LA ORACIÓN

LA ORACIÓN

LA ORACIÓN

Pastor Jorge L. Cintrón 

“Orad sin cesar.” 1 Tesalonicenses 5:17

El autor de 1 Tesalonicenses escribió: “Orad si cesar”. El comentarista bíblico William Barclay cuando comentó 1 Tesalonicenses 5:16-18, “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”,. señaló: “Estos versos nos dan tres señales de la iglesia genuina”: 1) La iglesia genuina es feliz, 2) La Iglesia genuina es una que ora, y 3) La iglesia genuina es una agradecida.

Pablo de una forma maravillosa exhorta a los creyentes de Éfeso a ponerse toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las asechanzas del diablo. (Efesios 6:11) Al finalizar de presentar esa hermosa enseñanza afirma: “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” (Efesios 6:18)

La iglesia que aparece en La Biblia es una iglesia de oración.

Las decisiones importantes de la iglesia se hacían  en oración. La iglesia entendió que debía sustituir a Judas Iscariote y al hacerlo oró (Hechos 1:24,25). La oración formó parte del nombramiento de los diáconos y de los ancianos en la iglesia. (Hechos 6:4, 14:23), La oración fue parte importante al surgir la vida misionera (Hechos 13:3)

La oración está relacionada con actos milagrosos que se realizaron por integrantes de esa iglesia que aparece en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Antes de llamar a Dorcas de la muerte Pedro desalojó a los que estaban en el cuarto y se puso de rodillas y oró (Hechos 9:40). Pablo, en la isla de Malta, encontró al padre de Publio enfermo; oró, le impuso las manos y sanó (Hechos 28:8)

Las oraciones de Cornelio fueron oídas y los gentiles tuvieron entrada a la iglesia cristiana (Hechos 10:4,5)

La iglesia que se manifiesta en el libro de los Hechos de los Apóstoles fue perseguida, pero la oración le dio victoria. La puerta de la cárcel no pudo detener a Pedro, porque había una iglesia que hacia oración a favor de él (Hechos 12:5,12). El terremoto que abrió las puertas de la cárcel de Filipos fue antecedido por los cánticos y oraciones de Sila y Pablo. (Hechos 16:25). Aún en medio del martirio de Esteban la oración asoma: “Señor Jesús recibe mi espíritu. No les tomes en cuenta este pecado”. Esa oración pudo haber retumbado en el cielo y desencadenar los eventos que culminaron en la experiencia de salvación de Pablo (Saulo) en el camino de Damasco. La iglesia al enfrentarse por primera vez a la persecución levantó oración “Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.” (Hechos 4:24-30). Al finalizar la oración hubo una nueva investidura de poder. El lugar donde oraban tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Cuando la Iglesia Ora

Se abren las puertas a la predicación del evangelio.

Los hombres se convierten al evangelio.

Se levantan obreros cristianos y se envían a los campos misioneros.

Los predicadores predican la Palabra con poder.

Se suplen las necesidades de la obra.

Reina la paz y el gozo entre los hermanos.

Se frustran las tretas del enemigo de las almas.

Se realizan grandes obras de bien social y spiritual.

Se mantiene viva la llamada de fe entre los cristianos.

Se resuelven los grandes problemas.

Por tanto la Iglesia que ora:

Es una iglesia victoriosa.

Es una iglesia que siempre esta creciendo.

Es una iglesia en la cual el Señor tiene contentamiento.

Es una iglesia de buen testimonio en la comunidad.

Es una iglesia que esta siempre bien unida y bien fortalecida.

Es una iglesia que responde a todas las necesidades.

Es una iglesia amada de todos los que la conocen.

Es una iglesia que verdaderamente se puede llamar iglesia.

Lucas presenta la formación de la iglesia de la siguiente forma:

Jesús le preguntó a los discípulos: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. …..

Jesús le respondió: Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. (Mateo 16:16, 18,19)

Al presentarle Jesús la enseñanza de La Vid Verdadera le dijo a sus discípulos: “ Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” (Juan 157)

Juan escribió en su primera epístola: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” (1 Juan 5:14,15) 

Hace algún tiempo adquirí un libro titulado Las 21 oraciones más efectivas de la Biblia de Dave Earley. Cinco de esas oraciones me impactaron. Tan es así que utilizando esas cinco (5) oraciones preparé lo que llamé Vivencial de Oración. El cual he dado en dos (2) ocasiones en esta congregación.

Esas cinco (5) oraciones son: 1) “Señor enséñame a orar”, 2) “Auméntanos la fe”, 3) “Dame sabiduría”, 4) “Ven con nosotros” y 5) “Fortalece mis manos”

Un día Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: - “Señor enséñanos a orar.” Así como Juan enseñó a sus discípulos. Jesús respondió la oración de los discípulos dándoles el Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.  (Lucas 11:2-4)

Observe que los discípulos no dijeron: “Enséñanos como orar”. Los discípulos oraron: “Enséñanos a orar” La clave para orar se encuentra en ponerse a orar.

¡Y los discípulos oraron!, Aprendieron a orar

Cuando nació la iglesia, transcribieron la oración en su ADN

Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. (Hechos 2:42)

Un día Jesús les estaba hablando a los discípulos de la necesidad de perdonar repetidamente a los pecadores que se arrepienten: “Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.” Lucas 17:3-5) Solo pensar en un “perdón tan radical” les pareció a los discípulos algo tan imposible que tan solo pudieron decir: “Aumentados la fe”. Así los discípulos de una forma inocente e inadvertida hicieron una de las oraciones más eficaces escritas en La Biblia: “Auméntanos la fe”, No podían haber hecho una oración mejor. Cuando Jesús desafió su nivel de espiritualidad pidiéndoles que perdonarán de forma radical por fin se dieron cuenta y ofrecieron una oración corta, dulce y poderosa: Aumenta nuestra fe. Los discípulos oraron: “Señor auméntanos nuestra fe” y Dios lo hizo. Terminaron como hombres de fe extraordinaria. Tuvieron fe suficiente para seguir predicando en medio de una fulminante persecución. Todos experimentarían torturas y unas muertes horribles.

Salomón se encontró en una situación de gran reto. Cuando murió David, su padre, el peso de la joven nación recayó sobre Salomón. Salomón tenía que ocupar el lugar dejado por su padre. Dios sabe cuándo estamos llevando más de lo que podemos soportar. Y sabe lo que necesitamos. Dios se le apareció a Salomón en un sueño y le hizo una proposición incondicional: "Pídeme lo que quieras y te lo daré". La respuesta de Salomón fue: "Dame sabiduría". Esa fue la sencilla oración que Salomón hizo. Salomón oró diciendo: "Dame sabiduría"

Y Dios respondió: Sí. ¿Por qué no haces tuya esa oración y le dices a Dios "Dame sabiduría"?

Moisés vivió uno de los desafíos de liderazgo más difícil de la historia. Tuvo que sacar y guiar a un millón de esclavos quejicosos de Egipto, atravesando el desierto hasta llegar a la Tierra Prometida. Cada vez que se daba la vuelta, su pueblo o bien se estaba rebelando o quejando. ¿Cómo se supone que guiaría Moisés con ciertas garantías a ese pueblo a Través de los peligros del desierto hasta la Tierra Prometida sin que éstos acabaran con él o con ellos mismos? Moisés era un hombre oración eficaz. Moisés al final tuvo éxito porque le pidió ayuda a Dios, haciendo una de las oraciones más eficaces de La Biblia. Ven con nosotros. “Y dijo Moisés a Jehová: Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos. Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.” (Éxodo 33:12-15). Moisés rehusó dar un paso más sin la presencia manifiesta de Dios.

Nehemías tenía la tarea de dirigir al remanente de Israel en la reconstrucción de los muros de Jerusalén. Nehemías estaba cansado y tambaleante al borde de la desesperación. Había estado trabajando durante días brutalmente largos semana tras semana. Parecía una tarea imposible. Estaba enfrentando un enemigo Sambalat. Dios necesariamente no hace las cosas fáciles para su pueblo. Solo porque estemos intentando hacer lo que Dios quiere no significa que seamos inmunes a los problemas, las frustraciones y los ataques, sino todo lo contrario.

Nehemías luchó de rodillas convirtiendo su problema en oración. "Todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos”. (Nehemías 6:9) Nehemías no le pidió a Dios que hiciera desaparecer a sus enemigos. No le pidió que le diera esta responsabilidad a otra persona. No pidió que la muralla fuese construida de forma milagrosa por medio de la intervención de legiones de ángeles. Oró “Fortalece mis manos” Dios respondió esta petición. “Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.” (Nehemías 6:15)

Los tres hombres que puede hayan tenido el mayor impacto en el cristianismo occidental en los siglos XVIII y XIX tuvieron todos ellos una característica común: estaban indudablemente marcados por la presencia de Dios.

Juan Wesley: padre del gran despertar espiritual que sacudió Inglaterra y América. Era un hombre que buscaba mantener el resplandor de Dios en su vida brillando con un blanco tan intenso que otros pudieran reconocerlo y quisieran buscar el mismo poder transformador.

Charles Finney: abogado que se convirtió drásticamente al cristianismo e inmediatamente comenzó a predicar en pequeñas ciudades del interior de Nueva Cork. Dicen que cuando Finney entraba en una ciudad, la presencia de Dios era tan espesa que la gente, o bien se arrepentía o moría, Finney y sus asociados pasaban horas rogando fervientemente a Dios que manifestara poderosamente su presencia.

D. L. Moody: comenzó una gran iglesia, una maravillosa universidad y se dice que ha llevado a millones de alma a los pies de Jesucristo. Temprano en su ministerio su querido amigo, Ira Sankey, le describió en este periodo de su vida como “una persona muy dinámica; tenía un deseo tremendo de hacer algo, pero no tenía un poder real. Trabajaba mucho en la energía de la carne”. Durante un viaje a Inglaterra, el corazón de Moody se encendió con la idea de alcanzar de algún modo a más gente par Cristo de la que había alcanzado; sin embargo el no estaba a la altura de la tarea. Así que comenzó a luchar con el Señor en oración. Poco después, Dios le permitió a Moody tener un impacto global y multiplicó increíblemente los resultados de sus esfuerzos. La única explicación fue la presencia manifiesta de Dios.

Wesley buscó la presencia de Dios y esto marcó su vida y ministerio

Finney y sus compañeros lucharon con Dios pata buscar la manifestación de su presencia

Moody deseo de manera profunda y apasionada que la presencia de Dios consumiera su vida

La iglesia es llamada a ser una feliz. A ser una iglesia  agradecida. Una iglesia genuina que ore.

Te invito a que hagas parte de tu vida de oración estas cinco (5) oraciones: “Señor enséñame a orar”. “Auméntanos la fe”  “Dame sabiduría”.  “Ven con nosotros”. “Fortalece mis manos”.

Reacciona a La oración que fue presentado el domingo 3 de abril de 2022 a las 10:15am en el Pabellón de Oración de la Primera Iglesia Bautista de Cayey.

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