Logra la FELICIDAD en tu negociación laboral y personal
¿Sabes cómo negociar y con ello llegar a un acuerdo que te haga FELIZ, o siempre terminas obteniendo algo que te hace sentir lo contrario? Te invito a que leas cómo llegar algo que te satisfaga y que te haga sentir bien de manera franca y auténtica.
Quien te diga que negociar no es su ámbito o competencia, no tiene idea de lo que dice. Desde pequeños, nuestra vida ha sido una constante e incesante carrera de negociaciones. El poder estar un poco de tiempo más viendo la tele, el que nos dejaran acabar luego la tarea para primero ir a jugar con nuestros amigos, el que nos suscribieran en un deporte o disciplina, el usar determinado corte de cabello. Cientos, si no miles de veces, hemos negociado lo que a nosotros nos apetece, es decir: aquello que nos hace felices.
Sin embargo, hemos crecido. Y al crecer, sobrevienen cuestiones que ahora vemos como muros. Si te casaste, la negociación es con tu pareja. Tienes trabajo, la negociación es con las personas donde laboras. Y de repente sientes que se ha tornado más difícil negociar o que es algo donde estaría de manera implícita fluir en algo común, como si todos quisieran alcanzar la felicidad pero sin necesidad de exponer las razones para lograrlo. Y no. No es así, nosotros obstaculizamos y agregamos tensión a nuestra vida personal y profesional.
La mayor parte de las personas reaccionan a los problemas de dos formas. La primera forma es la posición "Suave", que consiste en ceder sin más aún truncando los propios intereses. Consiste en decir sí a todo para evitar el conflicto (“sí, cariño: lo que tú digas”). Esta posición a la larga, genera primero incomodidad, luego furia consigo mismo. Por eso, una persona que toma esta posición "Suave" empiece a poner límites, luego: se enfade y entonces, se torne intransigente. ¿Acaso no lo vemos en el mundo de la pareja?
La segunda, es la posición "dura", aquella que cuando hay una diferencia de intereses, su posición es una lucha en la que no cede absolutamente en nada (“aquí es coo digo porque sí”). Esta situación a largo plazo, termina siendo insostenible también, ya que forma un muro en las relaciones laborales y sociales, ya que pone a los demás en una actitud defensiva y luego de ataque. ¿No conocemos jefes y políticos déspotas, que lo único que provocan es destruir personas, dividir a su gente, desmotivar a sus incondicionales inteligentes, y terminar por ser criticados de la peor manera?
Debido a que tanto la forma "Suave" como la "dura" no son mas que formas extremas de negociación, lo que te recomiendo es usar el siguiente método, que se asemeja a la posición "Suave" en las relaciones y, a la "dura", en los objetivos a alcanzar. Los directivos y personalidades de la política a los que se las he aconsejado, tienen éxito diario contundente. Permíteme mencionarte algunas de las claves para que las apliques en tu día a día con el mismo éxito y que alcances negociaciones que te hagan sentir felicidad.
Lo primero, cuando te enfrentes a un conflicto, separa al problema que debes negociar, de la persona con la que negociarás. Esto te servirá para que cuando negocíes, cuides la relación (posición "Suave") al tiempo que buscas un buen acuerdo común. No es lo mismo responder “estás mal” que responder “eso que mencionas está mal por que...”. La primera respuesta es etiquetar a la persona mientras que la segunda es etiquetar al problema.
Por tanto, en tu discusión cuida la gestión de tus emociones y céntrarte únicamente en el problema.
Lo segundo: negocía sobre los intereses, no sobre la posición que adoptamos. Y para ello, primero establece MUY CLARO CUÁLES SON TUS OBJETIVOS. No te enganches en las posiciones o actitudes de la persona o volverás a engancharte en discusiones para ver quién tiene el ego y el poder más grande, lo cual muestra incompetencia y de pasada, es estéril para obtener una negociación abundante y feliz.
Te va una anécdota. Dos personas quieren una naranja y no alcanzan un acuerdo, terminan matándose, y en el fondo uno solamente quería la cáscara y la otra, la pulpa. Por tanto, SÉ INTELIGENTE, indaga qué busca el otro, más allá de la actitud que tome. Luego, ten presente lo tuyo. Verás que la mayor parte de las veces, uno quiere la cáscara y tú la pulpa. Háganse felices.
Y aquí viene la tercera parte, que luego de ver esto te será más fácil para negociar: BUSCA OPCIONES DE BENEFICIO MUTUO, ESTO ES GANAR-GANAR.
El ego busca una solución salomónica. Pero en una gran negociación, esto no es remotamente recomendable. Tampoco se trata de adoptar política de apaciguamiento como hizo Arthur Neville Chamberlain con Adolf Hitler y Benito Mussolini, compensando las exigencias de la contraparte. Y es aquí donde entra en juego la creatividad, así como el carisma. No se llega a ceder en la exigencia parcial o completa, pero se da a cambio una salida que sea beneficiosa e incluso útil para uno. Recuerda fijar un estándar objetivo para saber si estamos consiguiendo un buen trato. Aprende a medirlo y no a usar las emociones para "sentir que fue un buena o mala negociación". ¿Cuánto obtuviste en números (días, dinero, cosas, servicios) y porcentaje? Verás que si el número o saldo te es positivo, sentirás que fue una buena, excelente e incluso, extraordinaria negociación.
Y en el caso que no se llegue a ningún acuerdo, define tu MAPANN (Mejor Alternativa Posible a un Acuerdo No Negociado). ¿La negociación fracasó? Bueno, siempre existió esa posibilidad, y no tenerla en cuenta es pecar de ingenuidad. Sin embargo, el mundo sigue y nosotros tenemos que ser felices, ¿qué vamos a hacer? ¿qué alternativas hay? ¿qué otras salidas existen? ¡Todo continúa! ¿O qué opinas?