MENOR DE EDAD
Recuerdo esa observación como un consejo que daba mi abuelo sobre cómo tratar a las empresas y que justificaba, en gran medida, su secreto.
Como muchos saben mi Blog así se llama, por tanto a él se lo debo. Le debo tantas cosas… a ese que, para algunos, era obsesivo, enfermizo e incluso perverso. Tuve la suerte de tener un abuelo sabio, como casi todos los abuelos, listo y teniendo en cuenta sus circunstancias, bueno.
Pues bien, mi abuelo, Juan Muñoz, decía, cuando volvía de trabajar, después de haber pasado antes por su despacho, que los negocios eran como Menores de Edad y que si no se les cuida como tales, sea la que sea la edad que tengan, lo normal es que se vayan (esto es mío) al carajo.
Suena bien verdad, tratar a los negocios como Menores de Edad. ¿Siempre?
Cuesta mucho imaginar que podamos mantener esa observación cuando el triunfo nos acompaña y además hemos cumplido con creces la edad.
Menor de edad, ¿cuándo se es joven o a cualquier edad? Es evidente que lo decía alguien que a los setenta años no era sospechoso de empezar.
Algo que mi abuelo Juan no me dijo nunca es que el secreto es el de la pasión por ser y no tanto por estar. Él siempre quiso ser. Por eso pueden Menor de Edad y Pasión simultanear. La vida es bonita se mire como se mire y desde cualquier ángulo que se la contemple, si se la convierte en búsqueda. Ser rico o no serlo, a la vida, que todo lo relativiza, le da igual. Alguien piensa que ha llegado ¿a dónde? Otros esperan que los lleven y lo mismo es mucho esperar.
Por eso, ser empresario no es una alternativa, una posibilidad más. Ser empresario de los buenos, al menos hasta su final, es no creerse nunca que se ha llegado al otro final.
MARCIAL BELLIDO MUÑOZ