que se desarrolla su existencia?.

Aquí juegan aspectos más amplios que involucran al entramado social, como la educación, la diversidad, el deseo de superación y los valores que se privilegien.

Es una oportunidad de oro para disciplinas como el teatro y las artes escénicas en general, para potenciarse como vehículos de ideas, de historias inspiradoras. A partir del proceso creativo que se desarrolla encima de un escenario ya no los limitan las franjas horarias a las que los confinaban los medios tradicionales.

Como en la Grecia antigua, la Hibris sigue tentándonos con más fuerza que nunca. En la medida que haya más creadores de contenidos dispuestos a tomar la oportunidad, la sociedad saldrá beneficiada.