La diversidad y las marcas: ¿cuestión de tendencia o de conciencia?

Escribo esta reflexión en torno a un incidente que le sucedió a dos amigas muy cercanas en un evento de lanzamiento de una campaña publicitaria que tenía como objetivo el empoderamiento de las mujeres, porque me preocupa como comunicadora y como activista la manera en la que algunas marcas utilizan la diversidad como una tendencia o una moda y no se preocupan en operacionalizar este enfoque en las acciones de su organización.

En los últimos años he visto cómo algunas marcas peruanas se han esforzado por incluir rostros más diversos en sus campañas comunicacionales y en sus piezas audiovisuales, y eso ha significado un avance importante para romper con las representaciones tradicionales de belleza y éxito. Sin embargo, es sumamente importante tener en cuenta por qué y para qué trabajamos la diversidad, y entender que esta no debe ser utilizada únicamente con el fin de seguir con la corriente ni ser tomada como una acción aislada y superficial que se hace evidente cuando suceden cosas como las que vivieron mis amigas.

Al acudir a un evento de lanzamiento de campaña de una conocida compañía de belleza, una representante del área de marketing de dicha empresa no solo demostró desconocimiento sobre el tema, sino que además evidenció que la invitación de mis dos amigas -influencers afroperuanas vinculadas al rubro de la moda y la belleza, pero también al activismo- respondía más a un tema que tenía que ver con cumplir con una cierta cuota de diversidad ya que ambas no correspondían al perfil de blogger de belleza como algunas de las otras personas que fueron invitadas. Esta no fue la única muestra de desconocimiento del tema, ya que luego de consultarles a qué se dedicaban, esta persona cuestionó la validez de las experiencias de discriminación que ambas han experimentado a lo largo de su vida.

No estoy contando esto nada más para presentarles un incidente bastante desagradable, sino a modo de reflexión como una profesional de comunicaciones que trabaja desde el enfoque de diversidad cultural e interculturalidad para que otros y otras profesionales que trabajan en las áreas de marketing, imagen corporativa y relaciones públicas puedan analizar y que 

están ansiosos de sumarse a esta “ola” de tener marcas más diversas. Siempre digo -como profesional, como activista y como académica- que la representación importa, pero la representación no se limita -ni debe limitarse- a la colocación de rostros distintos a los que usualmente se ven en los medios de comunicación, sino que se expande a una cuestión mucho más estructural qué pasa por entender por qué es necesario que se escuchen y se validen todas las voces.

Cuando la diversidad es nada más un accesorio que se le añade a las marcas para cuando utilizas la diversidad como un accesorio y no como una filosofía que se trabaja y se extiende a todas las acciones de tu organización, se nota. Porque para ser una marca diversa no basta con copiar referencias visuales y hacer piezas con rostros de distintos colores.

Y es realmente frustrante ver cómo se comercializa con un asunto que, para muchas personas que venimos trabajando de manera responsable y constante por garantizar visibilidad y participación, es una cosa realmente importante para avanzar como sociedad. 

Si las marcas deciden abrazar e incorporar la diversidad a sus procesos, esta decisión debe hacerse desde una posición informada que conlleve a un proceso de sensibilización y capacitación especializada en estos temas, para que así no evidencien su oportunismo al contactarse con personas expertas en el tema que además tienen una influencia importante en audiencias concretizadas en temas de activismo y participación.

#ComunicarDiversidad #Comunicaciones #Diversidad