La AIE señala las infraestructuras como un pilar decisivo para la creciente expansión del hidrógeno

La AIE señala las infraestructuras como un pilar decisivo para la creciente expansión del hidrógeno

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su reciente Global Hydrogen Review 2024 revisa al alza sus perspectivas de producción de hidrógeno, basándose en proyectos ya anunciados.

Los proyectos de hidrógeno bajo en carbono que ya se han anunciado en todo el mundo y su despliegue sostenido permiten a la Agencia elevar sus previsiones de producción mundial hasta los 49 millones de toneladas (Mt) de hidrógeno en 2030, un 25% más que en su anterior informe de hace un año.

Europa cuenta con una hoja de ruta firme, lidera los proyectos anunciados de electrólisis y concentra una cuarta parte del volumen global de producción de hidrógeno bajo en carbono para 2030 con más de 12Mt al año, 8 con electrólisis. Las cifras de producción en Europa que calcula la AIE para ese horizonte superan el objetivo de 10 Mt que fijaba REPowerEU y tienen que animarnos a seguir impulsando el mercado del hidrógeno.

La Agencia destaca a España como gran hub europeo de hidrógeno generado con electrólisis y recalca que en seis años concentrará un 20% de la producción europea. Esto supone una producción de 1,6 Mt de hidrógeno verde al año, una estimación que está en línea con la información recogida en los resultados de la Call For Interest que presentamos en el II Día del Hidrógeno de Enagás en enero de este año, situándose también en la banda alta de los objetivos del PNIEC.

Las conclusiones que nos da la AIE son contundentes: la producción de hidrógeno no deja de crecer y su transporte por hidroductos es necesario y eficiente. En concreto, considera que los corredores son la opción más competitiva para transportar hidrógeno hasta distancias de 5.000 kilómetros —idóneas para Europa—, con una eficiencia notablemente superior al transporte de electricidad para producir hidrógeno en destino. 

Si bien el informe destaca los indudables avances del hidrógeno verde y proporciona consideraciones muy positivas, también pone sobre la mesa desafíos relevantes a los que prestar atención.

El principal, según la Agencia, es alinear el ritmo de avance de la demanda de hidrógeno con el que ya está mostrando la producción. A pesar de que la demanda mundial de hidrógeno –gris y bajo en carbono– aumentará un 3% en 2024 hasta alcanzar los 100Mt, señala el informe que para 2030 las metas de producción de hidrógeno bajo en carbono son entre tres y cuatro veces mayores a los objetivos de demanda derivadas de las políticas energéticas aprobadas en todo el mundo.

Para unir oferta y demanda la AIE remarca como un pilar fundamental el desarrollo de las infraestructuras de hidrógeno. «Sin un despliegue oportuno de las infraestructuras, no puede establecerse el vínculo entre la oferta y la demanda, lo que obstaculiza el crecimiento del mercado y crea incertidumbre tanto para los productores como para los consumidores», asevera. Para alcanzar el escenario de Cero Emisiones Netas, la Agencia sostiene que serán necesarios 46.000 kilómetros de redes de hidrógeno en todo el mundo.

Unas infraestructuras imprescindibles para atender el interés creciente de la industria y el sector de la movilidad por el hidrógeno, que el informe remarca: por ejemplo, en el transporte por carretera, con un aumento de la demanda del 55% en 2023. En este sentido, la AIE destaca cómo el reglamento europeo ReFuelEU Aviation, con objetivos de uso creciente de combustibles sostenibles (SAF) que aplican desde el próximo año, ha impulsado los acuerdos de hidrógeno en el sector de la aviación para cumplir con la regulación.

Hay que facilitar que se siga desarrollando la demanda, uniendo las zonas de producción y las de consumo con corredores y con una regulación adecuada que incentive y facilite la adaptación tecnológica de las industrias y usuarios hacia el hidrógeno como palanca clave de la descarbonización.

También será necesario reforzar la competitividad del hidrógeno verde, aunque la AIE señala que la prima asociada a su uso representa un porcentaje muy pequeño del precio de los productos que lo utilizan. Por ejemplo, en el caso del acero que incorpora en su producción hidrógeno verde supone una prima del 1% en el precio de un vehículo.

Para cumplir con el escenario de Cero Emisiones Netas es necesario acelerar a fondo y alcanzar los 68 Mt de consumo mundial de hidrógeno bajo en carbono para 2030.

La demanda y las infraestructuras deben acompañar el rápido crecimiento de previsiones de la producción. Una expansión que, además, se va a acelerar en los próximos años:  la capacidad prevista de instalación de electrolizadores en Europa, según la AIE, se ha cuadriplicado este año superando los 2 GW —por detrás de China—, a la vista de los proyectos que están ya en fases avanzadas de desarrollo y han firmado decisiones de inversión (FID).

Este crecimiento de la producción debe ir de la mano al de toda la cadena de valor del hidrógeno. 2030 es un punto intermedio y de inflexión crucial para transitar con éxito hacia el net zero: debemos llevar el hidrógeno allí donde se necesite. Quedan menos de seis años y es ahora cuando tenemos que pisar el acelerador.

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