La abrumadora velocidad de la transformación digital
por Cristián Peña, egresado de la Escuela de Publicidad, Encargado de Fidelización en la Fundación Coaniquem.
La transformación digital es un concepto que venimos escuchando desde hace mucho tiempo y que ahora, debido a la presencia del COVID-19, ha tomado una fuerza inusitada. Quizás no con ese nombre y quizás no con toda la preparación que a varias empresas y organizaciones les gustaría haber tenido. Sin embargo, lo que algunos llaman la cuarta revolución industrial, el paso de lo análogo a lo digital, llegó a un punto de no retorno.
La transformación digital se centra en dos aspectos: La eficiencia operativa, relacionada a los procesos internos de cualquier negocio, sin importar su tamaño; y la experiencia de usuario, que busca hacer lo más cómoda posible la interacción de las personas con algún producto o servicio a través de plataformas digitales.
A continuación, les invito a revisar los riesgos asociados a esta transformación y la importancia que tenemos nosotros, los que ocupamos internet, en esto.
Brecha en la Alfabetización Digital
La acelerada transformación digital y su relación con el COVID-19, se evidencia en el 40% de crecimiento en el tráfico de internet de red fija en Chile, entre mayo de 2019 y mayo de 2020, variación que se puede atribuir fácilmente a la cuarentena.
Durante el mes de mayo, se descargaron más de 2,8 millones de terabytes, entre todas las reuniones laborales, compras a domicilio y conversaciones con nuestros seres queridos, que tuvimos por plataformas digitales para evitar el riesgo de contagio. Una gran cantidad de negocios de diversas industrias, se vieron obligados a implementar rápidamente un plan de teletrabajo, sin las capacitaciones adecuadas, modificando por completo las rutinas de sus trabajadores.
Ya se han vuelto virales varias bromas que estudiantes le hacen a sus profesores a través de salas de clases virtuales, que lejos de ser algo cómico, demuestra que Chile no estaba preparado para enfrentar la implementación de tecnologías así de avanzadas, haciendo notoria una brecha en la alfabetización digital que ya era importante, donde los trabajadores con procesos de adaptación más largos y habituados a una realidad análoga, han tenido que aprender a ocupar ciertas aplicaciones, para evitar que la transformación digital les pase por encima
Falta de planificación
Un fenómeno similar sucede con las pequeñas y medianas empresas, que han tenido que modificar sus operaciones, digitalizando el servicio que habían estado entregando hasta antes de la pandemia, al mismo tiempo que evitan el riesgo de contagio entre sus trabajadores y clientes. Esto ha implicado que negocios locales han tenido que dar sus primeros pasos en internet, sin siquiera tenerlo planificado a corto o mediano plazo, sumergiéndose en un mundo que es desconocido para ellos.
Términos como Webpay, Shopify, y otras palabras clave más, han presentado crecimientos significativos en los últimos 4 meses en nuestro país, según las tendencias de búsqueda de Google, evidenciando el creciente interés de muchas personas por este tipo de servicios digitales y posiblemente la implementación de éstos en sus propios negocios.
Esta velocidad con la que suceden los cambios, también provoca que aquellas PYMES que no son capaces de adaptarse, corran riesgo de iniciar esta transformación sin que alguien los guíe en el proceso, pudiendo afectar gravemente sus ingresos, adquiriendo una tremenda solución tecnológica, a la que no podrán sacarle todo el partido que quisieran, mientras ellos solo buscaban una forma de llevar su almacén de abarrotes a un sitio web.
Los usuarios podemos hacer el cambio
La probabilidad de equivocarse en este contexto es altísima, pero no hay que perder de vista que cualquier proyecto digital se alimenta del ensayo y el error. Mientras antes echemos a correr nuestros planes de teletrabajo o nuestros negocios online, más tiempo tendremos para aprender de los usuarios y podremos enfocarnos en corregir que está mal, y fortalecer lo que ha dado resultado.
Decir que los y las usuarias tienen el poder de hacer que esta transición sea más simple, quizás es difícil de creer, pero es así. Solo a través de la retroalimentación que nosotros mismos podemos entregarles a los servicios digitales, es como el equipo de recursos humanos, de tecnología o la dueña del negocio, se enteraran de lo que se puede mejorar.
No se trata de convertirnos todos en fiscalizadores y apuntar con el dedo todo lo que vemos mal, si no, se trata de realizar una crítica constructiva tratando de ver que hay una persona detrás, que pensó que ese servicio, ese botón o ese carrito de compra daría resultado. No perdamos de vista que estamos todos y todas tratando de hacer nuestro mejor esfuerzo, para adaptarnos lo más rápidamente a una de las crisis globales que quedarán en los libros de historia.
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4 añosNo esperaba menos crack! Excelente columna, un abrazo.
Digital Marketing | Marketing con Causa | Inbound Marketing
4 añosGracias Cristián! Muy cierto, estamos viviendo cambios en digital, producto de la pandemia, muy acelerados; entre 5 y 10 años, según algunos expertos en el tema, y dependiendo del país y acciones digitales específicas del usuario.
Marketing Lead en Copec Wind Garage
4 añosqué buena leerte Cristián Peña Toledo un abrazo grande!
Content, Digital & Social Media Marketer
4 añosMuy acertado el punto de vista Cristián, y excelente llamado a ser empáticos, siempre pensando que aunque sea el entorno digital el que nos ayuda a estar conectados, somos personas detrás, aprendiendo y asumiendo nuevas dinámicas, que como bien mencionas en el artículo, no necesariamente estábamos preparados para enfrentar este cambio tan acelerado. Un abrazo enorme!