"It's all about connections": El futuro está aquí

Por Charlie Talancón

¿Recuerdas cuando hace unos años veíamos películas de ciencia ficción en las que los protagonistas realizaban actividades desde pantallas táctiles, justo como en la primera película de Iron Man? O aquella en la que la inteligencia artificial anticipaba un crimen y se capturaba al delincuente incluso antes de que cometiera el delito, Minority Report se llamaba.

Todo eso parecía muy de ficción, muy de "va a llegar en muchos años más". Pero no fue así, y de repente esa "ficción" ya nos alcanzó. Y sabes que, si te quedas sentado, te va a comer...

La pandemia, esa que nos volvió locos hace 3 años, gracias a un pequeño "bicho" indetectable al ojo humano que hizo que cundiera el pánico, fue justo esa pandemia la que nos hizo abrir los ojos en tantos sentidos. De pronto, el que trabajaba desde casa ya no era visto con ojos juzgadores de "¿por qué no trabaja?", más bien el que juzgaba terminó trabajando igual. De pronto, nos dimos cuenta de que no era necesario llenar la oficina de personas para que una compañía siguiera avanzando. Bastaba con encender tu laptop y conectarte al resto del equipo mediante una videollamada.

Y fue justo en medio de estas conexiones que un ecosistema emergió de manera tan brutal que fue imposible detenerlo. Es más, fue imposible no unirse a él, sí, aunque no quisieras... Todos en algún momento terminamos cediendo ante el poder del e-commerce. Y es que sí, era mejor en lugar de ir a un centro comercial abarrotado de gente en el que tenías que hacer una fila de 45 minutos para adquirir tu prenda favorita. Solo bastaba con conectarte (sí, de nuevo esa palabra) y ver un catálogo en línea de ropa para seleccionar lo que más te gustaba, y en dos o tres días estarías recibiendo en la comodidad de tu hogar lo que habías comprado... ¿Riesgo? Ninguno, sobre todo si la tienda donde comprabas era una que ya conocías. Había más riesgo de que perdieras tu cartera saliendo del centro comercial.

Y así, la pandemia nos mostró que todo estaba solo a una conexión de distancia. Las tiendas entendieron que podían ahorrarse costos fijos si explotaban su canal digital y los consumidores entendieron que la evolución estaba ya tocando a su puerta.

Había tiendas que incluso dieron un paso más allá y convirtieron su "tienda física" en una virtual que podías visitar con solo un clic en la computadora o bien seleccionando desde tu celular la opción en una app.

Otra vez... Todo eso se resume a conexiones, tecnológicas y humanas. Todo gira en torno a ello. El actual ecosistema digital es tan vasto que solo los más hábiles al conectar pueden sobrevivir. Hoy, ¿te imaginas una tienda de conveniencia en la que no se pueda pagar uno de tus servicios o depositar a tu cuenta bancaria o wallet? Los servicios financieros se han convertido en el principal aliado de las cadenas comerciales. Estudios establecen que incluso en algunos casos los mayores ingresos para los comercios provienen de transacciones financieras más que de venta de misceláneos. Y esto solo es la punta del iceberg. No dudes que en el futuro puedas pagar tus productos con tu mano, tu dedo e incluso tu ojo, llegaremos a un punto en el que el dinero en efectivo se volverá solo un mito que se contará a los niños "antes pagábamos con un papel", no hay límites.

El futuro llegó para quedarse y quién se trate de esconder quedará en el olvido. En algunas partes del planeta, como India o China, el pago con celular mediante códigos QR es un tema del día a día, y lo que alguna vez solo podíamos ver en las películas hoy es una realidad.

La digitalización se ha vuelto un "must" más que un "maybe" y las conexiones entre cadenas, entidades financieras, apps y usuarios son vitales en un mundo donde la prisa y el cambio están a la orden del día.

Es simple, las películas se quedaron cortas contra lo que los visionarios del ecosistema Fintech han logrado. Todo se reduce a una sola frase...

"It's All About Connections"

Y tú, ¿quieres ser Iron Man o quedarte escondido?