‘Los consultores que no amaban a sus clientes’
La relación entre las consultoras de servicios y sus clientes da para mil y una historias que, como es habitual, terminan superando cualquier ficción imaginable. En esta ocasión repasamos, desde la ironía y el humor, el tipo de cliente con el que todo consultor ha tenido pesadillas alguna vez.
Si has comenzado a leer este post es porque su título a caballo entre la literatura y el sensacionalismo ha surtido el efecto deseado o porque, de hecho, eres consultor y estás perplejo porque el autor (un servidor) se haya aventurado a titularlo así. En cualquiera de los casos, espero no defraudarte, ni alarmarte.
Y es que, en el fondo, cuando eres consultor, tus clientes terminan siendo lo más parecido a tus hijos. Los recibes con alegría cuando llegan a tu vida, los crías y educas, ves cómo maduran y llegado un punto cuentas los días porque se vayan libres a otro nido (esto último sale más rentable con la descendencia que con los clientes, obviamente). El caso es que, en ese proceso tan íntimo, el amor cruza en muchas ocasiones la barrera que lo separa tan sutílmente del odio.
En mi caso personal (que he sido mucho tiempo lo que las consultoras y agencias de comunicación denominamos ‘cuenta’ o ‘cliente’) tras unos años en el sector de los servicios profesionales, entiendo y compadezco a aquellos que fueron mis partners y proveedores. Yo era muy exigente, quizá demasiado.
Y es que los perfiles de cliente ‘nasty’ son muchos y variados:
- El ‘Bluff’. Es aquel cliente por el que te has dejado hasta el último aliento en el concurso de agencias; por el que darías medio riñón por trabajar al tratarse de una marca que has admirado siempre y que termina decepcionándote más que una boda en la que no suena ‘Paquito el chocolatero’. Bien porque las directrices vienen marcadas por los head quarters de fuera de España y no hay margen creativo de maniobra; porque internamente es un caos de empresa y los procesos de validación son eternos, o porque el presupuesto final para implementar el plan termina siendo muy inferior al propuesto en concurso.
- El ‘No me entero de nada’. Suele ir ligado a un perfil de interlocutor que no entiende los conceptos básicos ni el funcionamiento de las relaciones públicas y la transformación digital. Es un tipo de partner que, sin ser malintencionado, agota por el gran esfuerzo didáctico que hay que hacer con él. Le prestas servicios de consultoría y le regalas un Máster en Comunicación Corporativa de forma indirecta.
- El ‘veleta’. ¿Quién no ha tenido un jefe, un amigo o una pareja que cambia de opinión según sopla el viento? Pues los clientes son humanos, y también lo hacen. El principal problema aquí es cuando los cambios constantes vienen derivados porque tu interlocutor no tiene poder suficiente en la jerarquía para desestimar ideas o peticiones contraproducentes que vienen de Dirección.
- El ‘Tirano’. Poco que añadir. Lo irónico es que muchas veces suelen ser ex compañeros que han trabajado en consultoras…De nuevo, como con la prole, es imposible no quererlo aunque tu hijo sea Joffrey Baratheon.
- El ‘meloquedo’. Si tuviéramos que sumar las veces que los clientes (de forma inconsciente habitualmente), aplican ideas propuestas por sus agencias que no terminan remunerando, probablemente estaríamos hablando del equivalente a casi un 15% más de facturación a lo largo del año.
A pesar de esta descripción tan melodramática, lo cierto es que ese amor-odio termina teniendo más de lo primero que de lo segundo. Porque aunque el día a día en las consultoras sea complicado, pocas cosas hay más gratificantes que ver crecer a tus clientes gracias a estrategias que tú y tu equipo habéis diseñado y mimado. Por suerte, en mi día a día tengo clientes con los que es una gozada poder pelear ese día a día por unos objetivos y logros que terminan siendo comunes. De hecho, el tipo de proyectos o clientes que gestionas es un factor importante a la hora de decantarte por una oferta laboral.
Además, que seguro que ellos también tienen su lista de ‘nasty consultores’
¿A qué sí?
Comunicación Interna. Gestión de cambio- Internal Communications. Change management
8 añosMmmm do you remember when you were on the other side? 😂 Espero no parecerme a ninguno de los descritos, aunque evitaré hacer la lista de los tipos de consultores a los que casi le acabas escribiendo el abecedario... Con cariño, desde luego tú no eres el caso!