La vida es una verbena

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¡Hola! ¿Cómo estáis?

La newsletter Correo sí deseado está de verbena. Dicen que el pasado fin de semana es en el que se celebran más fiestas patronales en España, y a nosotras, por supuesto, nos encanta ese plan. Las compañeras titulares de este boletín me han vuelto a dejar un hueco esta semana para hablaros de fiestas, verbenas y de pasar el verano en el pueblo. ¿Por qué? Realmente porque ellas están en un merecidísimo descanso, pero también porque mientras tú estás leyendo esto, yo estaré en mi pueblo, Codesal, una pequeña localidad de Zamora perdida entre sierras y pinos quemados. Allí la mayor de las preocupaciones estos días es saber dónde es la próxima verbena. Y es que nos gustan mucho. Ya lo dice Carlangas, exlíder del grupo Novedades Carminha y autor de Verbena, en esta entrevista con Manuel Jabois:

A mí la verbena me parece algo casi político. Uno de esos sitios en los que se junta gente de todas las edades y de todas las clases sociales para divertirse y tomar un Larios con cola. La verbena es algo muy sencillo y a la vez muy político. Y suena de todo, no hay prejuicios.

Las fiestas de mi pueblo también fueron el pasado fin de semana, así que imaginarás que a estas alturas estamos recuperando fuerzas. Este año se ha dado una bonita casualidad. El sábado la orquesta que tocó en la era fue Banda Gaudí. Cuando lo leí no sabía por qué pero me sonaba. “Una orquesta más, la habré visto en algún pueblo”, pensé. Pero preparando esta newsletter y rebuscando en la hemeroteca encontré este artículo escrito por el guitarrista de la banda hace unos años en Verne, en el que cuenta cómo es pasar los veranos de escenario en escenario. Me ha encantado conocer el otro lado, el de los que no están de fiesta estos días y trabajan para que el resto nos divirtamos.

¡Venga, empezamos, que es martes pero aún así os tenéis que ir a bailar a la era, la plaza o el prao!

Buenas noches, bienvenidos

España es un país de verbena y de pueblos. ¿Cuántos de vosotros usáis vuestras vacaciones para volver al pueblo de los abuelos, ver a la familia y a los amigos de siempre? Para mí son días de comer helados, bañarse en el embalse y disfrutar de los que siempre están cerca aunque vivan lejos. Pero también de bailar hasta las tantas de la madrugada rodeada de gente que podría ser tu padre (o tu abuelo) y tu hijo (o tus primos). Año tras año es igual, los ritos que rodean a una verbena se repiten sin faltar un paso: el montaje de un camión lleno de instrumentos, altavoces o focos mientras los niños del pueblo no quitan ojo, los primeros pasodobles, los clásicos de Mecano o de Miguel Ríos, los abrigos para sobrellevar la madrugada, el bingo del descanso, Los Suaves, La Fuga y otras canciones que solo escuchas en el pueblo y, si aguantas, la chocolatada con bizcochos cuando empieza a despuntar el sol del lunes.

Lo que se vive en mi pueblo se repite en muchísimos otros (pequeños y no tan pequeños). El verano pasado Juan Navarro acompañó a la orquesta Versus durante el día que tocaban en Pedrosa del Páramo (Burgos). Todo lo que has vivido en una verbena está aquí resumido. Y da igual que haya sido en Burgos, Granada, Guadalajara o Zamora.

Salir, beber...

¿Por qué nos gusta tanto una verbena? Es más o menos un plan barato, el look es siempre el mismo (vaqueros, sudadera y calzado cómodo), te sabes todas las canciones, tienes altas probabilidades de ligar y puedes comer bocadillo de lomo o hamburguesa recién hechos a las 4.00 am. Para Carlos García Miranda, que resume las bondades de las fiestas de pueblo en este artículo, lo más importante es lo que ya decía antes Carlangas, lo mejor de una verbena es que consigue aunar todas las generaciones. ¿En qué festival moderno se consigue esto?

Y por último, tenéis que leer este artículo con atención. Son las recomendaciones de Pablo Cantó para ir a una verbena si no eres de pueblo. Solo voy a añadir un consejo personal: lleva ropa de abrigo. Si vas a las fiestas de un pueblo no basta con llevar una chaquetilla; tienes que acumular capas, sudadera, cazadora y el pañuelo de fiestas para abrigar el cuello. Cuando llegue la madrugada, me lo vas a agradecer.

Gente haciendo cosas (buenas) en los pueblos

Los pueblos (como las bicicletas) no son solo para el verano. Y no solo de verbenas pueden vivir estas localidades, claro. Todas las semanas Mari Luz, Brenda y Pilar os muestran cómo la gente hace cosas buenas en todo el mundo, y en los pueblos no podía ser menos. Aquí van algunas:

• Pueblos que se vuelven a llenar de niños. Dicen que lo más triste de un pueblo es cuando se tienen que cerrar los colegios por falta de alumnos. En algunos aún se intenta combatir este fenómeno usando la tecnología como aliada.
• Los mayores no renuncian a vivir en sus calles de siempre. Pablo Ordaz cuenta aquí la preciosa historia de Pescueza y sus habitantes. En este pequeño pueblo de 170 vecinos se ha logrado que el cuidado de los mayores se convierta en una fuente de empleo y un freno contra la despoblación. La cuadratura del círculo.
• El Congreso avala salvar los salvar los bares por ley. Siempre decimos que un pueblo se muere cuando se cierra el colegio y el bar. En Codesal aún tenemos la suerte de tener a Dori detrás de la barra, pero estos negocios pequeños lo pasan mal cuando no es temporada alta. “Es verdad, las dos primeras semanas de agosto se llena, pero ¿y después qué? Hay días en invierno que abro para que vengan a jugar la partida y luego me paso la tarde sola”. Para ayudar a estos pequeños negocios, hace unos meses se puso en marcha una ley que dota a estos locales de incentivos económicos o administrativos. Tras disolverse el Congreso, habrá que ver qué futuro le espera a la proposición que ya fue aprobada por la cámara.
• Música para todos. Una de las cosas que echan de menos los que viven en el pueblo durante todo el año son actividades culturales. La banda burgalesa de la M.O.D.A. se ha propuesto visibilizar al mundo rural a través de una gira que llevan haciendo por pequeñas localidades de Burgos desde 2019. Porque creen que el derecho a la cultura no solo es para quien puede pagar una entrada en un festival o en un gran concierto. En este podcast Juan Navarro cuenta cómo fue uno de estos conciertos en Sedano a principios de mayo (por cierto, no dejéis de escuchar dos de mis canciones favoritas de este grupo: Campo amarillo y La molinera).
• “En España se lleva el pueblo”. Así lo asegura Tom C. Avendaño en este artículo en el que repasa películas y libros en los que el escenario es un pequeño pueblo. La escritora Elisa Levi, autora de Yo no sé de otras cosas, lo justifica así: “Es un mundo acotado que permite hablar de los límites del universo de esos personajes, de cómo se gestiona el miedo a lo desconocido, la incertidumbre, tan presente en nuestras vidas”.

Esta semana me ha puesto de buen humor…

Volver. Disfrutar otra vez de las fiestas del pueblo en la era. Volver a reencontrarnos la pandilla de cuando éramos pequeños y juntarnos como cada segundo fin de semana de agosto. No solo son unas fiestas en honor a vírgenes o santos, son fiestas en honor a nosotros y a nuestras raíces. A seguir aquí, a seguir bailando canciones de orquesta, riéndonos de anécdotas de hace años, saliendo y bebiendo juntos. Siempre me ponen de buen humor esos momentos en los que nos da igual que fuera de aquí llueva, caigan truenos o haya Gobierno o no. Esos momentos de disfrutar de quienes somos y cómo hemos llegado hasta aquí. Donde siempre y con los de siempre 💚.

¿Y tú? ¿Estás en el pueblo estos días? ¿Ya has ido a la verbena? Si quieres puedes contárnoslo en correosideseado@elpais.es.

Gracias por leernos :)

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Y para ti, ¿cuál ha sido la mejor noticia de la semana? Puedes contárnoslo en correosideseado@elpais.es Espero que te haya gustado esta nueva entrega. Si es así, ¡recomiéndanos! Y si aún no recibes estos correos todas las semanas, puedes apuntarte aquí. Hasta la próxima semana.