Isael amplía el conflicto en Gaza hacia los rebeldes yemeníes y Hezbolá
Mientras el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, clama a la unidad musulmana para luchar contra el ejército israelí porque es “el enemigo común”, el presidente Joe Biden asegura que no cree que las batallas escalen a una “guerra total”.
David Jesús Flores Heredia
Para los expertos, la necesidad de la firma de una tregua en Gaza es más urgente que nunca porque los conflictos se han multiplicado y este recurso sería la solución –quizás– ante la posibilidad de que Oriente Medio ingrese a una “guerra total”; sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al ser consultado sobre la situación, aseguró: “Mire, no creo que vaya a haber una guerra total, creo que podemos evitarla. Pero hay mucho que hacer aún”.
Asimismo, respecto a si su gobierno enviará más tropas para ayudar a Israel, manifestó: “Estados Unidos ya ha ayudado a Israel y vamos a seguir protegiendo a Israel”; en tal sentido, el ejército estadounidense mantiene decenas de miles de soldados desplegados en la zona con la misión de disuadir los ataques de países como Irán o los grupos armados que puedan agredir a su aliado en la región.
Además, el Gobierno de Irán, ha manifestado que se encuentra a favor de los esfuerzos para lograr un alto el fuego en el Líbano; pero que su participación tiene como condición que se apruebe de forma simultánea el mismo acuerdo en la Franja de Gaza y que, además, esta sea respaldada por la milicia chií Hezbolá.
“Apoyamos los esfuerzos para un alto el fuego con la condición de que sea aceptable para el pueblo libanés, aceptable para la resistencia, y en tercer lugar, que se sincronice con un alto el fuego en Gaza”, indicó el viernes pasado a la agencia Reuters, desde Beirut, Abbas Araqchi, Ministro de Exteriores iraní.
“UN ENEMIGO COMÚN”
A pesar del posible entusiasmo que puedan generar las palabras del Ministro de Exteriores iraní, cabe destacar que –el mismo día– el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, dirigió el rezo semanal –algo que no hacía desde hace cuatro años–, donde afirmó: “Todos los países musulmanes del mundo tienen un enemigo común que es Israel, ante el que hay que abrocharse el cinturón de la defensa”.
“Desde Afganistán hasta Yemen, desde Irán hasta Gaza y Líbano, Israel trata de ganar su guerra contra Hezbolá y Hamás con asesinatos y muertes de civiles, pero nunca saldrá victorioso porque la resistencia en la región no desfallecerá ni se debilitará así siga el derramamiento de sangre en sus filas”, aseguró Jameneí.
Además, el ejército de Estados Unidos realizó 15 ataques contra objetivos hutíes alineados con Irán en Yemen; por ello, diversos residentes informaron de varias explosiones ocurridas en puestos militares e incluso en un aeropuerto; asimismo, el Comando Central –que supervisa las fuerzas estadounidenses en Oriente Próximo–, señaló que los ataques fueron dirigidos a las capacidades militares ofensivas de los rebeldes, pero no detallaron si se utilizaron misiles, drones o radares.
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También, el Presidente Joe Biden, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, comunicó que Israel todavía no ha decidido cómo responderá al ataque de Irán –que lanzó alrededor de 200 misiles contra territorio israelí la semana pasada–; aunque sugirió que Tel Aviv “debería buscar alternativas", en vez de bombardear instalaciones petroleras –en clara referencia a la reciente alza del crudo.
EL "EJE DE LA RESISTENCIA"
Los más de 41 mil muertos en Gaza –reportados hasta el cierre de esta edición– no son un freno para Israel, porque el pasado 28 de septiembre las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que asesinaron al Secretario General y líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en Beirut; al respecto, el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu, calificó la acción como un "punto de inflexión histórico" en su lucha contra la milicia; por su lado, Hezbolá prometió venganza.
Además de Nasrallah, Netanyahu aseguró que también ultimaron a 20 altos mandos del grupo chiíta; asimismo, la milicia de Tel Aviv lanzó una serie de ataques tecnológicos con los que explotaron los beepers y walkie-talkies utilizados por diversos miembros de Hezbolá; el resultado obtenido fueron 39 muertos y miles de heridos.
Seguidamente, el ejército israelí invadió parte del Líbano y destruyó la carretera principal –cercana al paso fronterizo de Masnáa por donde más de 300 mil libaneses escaparon hacia Siria–, aduciendo que, con ello, lograron acabar con “el túnel por donde Hezbolá moviliza sus armas”; y, también, anunció que, en un nuevo bombardeo, dieron muerte a Muhammad Rashid Shakafi, responsable de la red de comunicaciones de la milicia libanesa.
Cabe destacar que Israel pidió a la ONU que evacúe a sus cascos azules, quienes vigilan la frontera con el Líbano, acto que el organismo mundial ha rechazado; no obstante, para algunos expertos, el actuar de Netanyahu confirma que su ofensiva no se centra únicamente en Hamás, sino que es una cruzada contra el llamado "Eje de la resistencia" –una alianza impulsada y liderada por Irán en la región, de la que también son parte Siria y las milicias chiitas en Irak, Afganistán y Pakistán, entre otros.
Al respecto, el diario inglés BBC, compartió la entrevista –que realizó en octubre del año pasado– a Lina Khatib, Directora del Instituto de Medio Oriente de SOAS, con sede en Londres, quien explicó: "Irán ha logrado tener aliados leales y representantes en Líbano, los territorios palestinos, Irak, Siria y Yemen. Todos ellos son utilizados por Teherán para promover sus objetivos políticos marcadamente antiestadounidenses y antiisraelíes ".