Confianza
La confianza es el motor de la relaciones, es la base para generar vínculos a largo plazo en todos cualquiera de los ámbitos: personal, familiar, social o laboral. Gracias a la confianza podemos delegar acciones que son importantes y que muchas veces no las podemos realizar solos, depositando emociones en todo este proceso y al hacerlo obviamente nos tornamos vulnerables, puesto que la otra persona es responsable de algo importante que puede afectarnos o afectar nuestros resultados. Tanto el dar el voto confianza como el que te lo den es una gran responsabilidad.
La confianza; es una estado emocional, un sentimiento de esperanza, donde creemos que las cosas van a salir según lo esperamos, este estado puede ser generado por una persona o una situación en base a un juicio emitido, el cuál se fundamenta en dos elementos claves que podemos observar en una persona:
1. LA CAPACIDAD DE LA PERSONA
Muchas veces nos encontramos con personas que poseen mucha voluntad de hacer algo por nosotros, pero deducimos según algunos detalles que logramos observar, que no lo podrá hacer adecuadamente y eso generará el juicio de desconfianza y las emociones que la acompañan.
2. LA ACTITUD DE LA PERSONA
Por otro lado, si la persona tiene la capacidad pero observamos que no tiene la voluntad o convicción para hacerlo, entonces también despertará dudas de en nosotros y desconfiaremos en que esa persona pueda cumplir nuestras expectativas.
Dentro de este segundo punto también podríamos mencionar que este juicio puede emitirse cuando los principios y valores que posee una persona difieren a los nuestros. Por otro lado es importante aclarar que la confianza no es integral, es situacional y lo voy a explicar con ejemplo: yo confío muchísimo en mi mejor amigo, pero si se trata de que arreglar mi vehículo, no considero que tiene la competencia ya que no es mecánico. Sin embargo, el hecho de que yo no confié en esa situación en particular no significa que yo no confíe en otras situaciones que para mi son aún más importantes.
Estoy seguro que no hay persona en la que podemos confiar al 100% en todos las situaciones o ámbitos, tal vez en lo que si podemos confiar es en su voluntad en hacer lo mejor que puedan, lo cuál no nos garantiza que lo vaya a hacer bien y si pensamos eso, ya estamos generando el juicio de desconfianza basado en la falta de capacidad.
Ahora la parte clave, ¿cómo generamos confianza?
He observado que muchas personas quieren generar confianza a través de pedirla o convencer a las personas que tienen la capacidad y la actitud, o a veces incluso claman a que el otro sea buena gente y que confíe en la persona como si la confianza fuera un derecho natural.
Pues la confianza se genera a través una de una virtud: LA INTEGRIDAD. La integridad funciona para mi de la siguiente manera:
“Di lo que vas a hacer y haz lo que dijiste que ibas a hacer”
No se trata de ser perfectos, se trata de ser coherentes. Muchas veces cometemos el gran error de prometer cosas que el otro necesita para generar confianza sin reflexionar si tenemos los recursos o la capacidad de cumplirlas.
La confianza se basa en las acciones que el otro observa en base a la coherencia de lo que decimos.
Dicho esto, para generar confianza, debemos ofrecer solo lo que podamos cumplir y cumplirlo y si nos piden algo que no estás en nuestra capacidad de hacerlo decir NO, o por lo menos decir que intentaremos hacer nuestro mejor esfuerzo pero no garantizamos nada.
Toma en cuanta estos cuatro aspectos para poder generar confianza:
En resumen:
- La confianza es sentimiento de esperanza
- Se basa en un juicio que emiten sobre nosotros.
- La confianza es situacional y se basa en las capacidades y actitudes.
- El juicio de la confianza se emite en base a la integridad
- La integridad es la coherencia entre lo que digo y hago