Las emociones en las decisiones
Mildred Mindfulness
Las emociones son acciones químicas en el cuerpo que se quedan grabadas en nuestra memoria.
En libro de Goleman de Inteligencia Emocional, menciona que en la toma de decisiones es una combinación de 20% de inteligencia lógica y un 80% de la emocional. Debemos profundizar en la pregunta, si hemos fortalecido nuestras emociones. Como he mencionado con anterioridad, actualmente las emociones son parte de nuestra vida profesional y personal; sin embargo, en mi experiencia como docente universitaria, he visto cómo lo jóvenes no tienen un conocimiento claro de las emociones, entonces, ¿cómo podemos esperar que nuestros profesionistas tengan inteligencia emocional para tomar las mejores decisiones?
Los seres humanos estamos lejos de ser una máquina racional, a la que algunos aspiran a ser o buscan “adaptarse” en el mundo de las tecnologías de la información. Pero lo tengamos claro o no, nuestro ser está preparado para tomar decisiones de manera rápida utilizando parte de la información, y esto es lo que hacemos en sobrevivencia. Pero cuando necesitamos tomar decisiones a profundidad, dudamos de seguir la mente racional o las sensaciones del cuerpo.
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Gracias a la Hipótesis del Marcador Somático del neurólogo Antonio Damasio, debemos entender la emoción como antecedente del componente cognitivo para la toma de decisiones. El ser humano reside en la encrucijada de dos grandes mundos: el exterior (el cual percibe a través de los órganos de los sentidos) y el interior (que adquiere la forma de pensamientos e imágenes mediante los cuales representa y elabora su realidad individual). La memoria en el cuerpo y la racionalidad de la mente, trabajan en un circuito interconectado, que ayuda a imaginar el sentir del resultado en la toma de decisión. Las experiencias pasadas facilitan el análisis prospectivo de las actuales, contribuyendo a elegir vías de acción concretas a la resolución de problemas.
Los estudios han revelado que las personas con emociones positivas sobreestiman los resultados positivos y utilizarían un pensamiento más estereotipado que aquellos con une estado de ánimo neutral. Por otro lado, quienes utilizan las emociones negativas aumentarían la capacidad de razonamiento deductivo y analítico. La incertidumbre sobre el resultado de la decisión nos provoca sensaciones de miedo, ansiedad, angustia, frustración, etc., creando duda o malestar, sin tomar las decisiones. Tomamos decisiones de forma inconsciente antes de que llegue a nuestro consiente, esto es efectivo ante una elección rápida. La práctica racional y consiente de nuestras emociones ayuda a comprender el sentir del cuerpo y mente, direccionando a una mejor acción de sobrevivencia.
Por ello es importante darnos tiempo para conocer nuestras emociones, ya que nos ayudara a comprender su origen, la expresión de estas en nuestro cuerpo y fortalecer el proceso racional; todo ello con el objetivo de perder el miedo a errar aún que nos equivoquemos. Con la práctica consta de Mindfulness, estimulamos la región encargada de dirigir la atención, mejorando la atención consciente, proporcionando una mayor estabilidad, control y eficiencia a la regulación de las emociones, fortaleciendo el proceso de toma de decisiones.
Con la pausa Aideas Mindfulness, fortalecemos la conexión de nuestro cuerpo, corazón y mente, para una mejor toma de decisiones.